Wednesday, February 22, 2006

Al día con el Perú

Fecha: MIÉRCOLES, 22 de FEBRERO del 2006
Hora: De las 17:30h. a las 21:00h.
Lugar: BALL ROOM, MANOIR GLENDON, (2275 Bayview Ave., Toronto)

PROGRAMA:

17:30h. Principio de la Jornada, Margarita Feliciano (Directora Genral de la Celebración Cultural del Idioma Español), presentadora

17:40h. Palabras de bienvenida por parte del Dr. Ken McRoberts (Principal Decano Glendon College, York University) , del Dr. Jerzy Kowal (Director Dpto. Estudios Hispánicos, Glendon College, York University) y del Sr. Pedro Rey (Consulado General del Perú en Toronto)

18:10h. Sr. Roberto Vásquez de Velasco (Consejero económico-comercial, Consulado General del Perú en Toronto): "Algunas consideraciones sobre la realidad peruana actual"

18:25h. Dr. Fernando Mata (sociólogo, Gobierno del Canadá, Ottawa): "Realidad demográfica de la inmigración peruana en el Canadá".

18:40h. Sra. Rosa María Luza (Patronato de las Artes en el Perú): "Arte colonial del Perú"

18:55h. Dr. Luis Abanto (Universdad de Ottawa): "Música andina y espacios urbanos"

19:10h. Comentario y discusión

19:15h. Lectura de obra original (narrativa y poesía) a cargo de la Sra. Borka Sattler (Agregada Cultural de la Embajada del Perú en Canadá), del Sr. Paolo de Lima (Universidad de Ottawa) y del Sr. Guillermo Rose (escritor)

20:00h. PISCO DE HONOR, Cortesía del Consulado General del Perú en Toronto

21:00h. Fin de la Jornada y agradecimientos: Prof. Margarita Feliciano

Wednesday, February 08, 2006

José Antonio Mazzotti: Presentación a En brazos de la carne

Palabras enviadas por el poeta y editor José Antonio Mazzotti para la presentación de En brazos de la carne, de Grecia Cáceres, el 8 de febrero del 2006 en el Centro Cultural de España, Lima.

He tenido el placer de editar más de treinta libros de poesía a través del sello ASALTOALCIELO desde 1987 y pocos me han despertado tanto cariño como este de Grecia Cáceres, a quien apenas conozco personalmente desde el Encuentro de Narradores Peruanos de Madrid en mayo del 2005. ¿Qué hacían dos poetas entre tanto narrador? Pues, bueno, Grecia es también una exitosa novelista desde su residencia en Francia, y yo iba a hablar de la narrativa de Kloaka y del Inca Garcilaso con motivo de los 400 años de La Florida. Ese cruce casi fortuito dio origen a una conversación largamente postergada. Ella sabía de mí a través de muchos amigos comunes y quizá de mi poesía; yo sabía de ella porque su primer libro de poemas, De las causas y los principios, publicado en Lima en 1992, me había dejado la fuerte impresión de que atrás existía una excelente poeta, capaz de jugar con el lenguaje por dentro, y a la vez mostrando la maestría de la expresión sencilla y directa. No me equivoqué en lo absoluto. Su conversación fina, su forma de cambiar el tono al hablar de poesía lo confirmaban. Me atreví a pedirle algo nuevo, tratando de rescatar su alma de las demandas mundanas de la narración. Pero no hizo falta demasiado esfuerzo. Grecia nunca había abandonado la poesía y me prometió un libro inédito, que llegó a mi pantalla a las pocas semanas.
Desde entonces no he dejado de paladear los versos de En brazos de la carne, libro que reafirma la condición esencial de poeta que Grecia Cáceres alberga como autora. A la vez, este libro enriquece la producción de las voces de su hornada, la del 90, y de las poetas mujeres en general. ¿Su mayor cualidad? Tal vez transcribir con el descoyuntamiento verbal, la imaginería corporal, el ritmo jadeante y ansioso, los avatares de una experiencia insustituible como la maternidad. Como pocos, este libro supera el facilismo tradicional de muchos autores y autoras anteriores para ahondar en la relación madre-hijo también desde la experimentación formal. Comienza diciendo:

En brazos de la carne
mi carne se estremece
poco a poco portales forzados
se abren
los goznes gritan o soy yo
¿Qué voz?
Un peso abajo insoportable y el olvido de sí

Es el momento del parto, de ese infinito dolor que se resuelve en una espera aparentemente eterna:

Yo cierro los ojos
manos crispadas intento levantarme
el mundo se ha hecho opaco
mi peso que comparto
el otro ser que porto me impide huir
se impulsa
choca
se desliza y bloquea
no pasa no avanza más

La espera da su resultado. Ha nacido una criatura como un pequeño guerrero que se ha abierto paso "entre los brazos de la carne" para escapar de su prisión amniótica:

Y
Es
Un guerrero cansado y muy joven
sin barbas y desnudo
su lengua es ajena
sus ojos se abren apenas
son azules y se llenan
de repente de
luz.
El bárbaro ha cruzado
las montañas, las nieves
los celajes
los campos devastados
los ríos encrespados
las noches más inmensas
el barro y la roca dura
El bárbaro ha forzado los portales
las murallas los fosos y las fieras
los goznes explotados lo han dejado
nacer

Esos goznes, las extremidades maternas, han sido barridos con una fuerza física que el poema destila a través de un cauce sin puntuación, porque el fluido constante de sustancias corporales desciende en forma de palabras que a la vez se acumulan sobre la página en blanco. Y sin embargo, la poeta-madre, reconoce su vulnerabilidad y su condición de fuente de vida para sus retoños. El último poema es casi descarnado y a la vez intensamente natural. Comienza diciendo:

Como una perra echada
en la baldosa fría
ofreciendo su flanco a las voraces
crías

He citado versos de diversos poemas para dar una semblanza muy inicial de esta valiosa escritora, que es sin duda una de las mejores voces de la poesía peruana surgidas en el fin de siglo. Me enorgullezco de haber ayudado, como partero figurado, a la aparición de este hermoso libro, y desde las frías latitudes de la Nueva Inglaterra, extiendo mi abrazo amistoso y fraterno a Grecia Cáceres, deseándole una larguísima y robusta progenie de palabras.

José Antonio Mazzotti
Boston, 8 de febrero del 2006

Contemplación del cuerpo

Contemplación del cuerpo
Carmen Ollé reedita Noches de adrenalina, poemario que indaga sobre la corporalidad de la mujer

Corregida y aumentada, Noches de adrenalina (Flora Tristán/ Lluvia, 2006) acaba de ser nuevamente reeditada. Carmen Ollé, su autora, reflexiona en esta entrevista sobre algunas posturas de la crítica respecto de su obra.

Por Carlos M. Sotomayor

Una nueva reedición de Noches de Adrenalina confirma, de alguna manera, su vigencia...
Este es una reedición corregida y con un poema más, pensando en un lector de esta época. Yo pienso que todo varía, los productos culturales también cambian con el tiempo. Le quité, por ejemplo, esos devaneos vanguardistas que había recogido en España, el último coletaje del vanguardismo catalán.

A este poemario se le suele endilgar el rótulo de fundacional...
Qué pena, ¿no? Porque eso de lo fundacional me resulta limitante. Generalmente lo fundacional se queda allí. Pero no creo que sea fundacional, porque hubo una tendencia mundial en ese momento a fijarse en el cuerpo físico como un terreno cultural y también político. Y en esa época Blanca Varela también escribió sobre el cuerpo, las otras chicas también. Pero no a partir de mi libro. Patricia Alba y María Dreyfus se inspiran, por ejemplo, en la poesía de Moro.

Otra apreciación recurrente de cierta crítica es catalogar el libro como poesía erótica...
Sí. Yo creo que en la segunda parte, a la que no ha llegado la crítica, sí hay erotismo. Hay, incluso, momentos eróticos oscuros. Pero la primera es más un registro de la corporeidad efímera por nuestro paso en esta Tierra. Y el cuerpo, también, como un terreno político y cultural. Yo creo que apenas leyeron, de manera sesgada, la palabra vagina pensaron en erotismo, pero no se fijaron en lo que iba desde un principio: se habla de un cuerpo que ha dado a luz, que se ha llenado de un cuerpo nicótico. Eso no tiene nada de erótico.

¿A qué atribuye esa mirada sesgada?
Hay de parte de ciertos sectores de la sociedad ilustrada un rechazo al cuerpo sexuado y a la voz sexuada en el poema. Pero eso no es nuevo, desde el renacimiento, y antes, el cuerpo femenino era un cuerpo velado, oculto, incluso por los médicos. Hablar del cuerpo femenino y de sus eflujos es algo "asqueante", no se toma como algo natural.

¿Cómo ve a los poetas más jóvenes?
Entre los más jóvenes hay de todo, pero creo que hay que esperar todavía que eso vaya plasmádose con más calma y menos angurria, para que de allí salga algo bueno. Pero yo no estoy detrás como Lauer y Montalbetti haciendo registro de los últimos productos juveniles. No tengo tiempo.

¿Sería muy prematuro...?
Es muy prematuro empezar a poner calificativos a la gente joven, después eso la pueden condicionar. A la gente joven yo le recomiendo que esté sola, aparte, y que, además, no busque prólogos para sus libros. Que se pongan a escribir sus cosas en silencio, sin ruido; pero yo lo que veo, y hay que decirlo, es una desesperación por publicar y ser reconocido ya. No tiene sentido.

Tuesday, February 07, 2006

11 poetas de los 90

Inquisiciones

11 poetas de los 90

Por Abelardo Oquendo

La cometida de José Carlos Irigoyen contra la poesía peruana escrita a partir de la década de 1980 ("nosotros, los poetas del 90 somos la continuación del fracaso que se inició en los 80") fue eficaz: atrajo la atención no solo sobre los últimos 20 años de nuestra escritura poética del siglo pasado sino también sobre la que inauguraba el XXI. Así, la "poesía post-2000", empezó con los ojos de los lectores y los críticos vueltos hacia ella.
Mientras Mario Montalbetti y Mirko Lauer dialogaban sobre los novísimos en Hueso húmero (No.45, Dic. 2004) y anunciaban una antología de la misma (devenida un "zappeo" anónimo en el No.47), Alberto Valdivia Baselli y Gonzalo Portals Zubiate publicaban en la sexta entrega de Ajos & Zafiros "Sombras de vidrio. Antología de la poesía escrita por mujeres. (1989-2004)", precedida de un estudio más bien polémico. Pero ya antes Odumodneurtse, periódico de poesía, había alentado el debate en torno de la calidad de los poetas nacionales finiseculares, abriéndole sus páginas.
La mesa estaba, pues, servida para las antologías. Fruto reciente llevado a ella -dado a la luz en Guadalajara, Jalisco, por Ediciones Arlequín- es el breve volumen Los relojes se han roto. Antología de la poesía peruana de los noventa, cuya selección y prólogo se deben a Enrique Bernales y Carlos Villacorta, poetas ambos que integraron el grupo Inmanencia y hacen sus doctorados en literatura en la Universidad de Boston. Siguiendo la tendencia a seccionar por décadas el movimiento literario, los antólogos hablan de los poetas de los 90 como de una generación, la "generación de la violencia". Dice Bernales: "a diferencia de épocas pasadas en la poesía peruana, los nuevos creadores de fines del siglo XX crecieron bajo el efecto de una sangrienta guerra civil y esta crucial experiencia marcó sus vidas profundamente" aun cuando, aclara, "hay que precisar que muy pocos de ellos hicieron una referencia explícita sobre estos acontecimientos en sus textos". Lo que se da –y esto lo expresa bien Érika Ghersi en un ensayo sobre "Las poetas de los 90 y la violencia política" (Intermezzo tropical, No.3)- lo que se da en esos textos es un diálogo en profundidad con el drama de su tiempo.
Ghersi es también una poeta de finales del XX, años pródigos en libros de poemas, pero no forma parte de los 11 elegidos por Villacorta y Bernales, que en su orden de aparición son estos: Montserrat Álvarez, Roxana Crisólogo, Xavier Echarri, Victoria Guerrero, Lorenzo Elguero, Miguel Ildefonso, Carlos Oliva, Josemari Recalde, Martín Rodríguez Gaona, José Carlos Yrigoyen y Chrystian Zegarra.
A muchos parecerá, para no hacer mudanza en la costumbre, que algunos sobran y otros faltan. Y habrá entre ellos quienes se hagan oír, seguramente.

La nueva poesía peruana

Entrevista a Harold Alva

Por Tomacini Sinche López

-Harold ¿qué es la nueva poesía peruana y que la diferencia de las voces anteriores?
Defino como nueva poesía peruana a aquella que marca una ruptura de fondo y de forma con la que se escribía hasta inicios del noventa. Me refiero a esa literatura que surge de la mano con esta década de hechos que cambiaron la historia: una globalización que llegó de golpe, la informática, el sexismo, esa nueva situación mundial que avizoraba periódicas crisis en lo político, en lo económico, en lo cultural y que, sin embargo, fue el gran motivo para escribir, quizá, los libros más consistentes de la poesía peruana última.
-¿Qué temas, qué ámbitos, qué ideas propone la nueva poesía peruana?
Básicamente hay una inspección al pasado para trascenderlo, para nutrirse de esas fuentes (que las voces anteriores inmediatas no supieron cubrir), para no ser consumidos por su contexto, sino para poder interpretarlo y escribirlo. De allí que la violencia urbana sea uno de sus principales temas, sin embargo, hay una recuperación de la imagen, una reinvención de lo amoroso, aparece un neo erotismo que se aleja completamente de lo que venían escribiendo las poetas del ochenta. Está el tema ecológico, la preocupación por la trascendencia a modo de los místicos. Yo diría que estos poetas al fin asimilaron que la poesía no tiene color ni partido, que la patria del poema es el propio poeta.
-¿Porqué solo diez poetas? ¿No te parece una cifra demasiado estrecha?
Es posible, pero esta prácticamente ha sido una selección natural, por lo tanto más de diez habría sido forzado. Además se trata de una selección en la que intento presentar las voces más contundentes de los últimos años, poetas que siguen escribiendo y publicando, lo que no significa por supuesto que son todos.
-¿Con qué criterios escoges a los poetas y sus poemas en una antología?
Primero la calidad. El trabajo depurado del lenguaje, todos los poetas seleccionados han obtenido diversos premios literarios, en esta selección hay dos Copé De Oro, Ana Varela y Miguel Ildefonso, está el Premio Horacio, Johnny Barbieri, el Sharles Stillman, Héctor Ñaupari, los premiados en los Juegos Florales de la PUCP, Lorenzo Helguero y el siempre recordado Josémari Recalde, o la ganadora del Poeta Joven Del Perú, Montserrat Alvarez. Yo diría que estos diez son poetas fundacionales, son escritores a los que me he permitido reunir más allá del grupo al que pertenecieron o a ese tipo de argollas que aún a estas alturas existen en este reducido medio. Hay poetas de Neón, de Noble Katerva, de Geranio Marginal, de Mammalia, y poetas que no estuvieron en grupo alguno.
-¿Qué autores no has podido recopilar en "Los Diez" y que merecen ser rescatados?
Más que poetas que no haya podido recopilar hay poetas que merecen ser rescatados, sobretodo poetas de provincia, poetas que tienen muy buenos libros, y que sí pues, por criterios de selección no están en esta muestra, pero que no los descalifica para nada como buenos escritores. Cito el caso de Luis Enrique Robles de Piura, Jorge Hurtado y David Novoa de La Libertad, Marco Cabrera Atoche de Tumbes, Ricardo Ayllón de Ancash, o el arequipeño Jimmy Marroquín.
-¿Qué novedades puedes darnos a conocer de la Editorial Zignos, que diriges?
Con Editorial Zignos vengo trabajando hace ya casi dos años, entre las novedades tenemos Cuerpo de pétalo de la novísima Rocío Fuentes, Putamadre del chileno Héctor Hernández Montecinos, en narrativa Matiz de Azul de Antonio Moretti, hemos reeditado el primer libro de Víctor Coral: Luz de limbo, y en marzo sale el primer libro de cuentos de Miguel Ruiz Effio, La habitación del suicida y el poemario El amor desenterrado del ecuatoriano Jorge Enrique Adoum.
-¿Cuál es tu próximo proyecto?
Estoy terminando una selección de poesía latinoamericana de escritores nacidos a partir de 1977. Particularmente he quedado deslumbrado con lo que se está escribiendo en Chile y en Mexico, sobretodo por el rigor pese a la juventud de estos poetas, creo que nuestros escritores jóvenes, los escritores post 2000 deberían mirar y leer un poco lo que se está produciendo en esos países, poetas como los chilenos Héctor Hernández Montecinos o Paula Ilabaca, o la mexicana Abril Medina que frisa los 21 años, podrían dar una lección de lo que debe ser la poesía.
-Finalmente, ¿Qué tendencias nos deparará la poesía en un futuro?
La poesía es un cuervo sin patria, a nosotros sólo nos queda insistir con este intento de contemplar su recorrido. El resto es sólo vuelo y la poesía está antes y después de cualquier vuelo.

Thursday, February 02, 2006

El zappeo de Hueso: discrepancias

Inquisiciones. El zappeo de Hueso: discrepancias

Por Abelardo Oquendo

"Por su intención y sus dimensiones –advierte Hueso húmero 47- esta no es una antología sino un muestrario inevitablemente incompleto". Por eso la revista lo denomina "un zappeo", es decir "una vuelta del control remoto por algunos autores y poemarios" post-2000. Más modestia no cabe; sin embargo Rubén Quiroz desoye esas palabras y arremete contra el molino de viento como contra un gigante. ¿Quiénes no están –o quiénes sí- que lo ponen tan fiero? La poesía suele estar tan callada –o silenciada- que es bueno contribuir de vez en cuando a que en torno de la suya se alboroten otras voces. Seguidamente, pues, la de Quiroz.
"Si algo caracterizaba a Lauer como investigador literario era su olfato para pesquisas poéticas de, incluso, atmósfera policial. Por ello, quien haya seguido su estela en la literatura peruana, no puede dejar de reconocerle su preocupación por los estudios culturales nacionales (donde incluye la poesía) y exigirle, a cambio, una amplitud epistemológica en sus aportes al imaginario. Nuestro, ahora exitoso novelista en ciernes, acaba de cometer una tropelía mayúscula, acompañado por su inseparable cada vez más lingüista y menos vate Montalbetti ("Fin desierto", fue notable pero todo lo que sigue no puede ser solo una variación, con algunos poemas acertados, de ello).
"Han juntado al mejor poeta de los 90: Espinosa, al locuaz Yrigoyen, a los empeñosos pero sin talento Ildefonso, Crisólogo y Fernández ( por lo menos no se pueden quejar las corrientes feministas de alguna preferencia falocéntrica), a los buenos poetas Acurio, Laferranderie, Vélez, Martin y Trujillo (podemos percibir y agradecer una elasticidad cronológica antipositivista), con Chirif ( cuya inclusión sigue siendo delirante y todavía no encuentro alguna razón, ni siquiera aristotélica, medianamente razonable), Del Valle (hasta la postjoyceana Beleván, en su nulo aporte a los estudios nietzscheanos, es preferible), Melgar (aburridísimo, monotemático, insulso en su textura poética), Murrugarra (una página de la patafísica Gladis Flores en "Erlebnis" (San Marcos, 2003) es muchísimo más interesante) y Guerrero (sobre sus mismas temáticas Rosario Rivas posee exploraciones más profundas y logradas).
"Las interrogantes inmediatas caen por su propio peso: ¿sólo existen poetas en la capital? ¿Nadie les pasó los poemarios luminosos "Electios" Delgado, "Histología" Portals, "Patología" Valdivia, "La Escuela Cuzqueña" Gonzales, "Ruptura de Heje" Ybarra, "Eros Disperso" Yauri? ¿No han releído "La estructura de las revoluciones científicas" o "Indigenismos 2"? ¿Intentan una repetición de "criollos" & "andinos"? ¿La política sobre la poética? ¿No han conversado con Pablo Guevara para estar el tanto de lo que sucede en poesía última?".

Los verbos de Rafael Espinosa

Por Enrique Sánchez Hernani

La poesía de carácter culto no es una práctica reciente de nuestra tradición. Se afianza con un libro emblemático de Vallejo, Trilce, y con la poética de los vanguardistas peruanos estudiados por Mirko Lauer. Modernamente, la saga halla ecos con obras como la de Carlos German Belli, pero siempre ha sido un camino arduo y poco transitado. En esta ruta se halla el libro de poesía de Rafael Espinosa, Verbos regulares, quizá más cercano a un volumen publicado en 1972 y cuyo autor es Lauer, Santa Rosita y el péndulo proliferante.
La búsqueda semántica de Espinosa es casi extrema. Su interés, por lo menos el aparente, es forzar a las palabras a entregar nuevos significados, revelaciones no vistas, desconocidas. De alguna manera, entonces, los textos son un homenaje al arte de poetizar, tal como lo sugiere también el título, sobre todo como conciencia del trabajo lingüístico y de su propia búsqueda de contenidos.
El libro exige un lector atento y entrenado, pero la recompensa es grata. Espinosa ha logrado composiciones polivalentes que logran brillar y entusiasman: "Ya pasó, ahora tu sema / es apenas dióxido de carbono / y asombro descascarándose", "La fronda abre dos alas, coloración monótona, verde heterogéneo. / La persistencia de sus variaciones que se suavizan en la sombra", "Es inconcebible el desamparo de la bailarina a este estar indeterminada entre los astros, sus puntas vibratorias".
Los textos de Espinosa abarcan neologismos, palabras creadas por la reciente tecnología y aun términos en otros idiomas, pero no como una muestra incongruente de despilfarro u ostentación, sino por exigencia de su indagación poética.
Bien vale la pena adentrarse en este libro y ordenar sus maravillas.