Por Javier Arévalo
¿Por qué Antonio Cisneros, y Francisco Tumi, Gustavo Rodríguez o Giovanna Pollarolo, por qué Doris Moromisato o Vicky Guerrero aceptaron comprometerse con un evento que los llevaría a colegios donde cada uno de ellos podía ser un absoluto desconocido para el público de padres que fue a escucharlos? Porque teníamos que decirles que 8 de cada 10 de nuestros hijos no comprenden lo que leen. Que esto los convierte en analfabetos funcionales, que el futuro que les espera es el de un analfabeto funcional: es decir, una persona con capacidades limitadas, que tendrá como futuro servir a quien sí tiene la capacidad de crear, dirigir, imaginar, producir. La escuela pública y la privada está multiplicando la pobreza, porque multiplicar analfabetos funcionales es multiplicar la pobreza de la gente y es destruir sus sueños de crecimiento personal, económico y moral. Eso fuimos a decir los escritores en 10 distritos de la ciudad. Y también que solo un padre puede hacer que el derecho de su hijo a estudiar, que pasa por su derecho a leer, se ejerza. Y que la herramienta fundamental para desarrollar una mente creativa, informada, pasa por un plan lector que supone un libro por mes.
Y nos ha pasado de todo: apagones en San Juan de Lurigancho en un par de colegios. La poeta Alessandra Tenorio improvisó en la oscuridad una charla para los padres que rodearon el carro de la municipalidad que la había llevado a su colegio. En el colegio Bolognesi de San Juan de Lurigancho, me presentaron ante casi mil personas (el colegio es de 5000 alumnos) y en la presentación me informaron que el director había muerto el día anterior y que su último deseo había sido que no se haga luto, que el trabajo continúe y que el evento se realice.
Por la mañana, muy temprano, el poeta Arturo Corcuera llegaba equivocadamente a San Juan de Lurigancho con el narrador Jorge Díaz Herrera, así de animosos estaban (aunque equivocados, quizá el equivocado fue el organizador que no les explicó bien y los obligó a llegar puntuales pero 12 horas antes). Tanta cosas han pasado. Cada escritor dirá lo suyo y colgaré sus historias en la página de escritoresenelpatio.
El asunto es que éramos absolutamente desconocidos para todos ellos, para los miles de padres que en San Juan de Miraflores, en Surco, en San Isidro, en Lince, en San Luis, fueron a escuchar a UN ESCRITOR. Ellos esperanan a UN ESCRITOR cualquiera que este fuera y los escritores han sentido, como yo, el hambre de libros y nuevas historias que existe en esta población que vive lejos de la posibilidad de tener algún contacto con la cultura que estas mentes brillantes producen.
Nunca antes tantos escritores se comprometieron de verdad con una causa, y estuvieron allí los andinos y los criollos, los periféricos y los del centro, los regios y los que también son regios de otro modo, los novísimos y los que ya somos mayores… todos estuvieron y cada uno tiene una historia qué contar…