Thursday, March 09, 2006

¿Por qué no?

El señor de los colmillos
¿POR QUÉ NO?

Por José B. Adolph

¡Pucha, cuánto se ha escrito sobre la escritura! Autores, críticos, reseñadores, lectores y analfabetos han eyaculado libros enteros, artículos-sábana, ingeniosidades sin fin y tedio insoslayable sobre qué es la literatura, para qué sirve, cómo debe ser, cómo no debe ser, si vive o muere con esta generación o la que sigue, etcétera.
La mayoría de los contribuyentes a tal investigación, análisis, diatriba, romanticismo sublime y honda solemnidad, arguye que el entretenimiento no es un elemento a tomar en serio y en cuenta a la hora de calificar un texto literario. ¡Dios nos impida gozar de un libro porque nos entretiene o, peor aún, nos divierte!
Bueno, pues, me sumaré a ese ejército de exégetas y denostadores con la siguiente, modesta, colaboración discrepante:
¿Por qué no?
Es decir, ¿qué tienen contra el entretenimiento, que es la cuna misma de la literatura?
Antes, cuando alguien me preguntaba sobre qué género literario me gusta y cuál no, yo respondía que, en mi opinión, no hay géneros buenos o malos sino libros buenos o malos. Niente de “subgéneros” o “géneros menores”. ¿O la Odisea, el Quijote y el teatro de Shakespeare no fueron originalmente “de entretenimiento”, bestsellers?
Ahora soy más radical: sólo hay los libros que me gustan y los que no me gustan. Y punto. ¿Y cuál es mi criterio?
Los que me gustan son los que no me aburren, bien escritos, bien construidos, los que me conmueven o me hacen reír. Los que no me gustan son los tediosos, los solemnes, los acartonados, los que quieren renovar la literatura y ser originales (a menos que cumplan con lo prometido, lo que ocurre pocas veces) y los que sólo sirven para promover los forúnculos del autor o autora (a menos que sea un genio como Henry Miller y ya sabemos que los genios no caen de los árboles).
Ya oigo un murmullo: “Claro, el colmilludo no es serio, por eso sus libros hacen quebrar editores”. Bueno, es cierto que no soy serio, en el sentido de “solemne”. Y los editores se han repuesto, gracias.