El cuento ganador llegó desde Europa, vía aérea y sin escalas; a diferencia de su autor, a quien Air Madrid dejó varado con las ganas de llegar a la premiación
Por Maribel de Paz
No, no era cuento. Los resultados del Cuento de las Mil Palabras pueden tardar, pero llegan. Y este año, un año particularmente movido con dos elecciones y un Mundial de Fútbol de por medio, los premios se los llevaron finalmente tres historias dominadas por la nostalgia, la locura y la agresión. El jurado estuvo integrado por Constantino Carvallo, Rocío Silva Santisteban, Mirko Lauer, Jorge Eduardo Benavides, Jaime Bedoya y, en un inicio, Mario Montalbetti, quien declinó su participación a manera de protesta por un artículo publicado en CARETAS 1948 respecto de la visita de Noam Chomsky. Y ahora, a lo bueno. Aquí los ganadores.
El arte de Miguel Ángel no solo se encuentra en el Vaticano, sino también en Toulouse, Francia, porque es allí donde reside Miguel Ángel Torres Vitolas, un joven de origen cusqueño con nostalgia por Puno. "Uro en París", la historia ganadora de este año, nació como un proyecto cinematográfico por el que esperó recibir "algunos centavos", pero que finalmente terminó en un cuento que le ha deparado mucho más que eso: los dos mil dólares del primer premio del Cuento de las Mil Palabras.
Bajo el seudónimo de Maigret (el legendario detective francés creado por la pluma del belga Georges Simenon), el joven Miguel Ángel construyó un relato en el que dos peruanos se encuentran en la luminosa París para recordar una Lima sombría.
Con un doctorado en semiótica audiovisual por la universidad de Toulouse en camino, Miguel Ángel ya había tentado a la suerte el 2004 en este concurso convocado por CARETAS, obteniendo una mención honrosa y tratando de despistarnos con el cuento titulado "Una última vez". Felizmente, este lingüista afincado desde hace tres años en la antigua capital del reino visigodo se animó a probar suerte nuevamente y esta vez se hizo acreedor al primer puesto.
¿Qué se viene en la historia personal de Miguel Ángel? Por el momento se encuentra realizando la posproducción de un par de proyectos audiovisuales y programando la publicación de un libro de cuentos. Miguel Ángel, quien suele escribir sus cuentos pensando en la posibilidad de darles forma de cortometrajes, no solo se confiesa amante de Chejov, Sábato, Borges, Cortázar, Arguedas, Carver y Salinger, sino también de los cineastas Buster Keaton, Mankiewicz, Peckinpah, Scola y Yasujiro Ozu. Desde aquí abogamos porque los rodajes le dejen tiempo a la pluma.
Partido a Muerte
Giancarlo Cappello no juega fútbol desde hace más de dos años, cuando participaba de los campeonatos de la universidad con su equipo FFC (Fumadores Fútbol Club), pero eso no le impidió escribir la historia épica de una pichanga. Con un seudónimo (Odiseo) que le hace juego al protagonista de su historia, Giancarlo recordó al "loquito" de su barrio que les ganaba a todos en fútbol, y a quien decidió darle nueva vida en su cuento "Mala Pata". La historia, que se alzó con el segundo puesto del concurso, cuenta la tragedia de un vagabundo que suele meterse en peleas callejeras y, malherido con un tajo en el vientre, decide participar de un último partido de fútbol para honrar a su primo el comisario. "Es una historia acerca del honor y la libertad", explica el autor.
Con estudios en la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, Cuba, Giancarlo ya tiene una tradición de victorias en los concursos convocados por CARETAS. La primera vez que participó, y de paso ganó, fue en el concurso "La Carta de Amor". Ahora, consultor en comunicaciones y profesor en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, Giancarlo reconoce que ya no suda la camiseta tras un balón, pero que deposita el mismo esfuerzo en la cancha de las letras. Hincha a la vez del Sporting Cristal, el Borussia Dortmund, el Liverpool y el Barça, Giancarlo está convencido de que la cancha de fútbol es la arena del coliseo contemporáneo: el lugar donde todas las rencillas se arreglan.
¡Peligro!: Escritor al Volante
Cuando Santiago Merino escribió la carta que remitiría a CARETAS junto con su cuento "Una Cita Importante", estaba tan nervioso que cambió por error su segundo apellido (Acevedo) por el de su esposa (Alegría). Quizá, al tratarse de materias librescas, se le vino a la mente el célebre tío de su mujer: Ciro Alegría. "He salido a la literatura por derecho de pernada", dice don Santiago, cuyo cuento llegó desde Trujillo bajo el seudónimo de "Elio Luna". Esta vez, a diferencia de su cuento "Al Otro Lado de la Puerta", que en anterior oportunidad recibió mención honrosa en este mismo concurso, don Santiago ha recibido la venia del jurado haciéndose acreedor del tercer puesto. Ahora, el autor, quien el año 2000 publicó "Los Otros Ojos del Mar" con la editorial Milla Bartres y desde que es cesante escribe incesantemente, prepara su novela "La Vieja Pasión del Viento", una historia sobre las luchas sindicales. Todos esperamos que no sean sus historias las que hagan huelga.
Menciones Honrosas
Como es costumbre, el jurado del Cuento de las Mil Palabras elige a toda una hornada de menciones honrosas: algunos nombres conocidos, otros recién saliendo a la luz. Este año han sido elegidas historias enviadas por los siguientes entusiastas de la literatura: Elsa Vértiz, quien a principios de año debutó con su novela "En la Orilla Oscura" y ahora, en la misma línea tenebrosa, participó con "La Mirada Oculta"; Renato Pita, con "La del Viejo que Tiene un Nuevo Pregón"; Manuel Cornejo, con "Día de Caza"; Jorge Harten, con "Pequeño Demonio"; Carlos Luque, con "El Cuento de las Mil Palabras"; y Augusto Effio, quien, con sus seudónimos Arpad Niklaus y Barton Fink, ha obtenido doble mención honrosa por sus cuentos "Vírgenes" y "Casa & Campo".