Friday, July 28, 2006

Tres poemas de Ludy D

yo era una niña
mi primer poema retumbaba
en las orejas de mis vecinos
como un vendedor callejero

todo lo que nos sirve
se extiende sobre la lengua amplia
y puntiaguda de la tarde

si hubiera habido agua para lavar
la melena sedosa del sol
la urdimbre de orfebrería que el deseo
acantonó en plazas de una existencia
inmóvil

ah muslos de las dunas deshojadas
atravesar el denso tapiz de la neblina
que las palmeras impregnan
de una incomprensible laboriosidad
que aqueja
volarle los sesos a la luna
es verdad
no había agua para regar un jardín
el desierto era aquella humanidad
y el polvo
que mi madre empuja con la escoba




trepar corrientes
cuanto edificio antiguo y bien conservado
estire su tronco blanco
de institutriz
los libros que allí compré
el mohín de lo antiguo varado tardíamente
sobre algún pasado
que los transeúntes patean
y arrastran como la cola alta y desvencijada
de una novia
que sin embargo también poco a poco olvidan

basta hojear las paredes atrincheradas en los edificios
del centro
las excusas de los bancos para justificar el blindaje
a prueba de pedradas
que deben de robarle el sol a sus empleados
arremetió suspendido en la nada
un taxista

el mohín aceitunado de las piedras que los libertadores
parecen dirigir desde el vacío umbilical de una plaza

afanosos cuidadores de perros
empujando cachorros como racimos de uva
caminan el zigzag desgastado de la rutina

adoran la exactitud
corrigió el aire
ahogándose en la infinidad de voces que pudieron gritarlo

no resultaría raro encontrarse con un grupo de manifestantes
banderola en mano
sofocando el acostumbrado ruido de los autos
en un son de matracas y bombos

la marcha

bajo una llovizna de algo más contundente que una desmesurada teatralidad
realidad y luz
revelan




voy de bote en bote hasta dar con el hilo de pescar
la pista de baile es un charco
y no he hecho más que zambullirme y someterme
a los caprichos de un conocido clavadista
cuando la luz se pone y el sol se malforma
en la transparencia agreste de otras playas

para el dj invitado
los peces dilapidan su oxígeno de país entero
intentando dar vida a esta cadena alimenticia
de malos entendidos y formas
abren sus ojos
en su lugar la gente habla
en distintas direcciones
los ruidos son mercaderes
que cuelgan de la iniciación de las rocas
estiran sus cabellos filosos
marcas de un cielo estrellado

imagínate a vallejo caminando por el puerto
animando a los que cada viernes por la noche
secretamente
se compenetran desde el tallo débil
apenas se escurren las sombras góticas
de algún estudiante
escondido en el hábito transexual del otro

el trance
que la monotonía insiste en regular
la drag queen repitiendo que un horario justo
de trabajo no la traería aquí

el viento
no tienes ni la más puta idea
de lo que es desplumarse aquí