Thursday, September 14, 2006

Artes & Ensartes

Por Luis Lama

Reconocimientos:

Cecilia Bákula ha sido nombrada Jefa del Instituto Nacional de Cultura (INC). Considero que es la mujer más indicada para desempeñar estas funciones. Tiene agallas y conocimientos necesarios para que el burocrático organismo cultural pueda tener un rendimiento eficiente de acuerdo a los limitados recursos que dispone. El nombramiento de Bákula en el INC y de Hugo Neira en la Biblioteca Nacional son dos aciertos de la imprecisa política cultural del segundo gobierno de García.

MADEINUSA se estrena hoy. Se trata de una película que por diversas razones me resulta entrañable, al margen de cualquiera que sea su nacionalidad. Si se consigue la asistencia deseada en tiempos de multicines abarrotados de chatarra, puede dar una señal de que todos somos menos brutos de lo que consideran los distribuidores y exhibidores del país.
Como me diría una artista: El acto de estrenar la película en la localidad andina en que se filmó dio lugar a una suerte de retablo monumental en torno a la pantalla. Nada podría definir mejor el primer encuentro de todo un pueblo con el cine. Este bien podría ser materia para otra película.

Miguel Nieri es uno de los pocos artistas locales al que se le puede llamar maestro, en el más amplio sentido del término. Él tiene en ARTCO una muestra notable por diversos aspectos: En primer lugar es una pintura extraordinaria dirigida a quienes saben ver. Se trata además de una obra que marcha en contra de esa tendencia internacional que hace girar todo en torno a la figuración. Esta pudiera ser la razón que cada vez menos sean quienes se atrevan a penetrar en el terreno de la abstracción, porque ella plantea rigurosas exigencias de conocimiento y oficio que ningún anecdotario puede ocultar. Todo ello hace que enfrentarse a los cuadros de Nieri, constituya un privilegio en un ambiente dominado –casi– exclusivamente por un mercado que suele privilegiar a la costumbre y la moda.
Para una persona visualmente no iniciada, posiblemente, la percepción de una pintura como la de Miguel Nieri quedará supeditada a cuestiones de gustos y/o prejuicios. En cambio los de mirada entrenada podrán desentrañar los vericuetos de una obra formidable en la cual la superficie final se encarga de ocultar a muchas otras que quedaron registradas durante las variaciones del turbulento proceso creativo.
La pintura de Nieri está arraigada en la gran tradición del arte abstracto. Él trabaja estructuras inestables en las cuales las pinceladas forman un entretejido, creando profundidades ilusorias, sólo posibles de apreciar a través de la contemplación. La suya es una abstracción que toma lo mejor de la pintura de la posguerra europea y la hace suya, asumiéndola y transponiéndola a nuestra realidad. En tiempos en los que la narración dejada por la posmodernidad todavía se impone, la suya es lo que dirían una pintura-pintura que nos instala de nuevo en el reino de la imaginación, ese "reino desconocido" de los teóricos del romanticismo.
Muchos sostienen que un artista abstracto se repite a lo largo de su vida. Están lejos de la verdad. Toda persona tiene obsesiones que caracterizan sus acciones a lo largo de la vida, con aquellas variaciones propias que el tiempo impone. En el caso de Nieri su nueva pintura resulta más geométrica y en ellas es posible apreciar sugerencias de enigmáticas arquitecturas que convierte a cada cuadro en un escenario de la imaginación. Basta detenerse ante las piezas para poder aprehender su profundidad, para captar los planos que ellas encierran y penetrar en un mundo enigmático donde la composición y el color se abren a infinidad de imágenes virtuales que cada espectador hace propia, porque no hay señales que descifren el enigma creado por las sugerencias y la ambigüedad que en ellas predomina. Y es allí donde radica uno de los aspectos más ricos de la abstracción. Como Bazaine diría, la característica de estos trabajos consiste en que autor y espectador se dejan conducir sin saber hacia dónde…. "No se pinta como se quiere, se trata de querer a la pintura que le es posible a uno y a su época".

Jacqueline Rodríguez expone en la sala 2 de Artco. Es un regreso deseado que en próxima nota ameritaría analizar.