Tuesday, January 03, 2006

El año en las artes visuales

Tal como lo anunciaba la actividad desarrollada durante el 2004, los últimos 365 días han sido más que propicios para la actividad artística
Hemos podido ver buenas muestras, peruanas y extranjeras, y surgir nuevos espacios


Siempre incompletos, sometidos a previsible arbitrariedad por no tomarse en cuenta todas las ofertas habidas, gobernados por la subjetividad --aunque esté cargada de la mejor intención-- los balances anuales tienen un lado positivo: son ayuda-memoria y obligan a detenerse, poner en perspectiva, analizar con distancia y dentro de un contexto amplio, y también volver a plantear puntos que nunca debieran perderse de vista. Ejercicio ambicioso y audaz que permite, también, analizar y comprender las distintas ópticas de quienes los producen.
Cumplo entonces, con pensar en voz alta, recordar y subrayar, y lamentar no haber alcanzado a cubrir totalmente el panorama de exposiciones y eventos que se dieron a través de todo el 2005.
Las categorizaciones tradicionales, dentro de las artes visuales, no tienen mucha cabida en el arte de hoy. La interrelación y fusión de los distintos medios, la progresión acelerada de la posibilidad tecnológica, la convicción en un producto resultado de la conjunción de factores y elementos que cooperan para desarrollos visuales innovadores, contemporáneos, propician la elección por juzgar resultados, descargando de protagonismo el instrumento utilizado. Técnicas y estilos que se complementan, dialogan, cohabitan y también combaten en la circunstancia misma de la obra, caracterizan el arte que hoy vivimos y lo vuelven, de ese modo, un abanico de posibilidades y un desencadenante de interrogaciones.
Ha sido un año de muy buenos resultados, siguiendo la línea ascendente que el 2004 ya proponía. Y como también viene dándose en los últimos tiempos, la fotografía reinó por cantidad y ratificó, con calidad extendida, su condición de medio favorecido por un talento que parece responder a una característica ancestral: el redescubrimiento de la obra de Max T. Vargas y Emilio Díaz puede dar testimonio claro de esta afirmación.
Por tiranía de espacio, algunas cosas que creo destacables:
Mirafoto, el Centro de la Fotografía durante todo el año, Ana de Orbegoso, Santiago Roose, Ana María McCarthy, Lorry Salcedo, y la estupenda Flor Garduño (México).
Miguel Aguirre, Ezequiel Furgiuele (estupenda presentación), Shiroma, Ramiro Pareja, Toto Fernández, Grieve, García Zapatero, Lucy Jochamowitz, Hernán Pazos (tres muestras), Miguel Lau, y Tello Antilla (Finlandia), Martin Riwnyj (Argentina), Carmen Parra y Francisco Toledo (México) en pintura. Las antologías de Eielson, Di Malio, Prager, Ricardo Wiesse y Ruiz Durand. Las instalaciones de Carlos Cornejo y Corinne Gourré (Francia) y la propuesta de Antoni Miralda (España). Las esculturas de María Gracia de Losada, Teresa Carvallo y Manuel Larrea. Y en colectivas, "Radio/Barrio/Combi", la impecable "Artware 3", la edición anual de "Video/Arte/Electrónica", "Puente, a todos los prófugos", "Ego-semejante", y, quizás la más rotunda, "Amazonía al descubierto".
Llegaron dos muestras internacionales impactantes: "Still Life"(Reino Unido) y "Fluxus" (Alemania). Al considerarlas a la par de la producción local, la comparación resulta injusta. Posibilidades, producción y despliegue, no pueden equipararse a nuestra circunstancia, y debemos tener en cuenta que estas exposiciones, se han originado en países donde la cultura es respetada, apoyada, promovida y cuidada, proveyéndola de recursos y espacios adecuados y entendiéndola como factor emblemático para su apertura y presencia en el mundo.

En el caso peruano, la realidad es otra, y podríamos resumirla recordando que este año se 'habló' de la Universidad de las Artes, se propuso un Ministerio de Cultura y una nueva funcionaria oficial, a cargo de Museos (cuya situación es conocida), criticó que se reclamara presupuesto, al mismo tiempo que anunció la creación de varios museos nuevos (sic).
Buena noticia es la inauguración de dos nuevos espacios, el Centro Cultural de la Universidad Ricardo Palma y la No-Galería de CAFAE (modesta pero inquieta), y la re-apertura de la Sala del Banco Continental y la Fundación Telefónica.
También el acierto de ubicación y condición de exposición de la obra del maestro Szyszlo en el espacio público.

Entre las numerosas publicaciones del año, destaca la documentación y ensayo sobre el grupo HUAYCO, debida a Gustavo Buntinx, quizás el curador más activo y solicitado del año.
Merecimientos especiales para los Centros Culturales de San Marcos y la Católica, de la Asociación Peruano-Británica, el Centro Cultural de España, el ICPNA y la aún lenta pero continuada labor promotora del Museo Antropológico.
Si bien las galerías privadas han visto mermado su número, las que siguen en la brecha lo hacen con esfuerzo y terquedad, a pesar de la voceada crisis económica que sufren.

El reconocimiento a la validez e importancia del arte popular se ha hecho sentir con fuerza. No solo las exposiciones dedicadas al retablo (CCPUCP), o los merecidos homenajes al Dr. Jiménez Borja y la Sra. Gibson, sino el Premio Félix Oliva que mostró la incorporación de artistas académicos al trabajo tradicional, en reinterpretaciones y reciclajes que prometen buenas cosechas, y que parecen haber terminado con toda discriminación pasada.

Algunos deseos para el 2006:
Que se unan esfuerzos, se depongan rencores, se convoque con amplitud y se replantee el proyecto para un Museo de Arte Contemporáneo en Barranco. Es necesario que todos los involucrados e interesados aportemos nuestro apoyo para sacar adelante esta obra que es una necesidad impostergable.
Que la Segunda Semana del Arte duplique eventos y público, ya que en su primera edición demostró que las deficiencias en la promoción responden a la falta de un agresivo márketing cultural.
Que el proyecto del Museo de la Ciudad, anunciado por la Municipalidad de Lima, sea encarado con prescindencia de política circunstancial y se convoque a especialistas exclusivamente por méritos profesionales y experiencia probada.
Que el Museo de la Nación pueda establecer una mejor comunicación con el público, logrando una mayor difusión de su oferta.
Que el descentralismo se vuelva realidad, empezando por el intercambio cultural dentro del territorio nacional.
Que Prom-Perú, la Cancillería y todos los involucrados en el tema, tomen en cuenta la producción actual del arte peruano cuando participen en eventos internacionales. Si bien la presencia en Guadalajara ha sido rotunda, se perdió la oportunidad de revelar la existencia de una actividad artística que merece ser conocida.
Que se logre esclarecer el robo del manto de Paracas sustraído en Ica.

Elida Román