Un Sionista Antisemita
Por José B. Adolph
Durante mi ya larga biografía he sido acusado simultáneamente por algunos de "sionista" y por otros de "antisemita" (*). Lo primero, por defender la existencia en paz y seguridad de Israel y lo segundo por defender a los palestinos árabes que, desde que existe Israel, han reclamado un segundo Estado árabe-palestino (el primero, el Reino Hashemita de Transjordania, hoy Jordania, fue inventado por el colonialismo británico en 1922 sobre la mitad de Palestina).
Hoy me toca defender, otra vez, la existencia de Israel. Impopularmente, porque a diferencia del antisemitismo antiguo –que era religioso o de derecha– el de hoy incluye a vastos sectores de "izquierda" o "progresistas". Estos prefieren apoyar lo más oscurantista, política y religiosamente, del mundo árabe y musulmán. Como si los librepensadores hubiesen apoyado a la Inquisición católica. Incluyendo hoy a muchas mujeres, hasta feministas, que parecen preferir la burkha de los talibanes a los shorts de las judías.
Los comunistas eran antisionistas: consideraban que el "problema" judío sería resuelto automáticamente por la revolución, tal como la discriminación femenina. El sionismo (el nacionalismo judío), como el feminismo, eran desviaciones burguesas (**).
Mi problema es que la (pésima) conducción por parte de Israel de esta batalla contra el permanente terrorismo de Hizbolá, Hamas y otros esté reforzando la falsa idea de que estas organizaciones sólo quieren "liberar" los "territorios ocupados" (otro tema es porqué estaban ocupados), cuando para ellos todo Israel es territorio ocupado. No lo digo yo, lo dicen ellos mismos. Y ahora ya están incluyendo a Andalucía (al-Andalus), entre otros. Si cae Israel, digo, es un decir –parafraseando a Vallejo– muchos españoles de izquierdas y del resto del mundo tendrán que repensar las cosas. Pero para Israel será demasiado tarde.
(*) Término absurdo porque los árabes, mis queridos primos, también son semitas.
(**) Concuerdo en esto con Vargas Llosa: no me gustan los nacionalismos, lo que no significa desamor a la tierra de uno.