Encuesta: 1 de octubre, Día del Periodista. Plumas notables responden por qué vale la pena seguir volcando ideas en tinta sobre el papel.
Cada cierto tiempo se anuncia la muerte del periodismo impreso. Recientemente The Economist le dedicó un sesudo informe en su edición de fin de agosto. También la portada, con obituario en letras de molde. El informe detalló cómo la circulación de los diarios se ha reducido junto a sus ingresos por publicidad. Y los bajos índices de lectura, y la inclinación del gran público por la sensualidad del infotainment antes que el análisis político. Algo más cerca, el tema fue abordado por Álvaro Vargas Llosa y Gustavo Gorriti (ver CARETAS 1941). Para el 43% de limeños que confía en la prensa escrita -según reciente encuesta limeña de Apoyo- fue una llamada de alerta. Un ultimátum inocuo que data del mismo momento en que la naciente Internet (entonces Arpanet) difundió la declaración de Independencia estadounidense como el primer archivo digital: cambiar o morir. Sin embargo, jamás se ha publicado tanto como ahora, para desaire de quienes temen la autocrítica que borrar y corregir, y quienes viven de la mala memoria del olvidadizo televidente. Pero también contra quienes temen leer en silencio porque eso lleva a pensar, lo que es doloroso porque es siempre pensar en uno mismo y en lo mucho que aún queda por hacer. En ese sentido, leer la encuesta de CARETAS en silencio es empezar haciendo algo. Partamos por responder ¿por qué vale la pena seguir haciendo periodismo impreso?
El periodismo radial y televisivo es extraordinariamente útil para transmitir informaciones de actualidad, pero esa información es inevitablemente breve y superficial. El periodismo escrito, en cambio, puede analizar, comentar y situar la noticia dentro de un contexto, lo que permite al lector hacerse una idea más cabal de lo que ocurre a su alrededor y tomar posiciones mejor fundadas. Desde el punto de vista cultural e intelectual la palabra escrita tiene, todavía, una enorme ventaja sobre la imagen y la palabra oral como formadora de opinión. Mario Vargas Llosa
Porque la nuestra es una época de desatención, de radio en el automóvil y televisión en casa, de noticias y noticieros, en la que aprendemos a oír sin escuchar y a mirar sin ver. Alfredo Bryce Echenique
¿Por qué sigo haciendo prensa escrita? Pregunto más bien, ¿qué razón habría para dejarla? ¿Contribuir a una lobotomización eficiente de la sociedad? ¿Reducir el vocabulario hasta un nivel comprensible para un mono rhesus aplicado? ¿Cambiar a periodistas por animadores y a la información por ese dudoso entretenimiento que deposita colesterol en las neuronas y celulitis en las posaderas? ¿Trabajar en redacciones gobernadas por gerentes y no por periodistas (o por periodistas postrados ante los gerentes y estos ante los dueños, los anunciantes o ambos a la vez)? ¿Convertir el amarillaje no en la excepción, en el margen, sino en la regla?
Digo lo anterior pensando en el aquí y ayer y en el aquí y ahora y sabiendo que mucho de eso se aplica también a la prensa escrita, aunque las excepciones sean mayores y comparativamente más importantes. La prensa electrónica, es verdad, tiene posibilidades inmensas y una llegada inmediata y mayor que la que usualmente posee la prensa escrita. Pero la palabra impresa (en papel o ciberespacio) acumula más información y contiene más pensamiento. Por muchas razones, hasta la mejor prensa electrónica tiende a crear consumidores. La mejor prensa escrita crea ciudadanos.
Nos dijeron y hasta enseñaron que una imagen, especialmente si es foto, "vale mil palabras". Pero eso surgió en redacciones de prensa escrita, donde hay que bregar para evitar que las palabras se conviertan en intis ochenteros. Por eso, depende de qué foto y qué palabra; sabiendo, además, que van juntas. La palabra precisa, le motjuste que quería Flaubert, no se mide con las imágenes sino las gobierna. Gustavo Gorriti
Vale la pena, siempre y cuando rebote en la red. Imaginar un mundo sin prensa escrita es inevitablemente un escenario sombrío. No sucede lo mismo con la desaparición de los medios audiovisuales. Farenheit 451 es una tragedia humanista. ¿A qué temperatura arden los periodistas de la TV y la radio? Mirko Lauer
De alguna quizás misteriosa manera, leer y releer cala más hondo. José Adolph
Porque la prensa escrita tiene la ventaja de la depuración precisa de las ideas antes de la publicación, aquilatando las aristas elogiosas o irritantes de lo que se dice, lo cual contrasta con la espontaneidad de las intervenciones radiales o televisivas en las que muchas veces se gestan deslices condenatorios, de difícil rectificación. Además, la comunicación escrita ayuda a proteger al lector de la contaminación que emana del carisma o la simpatía que despierta la voz o imagen del autor audiovisible. León Trahtemberg
Porque acepté el desafío que contiene la frase lapidaria de Borges –"Los periodistas escriben para el olvido"–; una provocación que lanzó el viejo argentino para que lo siguieran entrevistando los periodistas que no escriben para el olvido. Los reporteros que escarban el lado oscuro del poder, los que caminan sin miedo por el lado salvaje de la calle, los que no alquilan su credibilidad para un aviso publicitario, esos no escriben para el olvido. Son pocos, pero son. Ángel Páez
Dejar constancia en un país en el que todos hablan tanto, componer textos en un país en el que se reflexiona tan poco, permitir que las palabras hagan su camino aunque sea en un número reducido de personas, alentar la respuesta crítica y abandonarse al placer de escribir! Son razones de mucho peso y más que suficientes para seguir en la prensa escrita. Roberto Lerner
Los medios virtuales han probado su eficacia insuperable para actualizar noticias y datos, y para almacenar información, pero el periodismo impreso es el medio por excelencia para el análisis, la reflexión y la discusión de esa información. Yo veo una alianza, no una oposición. Iván Thays
El refrán "los muertos que vos matasteis, gozan de buena salud" explica el estado del periodismo impreso frente al mar informativo de internet y la maraña de blogs, ya que es irremplazable la calidad informativa que recibimos de él y el grado de atención que le dedicamos cada mañana a uno y a otro rubro. Google no es infalible. Paola Ugaz
Este es el tipo de pregunta que induce a pensar que a eso por lo cual se indaga le va muy mal. Si se planteara desde la prensa hablada, televisiva o cibernética lo entendería como una manera de desestabilizar al competidor. Pero que la prensa escrita le pregunte a sus consumidores si tiene algún sentido, alguna razón de ser, me resulta desconcertante y me parece contraproducente. Ustedes saben mejor que nadie que la prensa escrita es la gran prensa y que –igual que el libro, que también tiene augures de su fin– prevalecerá. Abelardo Oquendo
Porque amo el silencio de la lectura y porque cada cierto tiempo puedo –podemos– volver sobre mis huellas, buscarme entre las notas archivadas y encontrarme para sentir, una vez más, algo que me movió, algo que tuve que compartir para sentirme viva. Amo los nervios previos a una entrevista, que no se me van nunca, amo esos instantes en que una frase de mi personaje corona la conversación y siento que ya tenemos algo que decir, sin aburrir. Guardo todo lo que escribo porque sé que cuando esté vieja y sola, voy a recordar que yo, bien en el fondo, me sentía feliz de estar viva. María Luisa del Río
"Porque un aparato de TV tiene mejores usos que ver a Bush Jr. en la CNN. Por ejemplo, jugar Pro Evolution Soccer en la Play Station. O ejercitar esa otra forma de felicidad horizontal que es ver un DVD con un litro de helado en la mano. Algún día más gente se dará cuenta de esto. Los niños, por lo pronto, se entrenan leyendo a Harry Potter". Toño Angulo Daneri
La prensa escrita sigue siendo el medio más influyente. Es cierto que otros medios pueden tener mayor audiencia, como la TV o la radio -los medios en la www aún no alcanzan en el Perú tanta importancia-, pero por su propia naturaleza su influencia es más efímera y volátil. No dejan rastro. Los diarios, en cambio, sostienen discursos más elaborados y de mayor permanencia, por ello determinan la agenda informativa. José Gabriel Chueca
Porque el acto de reflexionar es (tendría que ser) muy placentero. Teresina Muñoz-Nájar
Por el quiosco de la esquina. Por ese enjambre de curiosos que clavan sus miradas en calatas y pelotas. Porque mi perro hasta ahora no ha aprendido a traérmelo. Porque aún quedan árboles por talar. Carlos Bejarano
Porque la prensa, aunque nadie se lo crea, puede ser en estos tiempos de egoísmo y hedonismo posmodernista el último baluarte de lo esencialmente humano. Pero claro, somos los periodistas los que tenemos que empezar por humanizar el periodismo. Richard Licetti
Me apasiona viajar y escribir es siempre un viaje hacia adentro. Me entusiasma cargar maletas de verbos, conocer sujetos, descubrir adjetivos. Escribo porque tengo demasiadas preguntas sin resolver y la escritura es siempre un camino a la respuesta. Escribo porque me gusta la música y la palabra tiene ritmo. Y magia. Escribo porque disfruto del cine y describir escenas es mi mejor objetivo. Y no me voy de la tinta porque puedo entrevistar sin cortes comerciales, porque puedo arañar la profundidad. Y no me voy porque necesito oler, escuchar, mirar y sentir para narrar historias. Escribo porque me gusta leer. Milagros Leiva Gálvez
Porque es de la puta madre –léase necesario– cuestionar y compartir. Juan Carlos Méndez
La Prensa en la Red
Salam Pax fue un blogger que devino en columnista gonzo de The Guardian, compensando así la censura autoimpuesta por mucho de la prensa norteamericana durante la invasión a Irak. Sus reportes, con el tufillo anarquista de todo internauta, fueron compilados en el libro ‘The Baghdad Blog’ y luego en la BBC. Es cierto, un blogger puede ser más útil que las columnas de Zaraí Toledo en el Correo de Piura ("Meditaciones Metafísicas"). Pero no todos los bloggers son como Pax o el ombudsman español Arcadi Espada. Ni quieren serlo. Los blogs más informativos no suelen destapar casos de primera plana. Glosan la noticia menuda, como los hostiles blogs literarios y los de defensa del consumidor como http://centraldequejas.blogspot.com/. Ambas bitácoras útiles son la excepción, que incluye –no es casual– a los blogs de opinión de curtidos columnistas como Gonzalo Portocarrero, Juan Gargurevich, Eloy Jáuregui y Jacqueline Fowks. Más relevante que comparar blogs con periodismo es indagar sobre su relación con la ética. Al mito de creer que Internet no está regulada –en China y en todas partes– se le suma la constatación de que, más que el ágora griego que muchos sueñan, Internet es un baile de máscaras. Y el anonimato envalentona algunos ataques.
Por el lado útil, la red de redes ya está siendo empleada por las grandes centrales periodísticas, al punto de forjar híbridos como el reportaje interactivo (Clarín), el infográfico inmersivo (El Mundo), el juego informativo (KQED) y el escáner multimedia (MSNBC). Cyberjournalism que le llaman. (C.C.)