Wednesday, January 16, 2008

Becerro de oro

Por César Hildebrandt

Yldefonso Espinoza Cano es un cura de la Diócesis de Huaraz. Muchos comuneros lo consideran un defensor irreductible de sus derechos, tantas veces manoseados por la Minera Barrick Misquichilca, la empresa que, gracias al sinvergüenza de PPK, pudo eludir 140 millones de dólares de impuestos.

¿Cómo fue esa historia? Es bien sencilla. La Barrick compró su propiedad en Canadá, para eludir las leyes peruanas y el pago de los impuestos correspondientes. No calculó, sin embargo, que yéndose a Canadá para trampear al fisco peruano se exoneraba también de la Ley 112, la entreguista ley de Fujimori que planteaba, para las mineras dedicadas a la exploración, la mayor cantidad de exenciones tributarias de la historia del Perú. La Sunat entonces intervino y, después de un ­análisis demorón y severo, determinó que Barrick había eludido 140 millones de dólares en pago de impuestos.

La Barrick usó todas sus fichas, incluido PPK, que en ese momento era nada menos que ministro de Economía del gobierno de Alejandro Toledo (más Filete, Pedrito y otros impresentables sacados del museo de la vieja PIP). Pues bien, el asunto fue a parar al Tribunal Fiscal y la Sunat le pidió al sinvergüenza de PPK que firmara el papel pertinente para que el proceso de cobranza siguiera. PPK se negó a firmar. Dijo que la inversión extranjera ­era importante y que patatín patatán. Y Barrick dejó de pagar 140 millones de dólares. ¿Cuánto le costó a Barrick la operación? Nunca se sabrá, pero se sospecha.

Pues bien, allí estaba entonces el sacerdote Espinoza Cano denunciando ésta y ­otras tropelías de la Barrick cuando, de pronto, a algunos, entre ellos al propio Espinoza, se les ocurrió invitar al programa “La ventana indiscreta” a que hiciera un reportaje y contara toda la verdad.

Llegó Silvia Cuevas con su cámara y empezó a grabar a los comuneros que se quejaban del no pago de sus tierras, a los huaracinos que exigían que Barrick cumpliera con sus compromisos ambientales y a los líderes de diversos estamentos que solicitaban al gobierno de Toledo que obligara a Barrick a no seguir usando cianuro por riego de aspersión para sacar el oro, porque el cianuro así usado se ioniza y se convierte en gas cianhídrico (o prúsico), asesino que envenena el suelo huaracino cada día y que ya ha matado a todos los sapos de toda la región.

Sin embargo, el 3 de octubre del 2005 lo que propaló “La ventana indiscreta” no se parecía en nada a lo grabado. Es más, tenía poquísimo de lo grabado. Lo que sí tenía, y en dosis mortales de cianuro falaz, era toda la ferocidad imaginable en contra de los comuneros y del cura Espinoza Cano, sindicado poco menos que como el agitador que trataba de impedir la rutilante inversión extranjera.

Días antes, un amigo cuya ­identidad Espinoza no ha querido revelar –“uno de los dos amigos que tengo en Barrick”, dice– lo llamó para advertirle:

–Cuidado, Yldefonso: la reportera de “La ventana indiscreta” volvió a Huaraz, estuvo en Minera Barrick y se habla de que la han convencido con argumentos insuperables.

–No creo, me parece que ­eres muy suspicaz –dijo entonces Espinoza.

Al emitirse el programa, Espinoza empezó a creer en la versión de su amigo, así que fue a tres radios regionales, ­adonde había sido invitado, y dijo que todo era muy sospechoso y que el ataque de Barrick lanzado a través de “La ventana indiscreta” parecía ­obedecer a una campaña financiada.

Enterada de lo difundido en Huaraz, Valenzuela llenó de improperios noctámbulos al curita y le planteó una demanda escarmentadora por delito “en contra del honor y difamación en agravio de Cecilia del Pilar Valenzuela Valencia”.

Pues bien, un juez autónomo y valiente, el del Primer Juzgado Especializado en lo Penal de Huaraz, acaba de absolver al sacerdote diocesiano Yldefonso Espinoza Cano. Y esto a pesar de las presiones surtidas de que ha sido ­objeto.

Presiones que han venido ante todo de Barrick, cuyo actual gerente de Asuntos Corporativos es Carlos Cabanillas Bustamante, hermano de Mercedes Cabanillas Bustamante y hombre de vasta experiencia en temas de poder y minería. Y uno de cuyos asesores externos para la operación Lagunas Norte es el doctor Luis Alva Castro, sí, estimado lector, el mismísimo ministro del Interior del “pulcro” gobierno aprista, el minusválido mental que no puede comprar patrulleros pero que Barrick tiene en su planilla de ­eventuales privilegiados.

Barrick es el segundo productor de oro del Perú. Vende cada onza a 900 dólares (precio de ayer en el mercado de Londres). Pero a la mina le cuesta, gracias a los métodos primitivos que emplea, unos 100 dólares extraer cada onza. Y, gracias a Fujimori, sólo paga el 3 por ciento de esa renta fantástica. Es decir, Barrick se lleva una pequeña fortuna por cada onza troy de oro peruano. Con ­esos presupuestos (más el concurso de Cabanillas y la manita bajera de Alva Castro) se ­abren todas las puertas, ventanas y ventanillas.

El Chile de la bestia inmunda

Por César Hildebrandt

Se nos ha muerto ayer Patricia Verdugo, la periodista chilena más valiente de las últimas décadas, la relatora para todo el mundo de la llamada Caravana de la Muerte.
La Caravana de la Muerte fue ordenada por esa bestia inmunda llamada Augusto Pinochet y fue dirigida por el general Sergio Arellano Stark. Consistió en matar, en las primeras semanas del golpe de 1973, a unos 75 “marxistas”, cuyos cuerpos servirían de escarmiento y terror en el norte minero chileno, en el sur universitario y donde quiera los consejos de guerra se hubiesen ­atascado “en formalismos y bobadas”.

La cosa era así. Arellano ­Stark recorría las ciudades y campamentos a bordo de un “Puma”, un helicóptero de fabricación norteamericana. Bajaba esta rata de andar erguido de su helicóptero, averiguaba cómo andaba el asunto de los detenidos, amonestaba a los jefes militares “blandos”, hablaba de la necesidad de dar una lección al marxismo chileno, subrayaba que viajaba como delegado personal y plenipotenciario del comandante en jefe del Ejército –o sea del general Augusto Pinochet Ugarte– y que sólo a él debía rendirle cuentas y, a continuación, decidía a quiénes y cuándo había que matar.

Y sus órdenes se cum­plían, mi general, de inmediato mi general, qué ocurrencia mi general. Y la bestia inmunda monitoreaba y la rata erguida mataba y Nixon aplaudía a rabiar y Kissinger, esa enfermedad de transmisión sexual, asesoraba y todo el Occidente contento y no había mejor marxista que el marxista muerto ni mejor izquierda que la sepultada en fosas comunes ni mejor ejemplo que el de Víctor Jara, pateado hasta morir y luego baleado para redundar (44 orificios de entrada, 32 de salida, rostro irreconocible), ni mejor sociedad que la que proponía “El Mercurio” ni mejor inversión que un buen baño de sangre para regar con ella la obra de los Chicago Boys que vendrían, ­Amén. (Siete ­días después del golpe, en el aniversario nacional, el cardenal Raúl Silva Henríquez ofició una misa solemne para toda la junta militar y lo hizo en la llamada ­iglesia de la Gratitud Nacional).

Conocí a Patricia Verdugo durante uno de mis viajes al Chile prisionero de la bestia inmunda. Éramos casi coetáneos –ella decía coquetamente que me perdonaba ser un poco menor– y nos unía, desde luego, el mismo amor por el periodismo entendido como compromiso y el mismo desprecio por quienes habían hundido a Chile en el abismo sin fondo del fascismo.

Ella ya había publicado “Los zarpazos del puma”, la historia minuciosa de la Caravana de la Muerte. El libro estaba prohibido, por supuesto, pero circulaba en copias clandestinas y se leía con avidez y horror. Cuando la bestia inmunda, prolífico padre de Fujimori, dejó el poder forzado por la insostenibilidad de su régimen, las ediciones de “Los zarpazos del puma” se multiplicaron y sucedieron. Llegó a ser el libro documental más vendido de la historia editorial de Chile y por él, fundamentalmente, es que Patricia, la noble y democristiana Patricia, recibiría en 1993 el premio Maria Moors Cabot. Sólo en 1997, el Chile decente se rindió ante su talento y coraje y le ­otorgó el Premio Nacional de Periodismo. Mientras tanto había escrito otros libros en los que la investigación también implicaba arriesgar el pellejo y exponerse a las represalias, que en eso consiste el periodismo de verdad.

Gracias a Patricia supimos de algunos detalles infernales sobre las “hazañas” de Arellano Stark. Nos enteramos, por ejemplo, de lo que pasó en el regimiento “Esmeralda”, de Antofagasta, el 18 de octubre de 1973.

La cárcel de Antofagasta estaba repleta de marxistas y sospechosos. Arellano Stark, recién bajado del helicóptero, cumplió el ritual de siempre: revisó la lista de prisioneros y rápidamente puso ­una señal de bolígrafo en algunos nombres. Esta vez marcó a catorce. Uno de ­ellos era el ingeniero Eugenio Ruiz-Tagle Orrego, militante del Mapu y gerente de la Empresa Nacional del Cemento.

De inmediato, un equipo de Arellano encabezado por el asesino serial y teniente del ejército de Chile Armando Fernández Larios, el mismo que sería parte del bombazo que mataría en Washington al ex canciller Orlando Letelier tres años más tarde, llegó hasta la instalación carcelaria, sacó a los catorce elegidos, los subió a un camión militar y los fusiló en Quebrada del Way. Antes de ametrallarlos, el teniente Fernández Larios les partió piernas y mandíbulas con la culata de un fusil-ametralladora. A Ruiz Tagle Orrego le hizo algo más: le sacó el ojo izquierdo con el cuchillo corvo de supervivencia que siempre llevaba al cinto. (Por eso digo que a este ejército chileno no habría que temerle demasiado: una institución que procrea y protege a este tipo de alimañas demuestra padecer de una intrínseca degeneración, la misma tara que ­aquí quiso ­inocular a nuestras Fuerzas Armadas el japonés mafioso que “La Razón” defiende por orden del fugado Azi Wolfenson y gracias al dinero sucio que distribuye Keiko Fujimori).

La madre de Ruiz Tagle, Alicia Orrego, ­era militante del derechista Partido Nacional y había salido a cacerolear en contra de ­Allende. El abogado de la encumbrada familia, Cruzat Paul, fue entonces, horrorizado, a hablar con el presidente de la Corte Suprema de Chile, Enrique Urrutia Manzano, que era amigo y, además, pariente político por el lado de su esposa.

–Venía a denunciar lo que ha ocurrido en Antofagasta –dijo Cruzat Paul.

El juez más supremo de Chile apenas alcanzó a gritar:

–Loco, estúpido, ¿no te das cuenta? Los militares nos han salvado la vida. ¡Sal de mi oficina antes de que llame a los guardias!

Ese era el Chile neoliberal que “construyó” el país “más competitivo” de América. Ese era el Chile que enfrentó, valerosamente y junto a cientos de miles de dignísimos chilenos, Patricia Verdugo. Espero que no haya ninguna misa en su honor.

Monday, January 14, 2008

Bombardero en las alturas


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Juan Ramírez Ruiz, ¡Presente!

Por Jorge Luis Roncal

No debería extrañarnos. Y de hecho, no nos extraña, pero nos indigna. El talento marginal tiene que morirse para que las compus -de los diarios, revistas, blogs, incluso las nuestras- ensayen aproximaciones, testimonios, golpes de pecho sobre la frágil y pálida memoria. Se ha marchado Juan, y de poco sirve que hoy defendamos la vigencia de la insurrección creadora que fue la vida del fundador y teórico de Hora Zero, autor no sólo de los tres libros de poesía que publicó –Un par de vueltas por la realidad, Vida perpetua y Las armas molidas– sino de una las más altas aventuras y realizaciones poéticas de las últimas décadas. Abril del 95, cualquier madrugada, diagramamos con Juan en mi vieja macinstosh Las armas molidas interrumpidos de rato en rato por el llanto de mi hijo César Darío, de días de nacido; recién en abril del 96 vio la luz el libro de poesía más atrevido de la década. Lengua, historia, sociedad, rebelión, en lenguaje alfagramático, como le llamó el poeta. Y que la mezquindad y mediocridad de la crítica hegemónica poco menos que ninguneó. Luego de 12 años, en la mañana del sábado, César Darío me anuncia lo que dice la tele: "papá, murió el fundador de Hora Zero", confirmándome lo que ya sabíamos desde el viernes, y que Willy Gómez anunció, desolado, en el Yacana. ¿Cómo murió? Por favor, no dejemos que los buitres conviertan en carroña la rebeldía, la libertad y la soledad. Tampoco le lloremos al estado, por definición excluyente, rapaz, antihumano y hostil al arte. Más bien preguntémonos, o mejor, respondamos, cuánto hacemos -o dejamos de hacer- para evitar que se reiteren sus golpes bajos, su prepotencia, su cinismo. Un viento de rabia nos eriza la piel y el sentimiento. La bella e intensa poesía de Juan, sus páginas inéditas, su entera amistad, nos abrazan, nos abrasan. No nos extraña. Nos indigna. Y nada es suficiente. Hasta siempre, camarada.

Sunday, January 13, 2008

Réquiem por Juan Ramírez Ruiz

UN HOMENAJE IN MEMORIAM PARA UN POETA CHICLAYANO
(1944-Chiclayo — 2007-Trujillo)


Por Nicolás Hidrogo Navarro

La noticia estaba casi sospechada desde hace unos meses, cuando Nivardo Córdova alertaba desde Trujillo una búsqueda del admirado poeta Juan Ramírez Ruiz. Un silencio de meses, como que lo había tragado la misma sociedad. Hasta nuestros oídos en Chiclayo llegaban inverosímiles leyendas urbanas como que "Juan Ramírez había caído en una depresión mental y en una sequía creadora y estaba raptado en un sórdido antro en algún lugar de Trujillo, perdido en medio del alcohol y que no lo dejaban salir previo cupo". La verdad es que Juan, en los últimos tiempos que frecuentaba las Noches de Cuento y Poesía del Conglomerado Cultural (2004-2005) y donde se le brindó justo homenaje en vida por tan subyugante aporte a la literatura peruana, estaba en un franco abandono calamitoso, con la mirada perdida, en un silencio gravitacional en las reuniones donde, el otrora ideólogo de Hora Zero, ahora escucharle un monosílabo era casi un triunfo para todos nosotros en la noche. Abstraído, con un pantalón color rata, una camisa celeste, una casaca caqui, un gorrito negro achullado para protegerse del frío chiclayano, tímido, pero con su célebre carácter explosivo de agresividad, donde recibió entre los pintores del Grupo Cromolíricos, poetas del grupo ALBA lambayecanos, conglomerados, la denominación de "El Diablo", por sus intempestivos arranques agresivos, ante alguien que posara su vista en él.
Juan Ramírez ya vivía en los últimos años una crisis económica, fiel al sino de los grandes poetas universales, un abandono moral y casi, entre los que no sabían de su inmenso poder con la palabra. Todo el mundo literario lambayecano, especialmente la gente del 60, 70, 80 y 90, conocedor de su obra lo vio retornar a su natal Chiclayo en el 2004 casi para morir aquí. Con el rostro adusto y cansado, con su mirada perdida y en un hermetismo casi místico, se sentaba al final en las lecturas y miraba a las nuevas hornadas casi oblicuamente. Vestido muy oscuramente barruntaba su crisis existencial. Casi nadie logró conversar más de dos minutos con él. Respondía con monosílabos, pero en él una sola palabra valía semiótica y significativamente por toda una parrafada de los cansados verborreicos que a veces suelen dejarse escuchar en la Plazuela Elías Aguirre los viernes por las noches después de las 10.00 p.m. estimulados por calientito con yonque baratito de a sol.
Juan Ramírez debe haber muerto en Trujillo sólo y gris, ebrio y silencioso. Todo su poder conceptual y creador de los 70 y 80 se simplificaron en un rostro alegóricamente triste y desolado, casi una mirada palidicente, quijotesca, adornaba sepulcralmente su aurea de poeta extravagante y raro. Siempre, desde que lo conocí personalmente en una impactante noche del 2004 en el INC-Lambayeque, vi en sus ojos el brillo clásico de los poetas locos y trascendentales. No me dijo nada con palabras, pero con sus ojos ensopados en triste mirar cerúleo me decía todo. Después de la primera noche sin palabras, lo hice en otros viernes más acalorado y cual paladín afloraron sus conceptuosas palabras que tanto marcaron esa generación de trashumantes de Hora Zero. Le dije "Juan, disculpa que no te invite un ron como podría haberlo leído". "Un café y un sánguche está bien, por ahora", resolvió, con un mal reciente afeitado. Desde ese momento se dejó retratar por mi afanosa cámara digital –y para decir en verdad, tengo registrado en mi archivo personal unas 70 fotografías en Chiclayo en sus días finales del autor de Un par de vueltas por al realidad (1971) que las conservaré en una memoria personal y reverencialmente de respeto. Paradójicamente Juan vino y quiso morir en Chiclayo, lugar que quizá por la nostalgia retornó, pero fue en Trujillo, la tierra de Vallejo, otro grande, la que fue testigo el sol que lo alumbró por última vez.
Yo haría un pedido muy especial a tirios y troyanos: que lo homenajeen sus verdaderos amigos y compañeros de la palabra es un acto justo y digno; pero que alguna institución del Estado o privada lo haga, a estas alturas de los hechos, sería la más hipócrita actitud. Vimos vivir y morir a Juan Ramírez, como un poeta auténtico: sólo, abandonado y en silencio, al compás de sus palabras impresas y sus versos amartillados en el yunque de la rebeldía y en la innovación de las metáforas. Por favor no gasten velas ni comilonas en sus aniversarios de muerte, alguna vez, (1944-2007), sería una tremenda afrenta ha alguien que en sus últimos días caminaba por las calles de Chiclayo con el estómago vacío y en la más absoluta indiferencia de todos; y, ninguna institución en vida, ni Beneficencia Pública, ni Municipalidad, ni INC-Lambayeque, ni nadie lo ayudó. Me revuelve toda la bilis cuando alguna institución, asociaciones o personas que nunca ayudaron ni valoraron en vida a algún intelectual o creador, tengan que, por figurar, gastar ríos de tinta, palabras, comida y alcohol, para recordar al que murió hambrientamente olvidado.

Lambayeque, enero 13 de 2008

Tuesday, December 25, 2007

Diciembre, 25, madrugada

Al alba he contemplado
un cadáver yacente a los pies de la estatua de Artigas
como si rotas todas sus cadenas por sable libertario
si bien podía estar sólo ebrio, dormido y soñándose libre
bien defendida su alucinación por General fantasma

Al alba he contemplado
la íntima, tenebrosa soledad de todos los objetos de la tierra
que despiertan desnudos de sí mismos
para pálidamente reintegrarse poco a poco en su ser
desorientados aún, su mismidad perdida, así entrañables

Al alba he contemplado
tan cómplices como hartos a dos viejos amantes
saliendo de un bonito hotel que yo conozco
enemigos tal vez por ya tan próximos
satisfechos y míseros
solos en el amor como ningunos

Al alba he contemplado
las hondas ascuas negras y abiertas de mi perro saludando mi arribo
como mirándonos de fuego a fuego en cierta luminosa indistinción traviesa
que celebra la Nada de este Todo

Pero, antes de llegar, al alba he contemplado
en su ventana a la travesti rubia que siempre me saluda con burla o con afecto,
no me queda esto claro, y me invita a subir, no sé si en serio

Pero también al alba he contemplado
a un hombre pensativo sentado en el borde de la acera
que con mucha tristeza contaba lentamente y volvía a contar unos billetes

No me contemplé al alba en el espejo
ni antes ni después de mi café y mi perro
sabiendo que era ocioso querer ver cosa tal
como un centro o un rostro o el lugar de la síntesis
de la Vida dispersa

Siendo ello imposible tras haber contemplado tantas cosas al alba,
pensé cosa segura no poseer reflejo, mas, de hallar una imagen
en esa superficie, esto yo lo sé bien,
sería sólo una máscara


Montserrat Álvarez
Asunción, amanecer del 25 de diciembre de 2007

ILE 4


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ILE 3


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ILE 2


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ILE 1


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Saturday, December 22, 2007

Niño de Guzmán 2

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Niño de Guzmán 1

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Monday, December 17, 2007

Porfirio Mamani

Le P.E.N. Club français et la Maison de l’Amérique latine
vous invitent
le mardi 18 décembre de 18 h 30 à 20h 30 à l’auditorium

à la présentation par Jean-Pierre Rousseau
(auteur de Grandes voix de la Poésie brésilienne du XXè siècle aux éditions Lusophone)
des poètes brésiliens :
Murilo Mendes (1901-1975), Cecilia Meireles (1901-1964), Mario Quintana (1906-1994), Vinicius de Moraes (1913-1980) et Francisco Carvalho (1927)

à la présentation par Max Alhau de deux autres poètes d’Amérique latine :
Mario Campaña et Porfirio Mamani Macedo.

Mario Campaña est né en 1959 à Guyaquil (Equateur). Avocat de formation, il réside à Barcelone. Il est l’auteur des recueils de poèmes suivants : Cuadernos de Godric (1988, Prix national de poésie Equateur), Días largos y otros poemas (2002), Aires de Ellicot City (2007). Ce livre est paru en français aux éditions de l’Oreille du loup.
Essayiste, il a publié une biographie de Baudelaire : Juegos sin triunfos (2006) ainsi qu’une Anthologie de la poésie féminine hispano-américaine (2007). Il dirige la revue Guaraguao consacrée à la culture d’Amérique latine.

Porfirio Mamani Macedo est né à Arequipa (Pérou) en 1963. Il réside à Paris. Après des études de droit et de lettres à l’Université Catholique d’Arequipa, il a soutenu à la Sorbonne Nouvelle une thèse de doctorat sur Julio Ramón Ribeyro.
Poète, il a publié de nombreux recueils, dont Au-delà du jour (Editinter, 2000), Voix sur les rives d’un fleuve (Editinter, 2002), Un été à voix haute (Trident neuf, 2004), Poèmes à une étrangère (Editinter, 2005). Il est l’auteur d’un essai sur Flora Tristan et sur La société péruvienne du XXème siècle dans l’œuvre de Julio Ramón Ribeyro (L’Harmattan, 2007).

Friday, December 14, 2007

Salto de página

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Monday, December 03, 2007

Ponencia en Charlottesville


Leyendo mi ponencia sobre los Cinco metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat. Escucha Donald Shaw, moderador de la mesa.

Saturday, December 01, 2007

Colección minúscula. Carátula

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Monday, November 26, 2007

Sieteculebras 23 Índice

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Sieteculebras 23

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Sunday, November 25, 2007

Nadie sabe mis cosas: Presentación

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Ciudad y cultura gráfica 2

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Ciudad y cultura gráfica

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Lenguaje y realidad

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Friday, November 16, 2007

Marcel Velásquez sobre La cuarta espada


El Dominical de El Comercio

Domingo, 28 de octubre de 2007

El corazón de sendero
Una lectura melodramática

Por Marcel Velázquez Castro

La cuarta espada. La historia de
Abimael Guzmán y Sendero Luminoso

Debate
Lima 2007

La carrera de Santiago Roncagliolo, plagada de premios y éxitos literarios, demuestra la feliz conjunción de periodismo y narrativa. Casi no hay narrador que pretenda llegar a un gran público que no sea simultáneamente periodista. La tensión y la simbiosis entre el narrador y el periodista son imprescindibles para construir una figura literaria, sin ella no hay obra posible en los códigos del mercado cultural. La relación de Roncagliolo con el periodismo se remonta a sus orígenes y se explicita en los códigos realistas (mimético verosímiles), diseño de historias y agilidad de su lenguaje en la ficción.
La cuarta espada es un texto periodístico, en consecuencia, el lector espera una investigación sustentada en un contrato de veracidad. Sin embargo, Roncagliolo no revela la identidad de todas sus fuentes, emplea la ficción novelística de Susana Guzmán como historia verdadera, cita sin darnos la referencia precisa, ofrece datos históricos errados. A su favor, tiene la capacidad de construir una historia cubista que ofrece la perspectiva de diversos actores, maneja con maestría la tensión y construye frases efectistas, pero que resuenan en la memoria del lector.
El objetivo de este libro es develar al hombre que se encuentra debajo de la figura política del denominado Presidente Gonzalo. Es una crónica que se construye sobre una ausencia: la entrevista imposible al protagonista. Por lo tanto, solo quedan las voces y testimonios de quienes lo conocieron en diversos momentos de su vida. En esa dirección, los puntos culminantes son: la entrevista al hermano que todavía lo admira y a Elena Iparraguirre, su última pareja sentimental.
En la narración, predomina una lectura melodramática que a veces roza lo pueril y que aparece como explicación sugerida de la trayectoria de Abimael Guzmán y de las propias formas de organización del propio PCP. La calidad de hijo bastardo, el amor frustrado en la adolescencia, el supuesto hijo que no conoció, el triángulo amoroso con Augusta La Torre y Elena Iparraguirre. Todos esos elementos forman un conjunto de datos que son hilvanados como un atractivo culebrón, pero que son claramente insuficientes para comprender a los actores de un proceso de violencia política y militar.
El colapso y final del PCP también se busca decodificar de ese modo. Fue el exceso de pasiones el que provocó la rápida caída del Comité Central: el amor entre miembros de la cúpula facilitó la victoria de Benedicto Jiménez y sus hombres. La moraleja parece ser que existe una zona irreductible de humanidad en todos los senderistas y esa es la que termina perdiéndolos.
A diferencia del idealista puro encarnado en Osmán Morote y del militar violento representado por Feliciano, Abimael Guzmán es el intelectual, el hombre que cree en la ideología como fuerza constructora del mundo, el monstruo que no sabe llorar. El libro destaca la paradoja de que el responsable político de la muerte de más de 69.000 personas fuera un hombre que se la pasaba leyendo y escribiendo y que nunca participó en acción armada alguna.
La perspectiva elegida facilita la empatía del lector, el narrador en primera persona se convierte en parte de la historia, así conocemos diversos aspectos de la vida familiar del niño y del adolescente Santiago que se entrelazan con los acontecimientos. Paralelamente, se nos narra el propio proceso del reportaje que de un informe periodístico para El País se convierte en un libro. La transformación del objeto del discurso también afecta al sujeto, que desde una inicial posición pragmática y cínica asociada al oficio de periodista se va involucrando afectivamente con su objeto de estudio. El clímax se alcanza en una de las playas de Asia: Roncagliolo justifica, en carne propia y bajo ciertas circunstancias, la opción de los militantes de Sendero.
Su objetivo no es presentar una interpretación comprehensiva del conflicto armado interno, pero cada cierto trecho cae en la tentación amparado por citas genéricas de Hobsbawm e Isaiah Berlin. Sus fuentes bibliográficas son principalmente libros de periodistas, las más complejas interpretaciones del fenómeno (Degregori, Portocarrero, Manrique) brillan por su ausencia.
Todo el libro debe verse como una introducción, un manual para dummies que huele a wikipedia y que está dirigido, principalmente, a los lectores extranjeros que desconocen absolutamente todo de Sendero y del Perú.
Un libro que, como su personaje principal, termina decepcionando a tirios y troyanos, muy lejos del estilete objetivo y el embrujo verbal de A sangre fría, pero también muy distante del rigor y la solvencia periodística de Kapuscinski.

Rocío Silva sobre La cuarta espada

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Monday, November 12, 2007

Wednesday, November 07, 2007

Programa Congreso de Poesía Universidad de Virginia

Jueves, 8 de noviembre

12:00-2:00 p.m. Inscripciones
Newcomb Hall, 360

Tarde

2:00-3:30: LECTURA DE POESÍA
Art Gallery, Newcomb Hall

Chaired by: Benito del Pliego

Roger Santiváñez
Julio Prieto
Andrés Fisher
Benito del Pliego
Marcos Canteli

EL “YO” FEMENINO EN LA POESÍA LATINOAMERICANA
Commonwealth Room, Newcomb Hall

Chaired by: Ivy Arbulú

2:00-2:30: Andrea Smith, “The Division of Self in the Final Three Poems of Olga Orozco’s Las muertes”.
2:30-3:00: Ivy Arbulú, “Imitación y tradición en Piel alzada de Rosella di Paolo”.
3:00-3:30: Dolores Flores-Silva, “La poesía ferretiana: pensamiento y palabra de mujer a través del tiempo”.

POETAS INFLUYENTES EN LA AMÉRICA LATINA DEL SIGLO XX
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Donald Shaw

2:00-2:30: José Manuel Batista, “Pedro Mir en el ojo del huracán Neruda”.
2:30-3:00: Luis Correa-Díaz, “La poesía hipertextual(izada) de Jorge Luis Borges”.
3:00-3:30: Marcelo Pellegrini, “Carlos Germán Belli: la forma de la crítica, la geometría de lo marginal”.

COMPARACIONES (POS)COLONIALES
South Meeting Room, Newcomb Hall

Chaired by: Ruth Hill

2:00-2:30: Iliana Godoy Patiño, “El poema epistemológico en México”.
2:30-3:00: Silvia Goldman, “Sor Juana y Delmira: ¿El sueño o el despertar?, ‘¿el naufragio o la eterna corona de los Cristos?’”.
3:00-3:30: Amy Frazier Yoder, “Body as Liberation or Imprisonment: Depictions of the Physical Self in Giocanda Belli’s Sobre la grama and Olga Orozco’s Museo salvaje”


3:30-4:00: Descanso

4:00-6:00: LECTURA DE POESÍA
Art Gallery, Newcomb Hall

Chaired by: Daniel Chávez

Daniel Chávez
Pepo Delgado
Alan Smith-Soto
Irene Beibe

LOS MÁRGENES DEL DESEO: TRASGRESIÓN Y NACIÓN EN LA POESÍA CUBANA DE FINALES DEL SIGLO XIX Y LA PRIMERA MITAD DEL XX
Commonwealth Room, Newcomb Hall

Chaired by: Gustavo Pellón

4:00-4:30: Jorge Camacho, “Escenas pornográficas: el sexo, la moral y el baile a finales del siglo XIX en Cuba”.
4:30-5:00: Francisco Morán, “Bajorrelieves del deseo: la inscripción de la figura homoerótica en la poesía de Julián del Casal”.
5:00-5:30: Jesús E. Jambrina, “Modernidad poética en Cuba: versiones y contrapuntos entre Cintio Vitier y Virgilio Piñera”.
5:30-6:00: Rita Martin, “Marginalizaciones en Emilio Ballagas”.

SOCIAL CONSTRUCTION AND 20TH-CENTURY SPANISH POETRY
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Andrew Anderson

4:00-4:30: Reyes Vila-Belda, “Antonio Machado y el proceso de canonización”.
4:30-5:00: Martha LaFollette Miller, “Jorge Guillén’s Self-Representation in Lenguaje y poesía.”
5:00-5:30: Margaret H. Persin, “Woman and Nation in Concha Zardoya’s Corral de vivos y muertos.”
5:30-6:00: Anita Hart, “Reading Sara Pujol Russell’s Poetry of Contemplation and Connection.”

NUEVA POESÍA LATINOAMERICANA
South Meeting Room, Newcomb Hall

Chaired by: María Inés Lagos

4:00-4:30: Manuel Jofré, “Problemas del sistema poético chileno y las promociones emergentes”.
4:30-5:00: Raquel Patricia Chiquillo, “La poesía de posguerra: Temas y tendencias de la nueva poesía salvadoreña”.
5:00-5:30: Ilka Kressner, “Poemas al caer—el motivo del vértigo en las obras de tres poetas hispanoamericanos contemporáneos”.
5:30-6:00: Jorge Souza Jauffred, “Poetas contemporáneos de Jalisco”.

6:00-6:30: Descanso
6:30-7:30: LECTURA DE POESÍA
Ballroom, Newcomb Hall

Chaired by: Fernando Operé

Luis Alberto Ambroggio
Gladys Ilarregui
Eduardo Espina
Miguel Ángel Zapata

VISIONES CÓSMICAS EN LA AMÉRICA LATINA DEL SIGLO XX
Commonwealth Room, Newcomb Hall

Chaired by: Carmenza Klein

6:30-7:00: Jeanneth Vázquez, “El tiempo y su acción corrosiva en la civilización y el hombre en ‘El fantasma del buque de carga’ de Pablo Neruda”.
7:00-7:30: Donald L. Shaw, “Cardenal’s Cántico cósmico and the Notion of a Christian Order.”

POESÍA AMOROSA
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: María del Puig Andrés

6:30-7:00: German Yanke, “Poemas de amor y otros imposibles”.
7:00-7:30: Patricia Reagan, “The Other Side of Roque Dalton: Three Love Poems from El amor me cae más mal que la primavera.”

TRADICIÓN Y VANGUARDIA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CANON LÍRICO ESPAÑOL
Art Gallery, Newcomb Hall

Chaired by: Alison Weber

6:30-7:00: Arantxa Fuentes Ríos, “Antonio Machado y la cuestión del canon literario español”.
7:00-7:30: Aurora Hermida Ruiz, “El ‘Siglo de Oro’ desde la Generación del 27: la canonización de la poesía lírica áurea como nueva solución de continuidad nacional”.


7:30-9:00: RECEPCIÓN
The Colonnade Club, Pavilion VII, West Lawn

***


Viernes, 9 de noviembre


Mañana

9:30-11:00: LECTURA DE POESÍA
Newcomb Hall 168 AB

Chaired by: Luis Correa-Díaz

Luis Correa-Díaz
Manuel Jofré
Jorge Nef
Marcelo Pellegrini

EDUARDO ESPINA Y LA POESÍA DE LA DIFICULTAD
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Inst./ Special Collections Library
Chaired by: Randolph Pope

9:30-10:00: Enrique Mallen, “Poesía del lenguaje en Eduardo Espina”.
10:00-10:30: Randolph Pope, “Espina’s Poetry as Proof that Understanding is Overvalued”.
10:30-11:00: Eduardo Espina, lectura de poesía

POESÍA URBANA EN LATINOAMÉRICA
Auditorium, Harrison Institute/ Special Collections Library
Chaired by: Donald Shaw

9:30-10:00: Magda Sepúlveda, “La ciudad neoliberal: poesía chilena bajo dictadura”.
10:00-10:30: Paolo de Lima, “‘Los ciclistas venden imágenes económicas’: economía y paisaje poético en la República Aristocrática peruana. Los 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat”.
10:30-11:00: Gladys Ilarregui, “Deshechos: categorías urbanas en la poesía latinoamericana actual”.

LA TIERRA DE ALVARGONZÁLEZ: CRÍTICA Y LECTURA POÉTICA
Kaleidoscope, Newcomb Hall
Chaired by: David Gies

9:30-11:00: Antonio Barbagallo, “La tierra de Alvargonzález: envidia innata o injusticia”.
Fernando Operé, recitando La tierra de Alvargonzález.

11:00-11:30: Descanso

11:30-1:00: LECTURA DE POESÍA
Auditorium, Harrison Institute/ Special Collections Library

Chaired by: Juan Carlos Galeano

Luciano Díaz
Juan Carlos Galeano
Ramiro Lagos
Consuelo Hernández

POESÍA ESPAÑOLA DE GUERRA Y EXILIO
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Michael Gerli

11:30-12:00: Carmen T. Sotomayor, “Representación femenina en los romances populares de la guerra civil”.
12:00-12:30: Luis Alberto Ambroggio, “Poesía del exilio español: figuras, registros y contribuciones”.

“SILENCIO LA TIERRA VA A DAR A LUZ UN ÁRBOL”: GERMINATIONS FROM HUIDOBRO
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Inst./ Special Collections Library

Chaired by: María Inés Lagos

11:30-12:00: Scott Weintraub, “Cosmology and Eschatology in the Poetry of Vicente Huidobro and Raúl Zurita.”
12:00-12:30: David Faught, “The Flesh Made Word/ The Word Made Flesh: Raúl Zurita as Savior in /Purgatorio /and /Anteparaíso/.”
12:30-1:00: Bruce Dean Willis, “Vicente Huidobro and the Curse of the Aymara. Co-starring Oliverio Girondo and Manuel Bandeira.”

LORCA Y LOS ESTADOS UNIDOS
Newcomb Hall 168 AB

Chaired by: Andrew Anderson

11:30-12:00: Marco A. Antolín, “Relaciones de intertextualidad entre la poesía de Federico García Lorca y la poesía norteamericana”.
12:00-12:30: Jonathan Mayhew, “Frank O’Hara’s ‘Lorcaescas’: Translation, Parody, and Kitsch.”
12:30-1:00: María Cristina C. Mabrey, “Hojas de hierba y Poeta en Nueva York, Walt Whitman y Federico García Lorca: erotismo, feminismo y poesía de amor”.

1:00-2:00: Almuerzo


Tarde

2:00-3:30: LECTURA DE POESÍA
Newcomb Hall 168 AB

Chaired by: Fernando Operé

Patricia Medina
Iliana Godoy
María Ángeles Pérez López
María Paz Moreno

MUJERES FRENTE A LA VIOLENCIA EN LATINOAMÉRICA
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Keith Howard

2:00-2:30: Rocío Ferreira, “Poesía escrita por mujeres sobre la violencia política: una aproximación a partir de la antología Memorias in Santas (2007)”.
2:30-3:00: Alaina Houston, “La salvaja y La bebida: la representación de la mujer en la poesía de Carmen Boullosa”.
3:00-3:30: Giancarla Di Laura, “Dalmacia Ruíz Rosas: entre el compromiso social y el erotismo”.

POESÍA ESPAÑOLA DE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Institute/ Special Collections Library

Chaired by: Javier Herrero

2:00-2:30: Kathy Vlieger, “‘El cisne modernista se ha hecho lechuza’: Toward the Esperpento in the Poetry of Valle-Inclán.”
2:30-3:00: José María Rodríguez García, “Ventanas a la historia en Jorge Guillén”.
3:00-3:30: Andrew Anderson, “Canary Island Surrealism: Emeterio Gutiérrez Albelo’s Enigma del invitado (1936)”.

POESÍA MEXICANA CONTEMPORÁNEA
Auditorium, Harrison Institute/ Special Collections Library

Chaired by: Ruth Hill

2:00-2:30: Julianna Gallardo, “La función del lenguaje en tres poemas de Octavio Paz”.
2:30-3:00: Aurora Camacho de Schmidt, “Pas de deux: pintura y poesía en Octavio Paz”.
3:00-3:30: Rei Berroa, “Por una poética de la angustia: somatografía, simulacro y representación autobiográfíca en el discurso de Frida Kahlo”.
3:30-4:00: Josie Bortz, “El ente es sueño y muerte en Nocturnos de Villaurrutia”


3:30-4:00: Descanso.


4:00-5:00: RECITAL DE POESÍA Y MÚSICA (GRUPO DE TEATRO SPANISH DEPARTMENT)
Auditorium, Harrison Institute/ Special Collections Library


7:00-10:00: BANQUETE
CONFERENCIA PLENARIA DE JUAN MANUEL ROCA
RECITAL VIRGINIA BELLS
Alumni Hall

***


Sábado, 10 de noviembre


Mañana

9:30-11:00: LECTURA DE POESÍA
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Fernando Operé

Juan Manuel Roca
Juan Carlos Mestre
Fernando Operé
Germán Yanke

LA IDENTIDAD ENTRE DOS CULTURAS EN LA POESÍA AMERICANA
Newcomb Hall 168 AB

Chaired by: Daniel Chávez

9: 30-10:00: Irene Beibe, “Identidad, lenguaje, tierra y patria: problemáticas del bilingüismo en la poesía indígena de Ariruma Kowii (Nación Quechua, Ecuador) y Hugo Jamioy (Nación Kamsá, Colombia)”.
10:00-10:30: Mark Smith-Soto, “What Does It Mean To Be a Latino Writer?”
10:30-11:00: Maria Patricia Napiorski, “Spanishing the English Language: Linguistic Overflow in the Poetry of some Latino Writers.”
11:00-11:30: José F. Bañuelos, “Nostalgia del ayer en El libro del desterrado de Jesús Barquet”.
MIGUEL ÁNGEL ZAPATA
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Inst./ Special Collections Library

Chaired by: Randolph Pope

9:30-10:00: Ben Heller, “At Home in the Anthology: Miguel Ángel Zapata and the Framing River.”
10:00-10:30: Randolph Pope, “What Can Be Poetic About Prose? Zapata’s Alchemic Magic.”
10:30-11:00: Santiago Daydi, "A vuelo de pájaro: una ornitología poética."
11:00-11:30: Miguel Ángel Zapata, “A Response from the Alchemist”.

NUEVA POESÍA ESPAÑOLA
Newcomb Hall, 389

Chaired by: María del Puig Andrés

09:30-10:00: Alicia López Operé, “Jóvenes poetas del siglo XXI en antología”.
10:00-10:30: Tamara Bjelland, “No Poet Left Behind: Agustín Fernández Mallo’s Call for a New Spanish Poetry.”
10:30-11:00: María del Puig Andrés, “La escritura como arma de supervivencia en La segunda mujer y Amor mi señor de Luisa Castro”.


11:00-11:30: Descanso

11:30-1:00: LECTURA DE POESÍA
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Rei Berroa

Antonio Barbagallo
Paolo de Lima
Rei Berroa
Carmen Valle

POSGUERRA ESPAÑOLA
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Inst./ Special Collections Library

Chaired by: Alison Weber

11:30-12:00: Joana Sabadell-Nieto, “Deudas alimentarias: la reconstrucción del cuerpo a cuerpo y la poesía sustancial”.
12:00-12:30: Gary L. Atwood, “‘Móntalo España’: Carlos Edmundo de Ory frente a la poesía ‘nacional’”.

POETAS MODERNISTAS
Newcomb Hall 168 AB

Chaired by: Gustavo Pellón

11:30-12:00: William Teipe, “Dulce María Borrero de Luján: Tracing Out the Past in Search of the Future.”
12:00-12:30: Estela Vieira, “Saudade and Soledad: Fernando Pessoa and Antonio Machado on Nostagia and Loneliness.”
12:30-1:00: Georg M. Schwarzmann, “Voices of Freedom: José Martí Reads Heinrich Heine”.
POESÍA ESPAÑOLA DE FINALES DEL SIGLO XX
Newcomb Hall, 389

Chaired by: Andrew Anderson

12:00-12:30: Enrique Álvarez, “La centralidad del margen: identificaciones imaginarias y simbólicas en la poesía de Luis Antonio de Villena”.
12:30-1:00: Matthew J. Marr, “The ‘Instruction Poem’ and Found-Text Pastiche in Postnovísimo Verse.”


1:00-2:00: Descanso

Tarde

2:00-3:00: MESA REDONDA. EL ESTADO DE LA POESÍA ACTUAL
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Inst./ Special Collections Library

Chaired by: María Ángeles Pérez López

Patricia Medina
Iliana Godoy
María Ángeles Pérez López
Juan Manuel Roca
Juan Carlos Mestre

3:00-3:30: Descanso

3:30-5:00: LECTURA DE POESÍA
Newcomb Hall 168 AB

Chaired by: María Inés Lagos

Alicia Borinsky
Jeanneth Vázquez
Enid Valle
David Miralles

ALGUNOS LINDEROS POÉTICOS EN LA LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX
Kaleidoscope, Newcomb Hall

Chaired by: Ricardo Padrón

3:30-4:00: Sandra Watts, “Poesía y poética en la obra de Benjamín Jarnés”.
4:00-4:30: Mary Vásquez, “Contra pertenencia y exilio: las fronteras del retorno en Rafael Alberti”.
4:30-5:00: Samuel Sánchez-Sánchez, “Armas letradas, letras armadas: consignas medievales en la poesía de Agustín Millares Sall”.

POESÍA FEMENINA LATINOAMERICANA CONTEMPORÁNEA
Byrd/Morris Seminar Room, Harrison Inst./ Special Collections Library

Chaired by: David Haberly

3:30-4:00: María Ángeles Pérez López, “Poesía y maternidad: revisión de tópicos en la literatura venezolana contemporánea”.
4:00-4:30: Adriana Gordillo, “Lo doméstico en la poesía de Yolanda Pantin: una lectura de Poemas del escritor”.
4:30-5:00: Carlos L. Orihuela, “Irracionalismo y marginalidad en la poesía de Blanca Valera”.

POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XIX
Newcomb Hall, 389

Chaired by: David Gies

3:30-4:00: Jeffrey T. Bersett, “Zorrilla’s Reluctant Romanticism: Don Juan and the Nineteenth Century.”
4:00-4:30: Stacey Aronson, “The Martyred Maternal Body in Pedro de Fuentes’s ‘Doña Francisca la cautiva.’”

Wednesday, October 31, 2007

La doble lectura

Cultura: Herbert Morote recuerda al dictador y libertador Simón Bolívar en su último libro. Además, analiza el adverso fallo de Indecopi

Por Carlos Cabanillas*

Herbert Morote es de los que creen que ensalzamos a héroes que acaso no merecen tanto pica pica. Que olvidamos al congresista Luna Pizarro, deportado por Bolívar por demócrata y peruano. Que tampoco recordamos muy bien al ejército peruano que luchó en la batalla de Ayacucho y que luego sobrevivió en pésimas condiciones por cortesía de Bolívar. Pero esa es la historia, y ya nada puede hacerse salvo aprenderla.
Hoy, Morote se indigna por sucesos más recientes. Como el reciente fallo de Indecopi que, tras más de un año de espera, tachó como 'improcedente' la denuncia por plagio que le entabló a Bryce el 29 de septiembre del 2006. Alfredo Bryce Echenique ha manifestado su alegría.
Morote inició el proceso legal luego de leer un texto parecido a su entonces inédito Pero, ¿tiene el Perú salvación? en el diario El Comercio. El artículo de su ex amigo Bryce se llamó "La educación en ruinas".
–CARETAS habló del friaje cuando puso a Bryce en carátula. Esa ha sido la estrategia de Indecopi: enfriar el asunto, aplazarlo. Exceder los plazos de su reglamento (120 días).
–Resúmanos el fallo.
–Indecopi asegura que los cuatro testigos que leyeron mi manuscrito y que presentaron sus declaraciones juradas no son creíbles, pues son mis amigos. ¡Ni modo que fueran desconocidos! Cualquiera sabe que un escritor envía sus manuscritos a gente de confianza. Por eso se los envié a Bryce.
–¿Se pretende descartar la existencia de su manuscrito, a pesar de que Bryce aceptó haberlo recibido?
–Es que Bryce dice haber recibido otro manuscrito. Además, aseguró que nunca en su vida había sido acusado de plagio. Luego, cuando le sacan los 27 plagios, Indecopi rechaza esa información alegando que no es pertinente.
–Enrique Ghersi, abogado de Bryce, menciona una pericia literaria de Julio Ortega que le es favorable.
–Indecopi no la ha tomado en cuenta en sus conclusiones. Sólo la ha mencionado en su resolución (la pericia se hizo el 24 de enero del 2006, y Bryce la presentó como parte de su defensa).
Tras las palabras de Morote, Ghersi retrucó.
–Ortega es amigo de Bryce. Su pericia es tan discutible como los testimonios de los amigos de Morote.
–Pero lo presentamos como pericia de parte, y alentamos a Indecopi a hacer una neutral. Además, durante el intercambio de e-mails Bryce corrigió borradores de Morote.
–¿En qué se diferencia este caso del de El Otro Sendero, en que usted y Mario Ghibellini se enfrentaron a De Soto por la autoría?
–A De Soto no se le acusó de plagio, sino de violar los derechos morales de paternidad. Todas las ediciones habían mantenido la autoría de los tres. Hernando de Soto decía exactamente lo mismo que Morote: que las ideas eran suyas. Pero 1) no se protegen las ideas, sino las creaciones intelectuales. Y, en el caso de De Soto, 2) Adam Smith tenía las mismas ideas 300 años antes.

Bolívar Bajo la Lupa
Preocupado, dice, por los falsos ídolos que ensalza parte de la actual Latinoamérica, Herbert Morote acaba de presentar Bolívar, Libertador y enemigo N° 1 del Perú con Jaime Campodónico Editor. El libro rescata el lado oscuro del libertador Simón Bolívar. Entiéndase por 'oscuro' tanto el aspecto olvidable de Bolívar como el olvidado. La historia que nos enseñan en el colegio, dice Morote, es un poco más feliz que la auténtica.

*Publicado en Caretas 1999.
En la foto: Herbert Morote presenta descargos y novel libro sobre Simón Bolívar. [Leyenda de Caretas]

Friday, October 26, 2007

Velaochaga 3

Revolución rusa en "Viaje de trabajo", a partir de memoria visual del artista. [Leyenda de Caretas]

Velaochaga 2

Pizarro basado en cuadro de Hernández. Velaochaga trabaja fotografías y otras imágenes. [Leyenda de Caretas]

Velaochaga

"Himno aéreo", donde el artista usa foto de Fujimori luego de Chavín de Huantar. "Arte y política no están separados. Que los artistas busquen un distanciamiento ya es otra cosa", dice Velaochaga. [Leyenda de Caretas]

Tuesday, October 23, 2007

Foto Congreso Huanchaco

En la foto (de izq. a derecha): Roberto Reyes Tarazona, María Ángeles Vázquez, Fernando Bazán (alcalde de Huanchaco), Oswaldo Reynoso y Mario Suárez Simich.

Thursday, October 18, 2007

Foto

Carlos Torres Rotondo, Paolo de Lima, Martín Rodríguez-Gaona. Madrid, octubre 2007.

Friday, October 12, 2007

¡Basta Ya!


Pulgar abajo contra afiche fascista colocado en la vidriera de un banco ubicado en una céntrica calle madrileña. En esa propaganda lo inmigrante está manipuladamente concatenado a dos males que le son ajenos. ¡Basta ya!

Presentación La cuarta espada 5


Presentación La cuarta espada 4


Presentación La cuarta espada 3


Presentación La cuarta espada 2


Presentación La cuarta espada 1


Coloquio Letras Cusqueñas… Letras del Sur

Lecturas Literarias

Programa
Local Centro de Convenciones Cusco
Hora 7pm.

Día miércoles 14 de noviembre

Braddy Romero
Ángel Ccolqque
Franklin Sequeiros
Miguel Ángel Fuentes
Silvia Soto
Caroline Valdivia Pasten
Pasos Paz
Karina Pacheco
Soledad Araoz
Luis Castro Prieto
Kreuza del Campo


Día jueves 15 de noviembre

Juan Mescco
Lissette Vera
Erwin Arce
Jonathan Alzamora
Willny Dávalos
Julio Perea
Jimmy Vera
Pavel Ugarte
Wilden Portilla
Raúl Pacheco


Día viernes 16 de noviembre

Luis Nieto Degregori
Gloria Mendoza
Enrique Rosas Paravicino
Christian Reynoso
Iván Yauri
Ana Bertha Vizcarra
Hugo Bonet
Carlos Candia
Roberto Marmanillo
Hugo Contreras

Monday, October 08, 2007

Encuentro con Blanca Varela

Encuentro con Blanca Varela[1]

Por Yolanda Pantín

Hablar de poesía

Durante la semana que duró la invitación que la trajo a Caracas para dictar el veredicto del Premio Internacional de Poesía Juan Antonio Pérez Bonalde en Agosto de 1996, escuché hablar a Blanca Varela. Fueron pocas las veces que me permitió acotar algo al río de su conversación. No me importó, yo quería escucharla. Me fascinaba descubrir en sus relatos y, sobre todo, en las anécdotas domésticas, triviales, banales, llenas de mínimos detalles: el tipo de ropa que le gusta, dónde la compra, cuántas veces a la semana se arregla el cabello, el carácter de sus hijos, tan diferentes, en la mención a sus nueras, sus nietas, sus empleadas, a Szyszlo, a su madre, a sus hermanas, los signos terribles de su poesía, la implacabilidad de su mirada. Tenía la intención de hacerle una entrevista literaria pero oyéndola hablar tuve casi la certeza de que cualquier cosa que me dijera, sin que mediara un mínimo de intimidad entre nosotras, iban a ser lecciones aprendidas a lo largo de la vida, lugares comunes de un discurso mayor del que descree. “Las mujeres —le escuché decir— hemos abordado temas más modestos, menos importantes”.
“Soy una persona terriblemente previsible, siempre he sido así”, me decía mientras revisaba cada una de las gavetas de la cómoda del hotel. Parecía tener miedo de dejar algo; revisó sus maletas y sus papeles varias veces.
Lo único que en el trayecto llamó su atención de una ciudad que no conocía, un momento de asombro, fue el verde de las colinas que se derraman desde Caracas hacia el aeropuerto Simón Bolívar en Maiquetía. “Qué bonito” me dijo. Traté de recordar en sus libros momentos de celebración. No pude entonces. El cielo, testigo de su feroz interpelación a un dios muy cruel, parece cubrir con calma indiferencia aquel “oscuro laberinto profundo” que puede ser la vida. Un cielo semejante al de algunos de los poemas de su coterráneo y contemporáneo Jorge Eduardo Eielson que leía entonces con mucho interés y admiración. Pero viéndola contemplar el hermoso paisaje no dejé de pensar en otro de sus versos: “el suplicio comienza con la luz”.
En Maiquetía buscamos un lugar tranquilo para seguir conversando. Blanca huía del ruido, de la gente. Encontramos refugio en uno de esos restaurantes que son iguales en todos los aeropuertos del mundo. El hecho de que no hubiese café la confundió. Mientras tomaba el refresco que pidió a cambio, sacaba la cuenta de las horas que podía dormir y descansar antes de salir al día siguiente para Chile atendiendo otra invitación. Estaba cansada, la noche anterior había dormido poco. Odiaba verse así, pálida, ojerosa. Cuando nos despedimos, al fin, frente a la aduana, lo último que me dijo con aquella elegancia que nace del hartazgo, del enorme fastidio que parece producirle la humanidad, sin muchos aspavientos, sin demasiada efusión, fue: “Adiós Yolanda, sé feliz”.
Entonces, al llegar a mi casa, para que no se perdiera lo vivido y las palabras no se las llevara el viento, escribí este retrato que en su momento ella me autorizó publicar:

Retrato de memoria

Yo vivo en una casa muy grande, de tres pisos, frente al océano. A veces, tarde en la noche, mi hijo Vicente que vive justo debajo de mí, me llama por teléfono y me pregunta: ¿Qué haces, Varela? Me llama así, Varela. Yo le digo: nada, estoy viendo televisión. Entonces él me invita a tomar un whisky para ver la luna desde su terraza, una vista preciosa.
Desde la ventana de mi oficina miro a un terreno baldío. El otro día estaba una criatura como de once años rodeada por un grupo de niños que aspiraban pegamento. Escribí un poema llamado “Ternera acosada por tábanos”. Un buen título, ¿no? Es terrible.
Yo he tenido una vida espléndida, no me puedo quejar. He viajado por el mundo entero, he vivido en París, en Nueva York, en Washington, pero quise regresar al Perú. Elegí vivir en la pobreza.
No sé, he leído mucha poesía…soy una buena lectora de poesía. A veces veo que hay poetas que son demasiado “poetas”, ¿me entiendes? Muy pendientes de lo estético… eso me distancia un poquito. Yo no hago concesiones. Mis poemas nacen de otra cosa.
Veo que en la poesía venezolana hay muchas referencias a los asuntos familiares: los padres, los tíos, los hermanos, la casa solariega. Yo también tengo mi retrato de familia, pero ya sabes cómo es.
Cuando mi hijo Lorenzo tenía catorce años, pasaba al lado mío y no me veía, como si yo no existiera, como si fuese transparente. No sabes cómo me dolía. Entonces escribí “Casa de cuervos”.
Yo miento mucho. Pero miento en las cosas pequeñas, es curioso, en las cosas que no tienen importancia, digo mentiras tontas; te dije que el lunes es el cumpleaños de mi madre, pero no es así, es el cumpleaños de una de mis nietas. No se por qué te dije eso. Quien no miente es la poesía, ¿cierto?
Me llevo estupendamente bien con mi madre. Es una mujer fantástica. Tiene noventa y un años y todavía usa tacones. Además, huele a rosas. Se ha casado tres veces, una mujer muy fuerte, llena de vitalidad. Es una especie de gloria patria, la gente la adora, sus cumpleaños son fiestas nacionales, escribe poemas populares, canciones. Mi madre me admira mucho, está muy pendiente de mí. Yo la mimo. Cuando voy de viaje le llevo cosas preciosas. La última vez que fui a Nueva York, le compré un traje de paillete, no pude evitarlo, un traje negro, una maravilla.
Mi padre era un hombre muy fino, el primer marido de mi madre. De una vieja familia de la oligarquía venida a menos, gente que no trabajó nunca en la vida, que se fueron comiendo la herencia hasta quedar prácticamente sin nada. Era de verdad un hombre muy refinado. Cuando yo salía era él quien me hacía las uñas. A los quince años comencé a fumar. Mi padre un día me abrió la cartera y vio la caja de cerillas. ¿Sabes qué hizo? La sacó y sin decir palabra, metió dentro del bolso un encendedor de oro, muy bello. Así era mi padre.
Un sicoanalista amigo mío, un hombre brillante, Max Hernández, me dijo que yo era más padre que madre. Qué curioso, ¿no?
Yo he sido una mujer muy seductora. A veces me miraba en el espejo y me encantaba, ese brillo de la mirada. Hasta que no me gusté más. Cuando era joven e iba a las fiestas, me fijaba en el hombre más guapo de la reunión, y ¿puedes creerlo? enseguida estaba al lado mío y me invitaba a bailar. Pero siempre resultaban tan aburridos…
No me gustan las mujeres pero tampoco me gustan los hombres. A ver ¿qué clase de hombres me gustan a mí? Odio a los hombres con las uñas arregladas, me horroriza la idea de que una mano así me toque. Es extraño, pero cuando era joven y vivía en París, me gustó un hombre pequeño, feo, con una pelusa en la cabeza y gotas de sudor sobre el labio. Yo no podía creerlo, qué me está pasando, pero me gustaba, tenía algo.
Me gusta mucho la pintura de Bacon, esas figuras borradas. Hace poco fui a ver una exposición de él en Nueva York y me tuve que salir de la sala. No lo pude resistir.
Yo no digo lisuras, pero ahora me gustaría decir: Carajo. ¿Ustedes dicen carajo? Quiero irme al quinto coño. No quiero despedirme de nadie, odio las despedidas.
Mi nieta Manuela me imita, qué graciosa. ¿Cómo hace tu abuela? le preguntan. Y ella tuerce un poquito la boca, ese rictus que yo tengo. ¿Te fijaste? Lo hace perfecto.
Cuando niña, la boca de los adultos me daba asco. Me besaban y yo inmediatamente me secaba la mejilla.
A las mujeres les gusta que les regalen perfumes, ¿no? Yo uso un perfume muy raro de Guerlain, un perfume difícil de conseguir.
No hemos hablado casi de poesía. Hace poco en Lima, invité a mi casa a un grupo de poetas. Una de ellas las previno: Blanca Varela es una señoritinga, nos va a ofrecer whisky, ya verán. Bueno, les ofrecí whisky, vino, vodka, lo que ellas quisieron. ¿Sabes de qué hablamos toda la tarde? Pues de hombres, de cosas de mujeres.
¿Te gustaron las cosas que leí de Ejercicios materiales? Yo creo que no voy a escribir más así, creo que toqué un límite, me da miedo caer en una retórica del horror, por decir algo. Son poemas tremendos, cuando digo que Dios es una mosca que mato contra la pared. Qué bruta ¿no? Ese poema lo escribí en cama, con un resfriado terrible. Agarré un papel y lo escribí. Al día siguiente lo pasé a máquina, un poco para saber qué era lo que había hecho. Y me gustó, le corregí muy pocas cosas.
Lo que escribí después de ese libro es diferente, se llama El libro de barro. Sentí la necesidad de hacer un recuento de mi vida. El libro vino solo, como suele suceder, sin que yo lo buscara. Estaba en una casa de playa con unas amigas que me invitaron a pasar con ellas unos días. Cuando llegamos me dieron un cuarto para mí sola: Blanca quiere estar sola. Se los agradecí muchísimo. Yo me iba en las tardes a mirar el océano. Entonces, un día, hundí las manos en la arena y sentí que estaba tocando algo muy antiguo. En ese libro hago por primera vez mención a mi padre cuando digo: “mi padre sonríe”. Y es que en mi poesía hay mucha ternura.

El poso

Leo este retrato muchos años después aunque conservo intacta la emoción que me animó hacerlo. Del trato con Blanca Varela surgió el permiso para publicar en la editorial Pequeña Venecia de Caracas, el poemario Ejercicios Materiales que había salido antes en Lima. Luego recibí por correo un ejemplar de El libro de barro. Y ocurrió el accidente donde murió su hijo Lorenzo. La otra vez que nos vimos fue en Lima en 1999, el mismo año que publicó Concierto animal. Estuve un rato en su casa frente al océano hasta que un grupo de poetisas nos fuimos junto con ella a la casa de Giovanna Pollarollo para seguir hablando de las cosas de la vida, como hacemos las mujeres cuando nos reunimos.
Tengo una deuda personal con Blanca Varela, una deuda de la que ella en su lucidez me previno al decirme que tenía la certeza de que al pagarla la iba a matar simbólicamente dentro de mí. Le debo en intención, al menos, como tantas amigas, desconfiar de las palabras, no prodigarlas, no dejarse encantar ni encandilar por bellos edificios verbales. Ser compasiva y cruel, al mismo tiempo, cuando nos ha tocado a nosotras mismas romper nuestra imagen frente al espejo y con ello los mitos que sostienen nuestra condición de madres, de amantes y de hijas para rehacer nuestras rotas identidades. Así, la mayor deuda que podemos tener con esta poeta es su riguroso ascetismo, su trato ético con las palabras, y la libertad de atreverse a ver “más allá de las cosas, de los objetos, de los gestos”; saber regresar de los frecuentes viajes al fondo de sí misma (“aquella región muy delgada, muy peligrosa a veces” —como le dijo a Edgar O’Hara[2]), “con pequeños objetos, con restos extraños, con fragmentos de cosas misteriosamente irreconocibles…”.
Blanca fue muy generosa al permitirme en esos diálogos en Caracas volver la vista para reconocer al padre. Esa extraordinaria posibilidad que deviene en otra forma de escritura cuando se abren otras puertas, pude verla en los poemas de El libro de barro que leí entonces como una invitación al desprendimiento. Recuerdo cómo me llamó la atención la frase “mi padre sonríe” y el hecho —según su relato— de que ese poemario hubiese surgido cuando hundió la mano en la arena y tocó algo misterioso y extraño. Ese “frágil huesecillo de la estirpe” que la poeta encontró al azar un día que fue a la playa con sus amigas, es también lo menor, lo deleznable, lo que nadie se detendría jamás a considerar, pero donde ella pensó la posibilidad de una respuesta a su angustioso requerimiento. Es verdad que Concierto animal cierra esa puerta, pero también es cierto que en ese libro la poeta encontró el “hueso” de la escritura.
Así, volviendo a la deuda que muchos tenemos con Blanca Varela, quisiera agregar algo. Yo creo que parte del trabajo de un poeta consiste en olvidar todo lo que ha leído, todo lo que ha amado intensamente, para que quede la escritura como un poso donde las voces se confunden y no le pertenecen a nadie. Si eso no se hiciera, deslastrarse de los recuerdos y de los poemas que nos han marcado con la misma intensidad que una relación amorosa, sería imposible igual vivir que escribir (si se entiende como escritura eso que llaman —equívocamente— tener “voz propia”).

[1] Publicado en Silva Santisteban, Rocío y Mariela Dreyfus. Nadie sabe mis cosas. Ensayos sobre la poesía de Blanca Varela. Lima: Fondo Editorial del Congreso, 2007. Una versión abreviada apareció originalmente en El Libro Actual 20, 1996-1997, Caracas.
[2] O’Hara, Edgar. “El recuerdo del recuerdo. Entrevista con Blanca Varela”. La Gaceta del Fondo de Cultura Económica. Nueva época. Nº 178. México D.F., octubre de 1985.


En la foto: FIL Guadalajara 2005, donde se ofreció un tributo a Blanca Varela, quien fue representada por su hijo Vicente de Szyszlo. De pie: Giovanna Pollarolo, Mariela Dreyfus, Patricia Alba. Sentadas: Rossella Di Paolo, Carmen Ollé, Rocío Silva Santisteban.

Kurosawa’s Dreams

Por Raúl Zurita
(Translation by Anna Deeny)


KUROSAWA'S DREAM 143

Like shame that possessed me then I began
to dream. The lagoon is yellowish and beyond the
salt promontories that encircle it is the ocean.
The beach entrance is called Punta de Lobos and the
salt mines are nearby. We cross the lagoon in a
boat led by a barefooted oarsman and I feel the
clamor of the gigantic breakers thrashing
at least 50 feet away. During the dictatorship the
place became popular because Pinochet had
turned it into one of his summer resorts and now
it is a surfer’s paradise. Neither the mines nor the
lagoon have survived and I had forgotten them
completely. Some days following the death of my
grandmother I remembered them: the boatman rowed
in front of me and behind him there were walls of salt.
I am five years old, my sister is three and we are with
my grandmother. Born in Italy, in Rapallo, she
arrived to Chile with my mother still a child. Both
were widowed two days apart. My mother,
then my grandmother. It was a short summer.
My mother, my grandmother, my sister. My grandmother
died in 1986. I survived a dictatorship, but not
the shame. Many years later, when it was
my turn, her face came down upon me like
a white mountain of salt. I wanted to write it, but
the words, like smoldering entrails, arrived
dead to my fingers. My name: Akira Kurosawa.



KUROSAWA'S DREAM 144

Today Buenos Aires has disappeared. In a few more
hours all of the cordillera cities will fall and
before the end of the day the avalanche of white
bodies will overcome the Andes and Santiago will
disappear. It is inevitable and my father has come back
to wait with us. His face shows signs of
fatigue and he looks much older than he should
at 31. He told us that he had come back and
nothing more. Some days before, my grandparents
had returned, my mother’s parents. I have been
observing them, they don’t speak to each other and
have merely returned. Unlike my father, they look
younger, but they have the same tired expression.
It’s good that the family reunites, says my
mother who’s now alone with my father.
I hear someone cry. Mama or my father who’s come back,
I don’t know. My grandparents have also left and
once in a while they watch me. Veli is not who I
remembered her to be and has no memories of
my grandfather. He wears a worn blue aviator
uniform and I know it is the one Veli kept at home.
It has begun to snow. For many days now the
television shows only images of the multitudes
each time greater clasping each other over the
snows of the Andes. The end is imminent and
I light the watchman’s candle. It’s very cold.
Someone was telling me that Kurosawa is
a word written with letters of snow and of the end.



KUROSAWA'S DREAM 145

The end has come. The white crevices extend
themselves open in the horizon and as I awake
I know that I’d been in the cordillera. I made
coffee and decided to wait. Some time ago
I sold Olivetti typewriters and it didn’t
surprise me to come across the sales team
again. We were a group of twelve and
Dezerega assigned territories. He was our boss.
The fact that several had died already, including
Dezerega didn’t surprise me either. I finished
my coffee and remembered how he tried to defend me when
they threw me out. The room where we met in the
mornings was like a classroom, with
lined up desks and Dezerega’s up front. I think
that I began to respect Dezerega, also Luis
Cerda, the guy covered for me and would wait for me
to take off to the bowling alley for a cup coffee. I saw Luis
Cerda not long ago. He had dozens of typewriters
piled up in his room, some Lettera 32s that are
grey. He said they were leftovers and that
it didn’t matter because no one uses typewriters
anymore. Today is already too late. The repression has been
ferocious and they have thrown the bodies over the sea and the
mountains. As I get up I notice that I cannot
move my arms that are frozen below the snow.
Kurosawa, I said, I was just a typewriter
salesman and now I’m dead and it snows.



KUROSAWA'S DREAM 146

The stars transformed themselves into that rose glow of
early morning and soon it will be light out. For
several days now I have only slept short whiles in
the midst of a torrent of images from which I
awaken startled. I was standing, several
inches from a promontory of ice that
transparent managed to reveal infinities of faces
that moved their lips as if they attempted to say
something. One of the faces was Víctor Jara’s the
singer and it surprised me that he was there because
I knew he had been killed in a Chilean stadium.
As I woke up, on the radio they were playing La
plegaria del Labrador and my survival
instincts made me get up right away to turn it
off. The song didn’t come from there because the
radio had broken some time ago, but the
music continued. I dressed and went out. The day brightened
and the song appeared to emerge from everywhere. As
I looked around not far away I saw a chain of
the other summits and realized that he was
dangling from the one that should be jutting out. The voice of
Víctor Jara now completely covered the summits
of The Andes and I wanted to cry but could not. The ice
cap covered me impeding any
movement and I could only move my lips.
Wake up and look at your hands, I sang softly.
On the other side, someone with my face watched me.



PAPA HAS RETURNED

The mountain summit retreated vanishing
inside the sky and I definitely knew my father
would die. I remembered that a long time ago
it did not snow over Santiago and I told myself that I had
already lived enough, that I already was much
older than he and that I was fine. I thanked him for
having waited 55 years to come back because at
57 I could take it. I picked out his clothes and began
to dress him. My shirts were a little big for him
and while lifting his head to put on the one that
seemed best I felt the first wave of
tears behind my eyes struggling to get out.
I told myself again that father died 55 years ago, at
31 years of age, exactly the 16th of February, and that
maybe I missed him, but it’s not something that
I would have thought much about. I didn’t know when
he came back. He moved into my guest room and for the
last years we’ve been able to speak some. Now he had
died and I dressed him while my mother and my
sister waited in the living room. When I opened the
door to tell them that they could come in the fury
of the wind and hail thrashed me stunning me and
blind I ran across the field. Kurosawa, I yelled,
he returned to die again with me. As I opened
my eyes above me I saw the dizzying white of
the summit and much further below the first lights of
the city illuminating. Only then could I cry.

Sunday, October 07, 2007

Luis Hernández 4

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Luis Hernández 3

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Luis Hernández 2

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Luis Hernández 1

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Wednesday, October 03, 2007

Foto Feria Barcelona 2

Los Príncipes de Asturias y Girona con el Embajador del Perú en España, José Luis Pérez Sánchez Cerro. Stand Perú.

Foto Feria Barcelona

Inauguración oficial del salón internacional del libro -Liber- presidida por Los Príncipes de Asturias y Girona.

Tuesday, October 02, 2007

Mujer bonita, mujer ballena

Por Jack Martínez*

Alonso Cueto cuenta con un nuevo reconocimiento literario: el de finalista del concurso Planeta-Casa de América de Narrativa Iberoamericana 2007, por la novela El susurro de la mujer ballena. De ella se ha dicho, entre muchas cosas, que se trata de la mejor novela de Cueto en los últimos años. Pero lo cierto es que la comparación entre ésta y sus antecesoras más conocidas (La hora azul y Grandes miradas) resulta un tanto inapropiada si se considera que El susurro... no es una novela que encierra un argumento –ni un escenario– marcado por la violencia política vinculada con el terrorismo en las décadas finales del siglo XX. El susurro..., lejos de ello, es un melodrama situado en Lima, en que el elemento sentimental de los personajes adquiere dimensiones preponderantes.
Se trata de una historia de amor-odio entre las dos protagonistas: Verónica, periodista madura, bella y exitosa; y Rebeca, la "mujer ballena", de cuerpo descomunal, torpe, antisocial y rica. La tensión se instala a través del reencuentro de estos dos personajes después de muchos años (ellas fueron compañeras de colegio y en ese entonces compartieron momentos de íntima amistad, entre lecturas y canciones). El recuerdo del lejano pasado conlleva a despertar un suceso desagradable y traumático en la "mujer ballena", suceso humillante provocado por quien fuera en aquel tiempo su única y mejor amiga: Verónica.
Esta última percibe un comportamiento extraño de parte de la "mujer ballena" tras el reencuentro inicial y evade las constantes apariciones de Rebeca, quien con un halo de misterioso accionar mantiene latente una doble faceta: la amiga nostálgica que desea volver a ser querida, y la ex amiga que guarda aún un gran resentimiento y busca el momento propicio para la venganza. En este punto, resalta el dominio de la voz narrativa femenina (Verónica) por parte del escritor. Sin embargo, este mérito, con el que ya antes ha contado Cueto, se ve opacado por los no pocos errores gramaticales en los diálogos, que abstraen al lector de la atmósfera construida en la ficción y, por tanto, de la ilación en la narración.
El susurro... se centra, pues, en los encuentros y desencuentros de estas mujeres, con esporádicas intervenciones de otros personajes como el solitario padre de Verónica, su amante, su marido o sus pretendientes y colegas. La trama, en gran medida, se reduce al conflicto entre la "mujer ballena" y la bella periodista. Se trata de una situación que se muestra insuficiente a lo largo de las más de 300 páginas, y desemboca en escenas fácilmente predecibles: todos los contratiempos, líos y problemas de Verónica estarán ligados exclusivamente a la intervención, directa o indirecta, de Rebeca. Así, la monotonía se instala en varios capítulos de la novela.
Sin embargo, al lado opuesto se encuentra la descripción de los escenarios –en su mayoría lugares cerrados–, que contribuye a la concentración de las acciones y, en consecuencia, al desarrollo de los diálogos decisivos para el desenlace. A excepción de algunas calles de Miraflores o San Isidro, la novela se desarrolla en espacios como el interior de un avión, una limosina, cafés, centros de convenciones y la redacción del diario en que labora la periodista. Esto constituye uno de los principales méritos de la novela en pos de lograr la verosimilitud.
Sobre estas conversaciones, que son de carácter atípico, pero van acorde con el comportamiento patético de la "mujer ballena", se erige la trama. En los diálogos se exteriorizan los sentimientos y resentimientos de ambas mujeres, obedeciendo a la característica propia del melodrama como género. El susurro... pertenece a ese tipo de novelas en que lo afectivo guía el accionar de los protagonistas. Una temática recurrente en la literatura y que tiene gran aceptación entre un número considerable de lectores, pero tomada, en este caso, desde una perspectiva particular que deja de lado el amor convencional de pareja para dar lugar al conflicto y la íntima amistad entre dos mujeres.
El susurro de la mujer ballena presenta el tópico que enlaza el presente con un pasado desde el que se arrastra una cuenta pendiente. De allí parte y culmina la historia. En suma, una novela de trama elemental en la que confluye un lenguaje ágil, con algunos momentos intensos y otros que caen en los baches de lo esperado.

* Publicado en semanario Variedades Nº 99 de El Peruano. Semana del 1 al 7 de octubre.