Cultural: Chomsky, el intelectual vivo más citado del mundo, refrescó Lima con su ideario
Por Carlos Cabanillas
Recogiendo su mechón cano y caminando por el espigón de La Rosa Náutica, alcanzó a explicar por qué simpatiza con el gobierno de su aparente polo opuesto, el payaso Hugo Chávez:
–I don’t support people, but ideas. Certain ideas. Él es Noam Chomsky y cuando dice aidías a uno se le escarapela el cuerpo de lo temerarias que son. No es para menos. A los 10 años ya escribía ensayos sobre el fascismo. A los 12 se convenció de ser un anarquista mientras los demás niños apenas si se deciden a comer menestras. A su paso por Lima Chomsky expuso aquellas ideas, y recibió la brisa marina de la Costa Verde como quien baja el almuerzo (carnes, ensaladas y un casual encuentro con Hernando de Soto). Las palabras –símbolos que conoce bien- se muerden la cola. Considerado un libertario socialista, coquetea con el anarcosindicalismo y despotrica contra el neoliberalismo. Ha sido amenazado de muerte por el Unabomber. Vive en los fundamentalistas Estados Unidos, país al cual considera el mejor lugar para vivir. Además, es judío y acusado de antisemita. Todo a la vez. Más que oráculo, Chomsky encarna la duda cartesiana como sistema de pensamiento. Noam Chomsky estuvo en el Perú, pero más importante aún, pensó en el Perú.
La seguridad a su alrededor fue férrea. "A Noam Chomsky no le gustan los flashes", comentó Paola Fattorini de la PUCP. Ni los cuestionarios, ni el ruido, ni la espera. Entre el público estaba la atención del analista político Ramiro Escobar, Abelardo Sánchez León y la periodista Bibiana Melzi. "Se dice que sólo responderá 2 ó 3 preguntas", pronosticó Fattorini. Así fue. Su monólogo fue apabullante, tanto por las referencias a autores como por la concatenación de silogismos. Su exposición de ideas en la UNMSM, temeraria. Y su ironía, lúgubre. "Nuestra ética nos impide experimentar con el cerebro del hombre y conocernos más. Todo lo que conocemos de nuestra vista se lo debemos a los monos y gatos torturados", finiquitó flanqueado por Mario Montalbetti y Pepi Patrón. De pasada, se mofó del estructuralismo y el conductismo. Su disertación lo llevó a una modesta conclusión: el cerebro de una abeja es ya un gran misterio. El del hombre, mero tropo del que casi ni se puede discutir. Aplausos, ovación de pie. Luego del almuerzo y la sobremesa, Chomsky se dirigió al bunker nacionalista de Parque Sur para el anunciado cónclave con Ollanta Humala. El tema: ¿Qué es el humalismo? Quizás el discurso en tercera persona de Ollanta puso en aprietos al experto en gramática generativa transformacional. No se sabe. La prensa no escuchó el conciliábulo Humala-Chomsky de hora y media que fue pactado con 3 meses de anticipación. Versiones oficiales aseguran que se habló de geopolítica y exploraciones biolingüísticas, y que al final ambos intercambiaron e-mails para chatear. Al respecto, Humala confirmó la teoría chomskyana: la comprensión lingüística se dificulta más allá de las 7 palabras.
–Señor Humala, ¿cuál es su libro favorito de Noam Chomsky?
–Todos.
–Ya.
Nadine Heredia, más prudente, prefirió no opinar. Daniel Abugattas, en cambio, se reveló como miembro del Club del Libro de Hugo Chávez al inclinarse por "ese que tiene 'supervivencia' en el título" en alusión al best-seller Hegemonía y Supervivencia que Chávez recomendó. No, Chávez no mató a Chomsky como desinformó el traductor del NY Times. Sólo mandó matar mineros de La Paragua.
No hay duda: Noam Chomsky está vivo, y regresará al mundo de las ideas tras su periplo por la real-politik latinoamericana. Según Abugattas, el sueño de Chávez de conocer a Chomsky antes de su muerte se hará realidad durante un próximo encuentro aún sin fecha. Por lo pronto, Chomsky ya estuvo en el Perú y el Perú estará con Chomsky, pues éste se llevó un regalo de manos de Humala, su lector: artesanía, "un pedazo de la antigüedad peruana", reveló Abugattas. No quedó claro si se refería al ceramio o a la ideología.