Thursday, January 26, 2006

Viaje vertical

Exploraciones internas levantan preguntas sobre la condición humana

Por Iván Thays

Adrián Ormache, abogado de diez mil dólares mensuales, desayunos de trabajo en “La Tiendecita Blanca” y una familia que fotografía perfecto en las páginas sociales, descubre luego de la muerte de su madre que su padre, un marino fallecido también, destacado en Ayacucho durante los años de terrorismo, era un personaje siniestro que violaba presuntas terroristas y apañaba el rapto de campesinas por sus soldados. Pero hubo una, de nombre Miriam, de la que se enamoró y a quien quiso proteger manteniéndola capturada hasta que, finalmente, la muchacha consiguió huir. Ormache decide buscar a esa muchacha pero ¿para qué? Al principio, el relato transcurre dentro de las convenciones de lo policial y, por consiguiente, tanto el diálogo (del que deberían eliminarse varios “oye”) como algunos personajes resultan esquemáticos. Pero a medida que se distancia del género policial la novela da un salto cualitativo. Lo digo sin reparos: quienes se limitan a ver en La hora azul la fábula moral de un hombre limeño, de clase alta, reconciliándose con el mundo andino y desposeído, están descalificados para evaluar una de las novelas más inquietantes de la literatura peruana, y la mejor de Alonso Cueto. La búsqueda de Miriam por barrios marginales de Lima y Ayacucho esconde el verdadero recorrido de Ormache: un sumergible que avanza verticalmente hacia el horror que habita en el interior de todo ser humano y desde ahí se proyecta a la sociedad. De lo que somos testigos es de un personaje trágico en plena revelación o “anagnórisis”: la imagen de su padre es su propia imagen. Al encontrar a Miriam y relacionarse con ella, él no solo desplaza a su padre: se convierte en él y asume sus culpas, reconciliándose con sus propias zonas oscuras y sus contradicciones. No es gratuita, por tanto, la desconcertante escena en que acompaña a una muchacha, que conoce en un café, a una reunión de danzantes de tijera. Hay elementos mágicos y de purificación en esa visita, pero también de pesadilla, de descenso al infierno. Hacia el final de la novela, Ormache se torna intolerante con la superficialidad que lo rodea pues quienes han tenido esa exploración hombre-dentro se vuelven escépticos, cuando no cínicos, al conseguir desmontar el engranaje de las convenciones sociales. Alonso Cueto ha cogido una anécdota coyuntural (basada, según tengo entendido, en un hecho real) y la ha convertido en un cuestionamiento sobre la condición humana. De eso, y no de otra cosa, se trata la literatura.

La hora azul
Alonso Cueto
Anagrama/ Peisa: Lima, 2005

Wednesday, January 25, 2006

Eugenio Chang-Rodríguez: Presentación a Identidad(es) del Perú en la literatura y las artes

Me es grato hacer uso de la palabra en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores para presentar Identidad(es) del Perú en la literatura y las artes. He aceptado participar en este acto cultural en parte porque está vinculado con Ottawa, ciudad que aprecio desde que la visité hace algunos años cuando evalué el programa de postgrado en Estudios Hispánicos de su Universidad y a la que, por compromisos contraídos previamente, en 1996 no pude volver cuando el Embajador Óscar Maúrtua de Romaña, nuestro actual Canciller, me invitó a dictar unas conferencias en esa ciudad.
Como otros latinoamericanos, los peruanos estamos acosados por la problemática de la identidad, tema central del libro que comentamos. ¿Quiénes somos? ¿A qué parcela cultura pertenecemos? ¿De qué manera nuestra pertenencia a una u otra cultura, o a varias, determina nuestro sistema de valores y actitudes? ¿Cómo se sustentan nuestras reflexiones frente a los desafíos diarios de la vida? Los autores de las ponencias recogidas en este tomo tratan de contestar estas y otras preguntas al ocuparse de las obras literarias y artísticas con moderna metodología y estrategia crítica.
Hoy me permito resaltar brevemente algunos de los dieciocho trabajos que más han concitado mi atención, en particular los vinculados con la identidad andina trasladada a los Estados Unidos por centenares de miles que integran su población hispanohablante. Autollamada “latina”, esta población, por ser tan numerosa ocupa el tercer lugar en el mundo, después de México y España. En su ponencia Ulises J. Zevallos (Ohio State University) trata de los múltiples planos de la identidad “andina”. Aplicado a nuestra patria, el vocablo “andino”, tan caro al historiador Franklin Pease, abarca a los habitantes de las tres regiones geográficas del país, que constituyen la mayoría de los 233 926 peruanos registrados en el censo estadounidense de 2000. Según cálculos bien fundamentados, su número ha crecido a medio millón en 2006. Los testimonios de tres de ellos han sido recogidos por Zevallos para mostrar cuánto de sus creencias, valores y competencia lingüística retienen en su nuevo hábitat.
Quienes hemos residido en la Unión Norteamericana por varias décadas, podemos complementar los datos proporcionados en este ensayo. En la década de los años 1940 vivían en el área metropolitana de Nueva York unos cuantos miles de peruanos, en su mayoría residentes legales. Algunos, estudiaban en universidades y colegios. En las décadas siguientes, llegaron veintenas de miles más, particularmente al Estado de Nueva Jersey. Aun así, en el 2006 los peruanos no son tan numerosos como los mexicanos, ecuatorianos y colombianos ni, por supuesto, los caribeños, aunque algunos exageren su número sin la apropiada documentación.
Se ha afirmado que antes de los años de 1970, salir del Perú era entonces "casi privilegio de las clases altas y de los profesionales liberales". Emigrar del Perú era "sinónimo de prestigio, especialmente cuando los destinos eran Europa y EE. UU." afirma un antropólogo social 1. En los decenios siguientes, la ola migratoria se incrementó, principalmente por la explosión demográfica, el deterioro económico y la inseguridad social acentuada por el terrorismo. Varios ensayos de la última sección del volumen que presentamos se ocupan de esta etapa migratoria.
En el proceso de adaptación a la sociedad norteamericana, los peruanos profesionales y económicamente mejor establecidos han desarrollado una reacción defensiva agrupándose en instituciones sociales y profesionales. Los de menor éxito económico han constituido organizaciones religiosas y deportivas paralelas. Es un mérito que un centenar de instituciones peruanas en los Estados Unidos desde 1985 se reúna anualmente en diferentes ciudades de Norteamérica y el Perú, como lo harán en Lima del 19 al 22 de febrero de este año, bajo la presidencia de Julio Salazar, recientemente condecorado por nuestra Cancillería 2.
El otro trabajo del libro que comentamos es “Identidad: Ciro Alegría y Manuel Scorza”. En esta comunicación Alix Camacho (State University of NY, campus de Oneonta) recuerda cómo por medio de la literatura los dos grandes narradores se propusieron integrar al indio a la nación peruana. Algunos de sus párrafos sintetizan las características de la narrativa de Ciro Alegría, sobre las cuales tuve la oportunidad de conversar e intercambiar correspondencia tal como consta en Entre dos fuegos, que se presentará mañana en la Sala Miguel Grau del Congreso de la República. En efecto, Ciro Alegría intentó darle identidad al indígena por medio de sus novelas, cuentos y poesía. Acató el mandato de la modernidad que exige la unificación y homogeneización de los miembros integrantes de la sociedad. Sus esfuerzos se plasman en La serpiente de oro (1935), Los perros hambrientos (1939) y El mundo es ancho y ajeno (1941). Alix Camacho explica cómo estas obras realistas ofrecen un discurso moderno y dinámico que proyecta los problemas del amerindio en el ámbito nacional creando “universos imaginarios” que dan la impresión de ser reales” 3. Efectivamente, el gran novelista del norte del Perú consiguió sus objetivos configurando el texto con nueva norma de composición, lenguaje y estilo con el fin de mostrar la heterogeneidad de los personajes y revelar su identidad; puso en contrapunto el pasado idílico del mundo incaico, de la comunidad campesina y el doloroso presente; resaltó las diferencias entre explotadores y explotados, blancos y amerindios, mestizos y cholos; todos ellos personificados no como individuos aislados sino como productos de un grupo, colectividad, comunidad o clase social. La verosímil descripción del sujeto en el contexto de la narrativa de Alegría es crucial en la explicación de su identidad.
Alix Camacho es menos convincente en su análisis del neoindigenismo de Manuel Scorza, donde la objetividad es reemplazada por la subjetividad. El autor descuida algunos aspectos fundamentales señalados en nuestro volumen Proyección de lo indígena en las literaturas de la América Hispánica 4. Camacho menciona brevemente la multiplicidad de enfoques y exagera cuando afirman “El tema de la identidad pierde la importancia que le dio el discurso indigenista porque ahora el autor se preocupa de dar a conocer los hechos que causaron la marginación” (p. 59). El artículo enfoca mejor la estructura atemporal de la narrativa de Scorza, al unir el pasado, el presente y el futuro ante la imposibilidad de establecer una cronología en sus libros, según confesión propia (p. 61). Siguiendo un contexto histórico en el que interviene la dimensión mágico‑mítica de su poesía, Scorza publicó La guerra silenciosa, saga integrada por Redoble por Rancas (1970), Historia de Garabombo, el invisible (1972), El jinete insomne (1976), Cantar de Agapito Robles (1976) y La tumba del relámpago (1978) 5.
Como lo he sostenido en otras oportunidades 6, una atmósfera mágica y un lirismo simbólico‑alegórico nutren la realidad de las primeras novelas de Scorza. Aunque rehusó ser considerado autor indigenista, Scorza, como José María Arguedas en Todas las sangres (1964), contribuyó a ampliar la técnica del neoindigenismo. En su versión narrativa, Scorza utiliza algunos rasgos de los escritores del Boom 7. Su experimentación técnica le permite representar más cabalmente el mundo de los comuneros, porque al utiliza el punto de vista de los protagonistas y recurre a los mitos muestra la realidad andina desde dentro.
Como testigo de los hechos, Scorza teje los hilos narrativos, cual si estuviera componiendo una balada popular con timbre patético-satírico. La historia de la expoliación y su secuela de penurias se amplía en sus cinco novelas ligadas entre sí. Empero, el texto de las cuatro primeras novelas es contradictorio. En su intento de resolver la contradicción, en la quinta novela del ciclo el autor opta por la modernidad occidental. A pesar de ello, en las cinco obras narrativas se alternan capítulos que narran simultáneamente dos o más historias de diferentes épocas. Esa fragmentación se desarrolla en el tiempo no-lineal, característico de la cosmovisión mítica del indígena, y le permite al autor incorporar algunos mitos fundamentales 8. Con todo, esta visión no constituye el substrato de su narración, como en Los ríos profundos y en El zorro de arriba y el zorro de abajo de José María Arguedas. Consciente de la deficiencia, Scorza recurre al realismo mágico o inventa mitos literarios para representar la cultura indígena. A menudo, los mitos se encuentran intercalados en el texto con el propósito de representar la perspectiva de los dirigentes indígenas empeñados en emplearlos como armas de resistencia revolucionaria.
Para concluir, mencionaré la última ponencia del libro que presentamos. Escrita por Paolo de Lima, el trabajo se ocupa de la violencia política en el Perú, la globalización y la poesía en la Pontificia Universidad Católica de Lima. Cubre de 1980 a 1992, cuando aparecieron los “tres tristes tigres”, editores de la efímera revista de poesía Trompa de Eustaquio y ganadores de algunos premios literarios. Paolo de Lima analiza un poema de cada uno de estos “tigres”, en el cual resalta la realidad político-social y el fenómeno de la violencia, expuesta recientemente por la Comisión de la Verdad presidida por Salomón Lerner.
Agradecemos y felicitamos a los editores por haber reunido en el volumen que presentamos importantes aportaciones al tema fundamental de la identidad en la literatura y las artes de nuestra patria.

..................

1 Teófilo Altamirano, Éxodo: peruanos en el exterior (Lima: PUCP, 1992), 61.

2 Una síntesis de la organización y temas debatidos en las cuatro primeras convenciones se encuentra en el segundo capítulo de Teófilo Altamirano, Los que se fueron: peruanos en los Estados Unidos (Lima: PUCP, 1990). Sobre las tres convenciones siguientes, consúltese por el mismo autor Éxodo, 11-123.

3 Antonio Cornejo Polar: “La narrativa de Ciro Alegría: diseño general”, p. 374.

4 Eugenio Chang-Rodríguez y Alfredo Roggiano, eds Revista Iberoamericana: Proyección de lo indígena en las literaturas de la América Hispánica. 50.127 (1984): 337-624.

5 Entrevistado en Madrid por un profesor de la Universidad Complutense, Scorza le declaró: “Yo considero que La tumba del relámpago es el libro épico en el sentido más profundo de la palabra, es el más maduro, y quizá, mi mejor libro. Ahí, los personajes han llegado a acceder a lo épico, pero partiendo de la novela lírica y onírica; todo está al servicio de la tragedia; es una tragedia la que se pinta allí en términos clásicos” (José Julio Perlado, "Manuel Scorza: «Sobre la irrealidad total, he puesto la realidad absoluta»" Entrevista inédita (1979 publicada en Internet).

6 En “Revaloración de la narrativa de Manuel Scorza”, mi ponencia en el Congreso de Narrativa Peruana de Madrid (junio de 2005), por ejemplo.

7 Ibíd.

8 E.g. el fragmento de Dioses y hombres de Huarochirí en el capítulo 35 de Garabombo, el invisible y el mito de Inkarrí, al comienzo de La tumba del relámpago.

Tuesday, January 24, 2006

La vida o los libros

Por Luis Aguirre

Enrique parece el tipo de estudiante de Literatura destinado a no moverse de los márgenes del libro. A sus 18 años es serio, sabelotodo y tan responsable que es capaz de quedarse un sábado sin salir con tal de cumplir con sus labores de tutor de una academia preuniversitaria. Pero es a través de este trabajo que conoce a Pilar, una madura profesora de Sociología y madre divorciada de uno de sus alumnos, que le enseñará que existe algo más que prepararse, estudiar y hacer una vida académica respetable. “La vida tiene enseñanzas irremplazables que los libros no pueden proporcionar”, sentencia ella. Después de algunos tensos intercambios verbales, que por debajo llevan toda la electricidad de la coquetería intelectual, Enrique -inexperto y virgen- cede ante lo inevitable: caer en el atractivo remolino sexual de Pilar. El es un alumno aplicado y ella una mujer que está dispuesta a enseñarle los misterios de la seducción femenina y a entrenarlo en la satisfacción de ese aleph pequeñito llamado clítoris.
Después del deslumbramiento verbal de Neguijón (2005), Fernando Iwasaki presenta Mírame cuando te ame, una breve novela de prosa limpia escrita en 1993, año en que publicó la colección de relatos A Troya, Helena, y anterior a su novela-colección de relatos El libro del mal amor (2001). Pero a diferencia de esta última -donde cada aventura terminaba en fracaso-, todo lo que le sucede a Enrique tiene el espíritu del triunfo, de una educación erótica que termina muy bien a pesar del destino penoso de Pilar y que se resume en la máxima biográfica que el narrador señala al final: haber sido un “iniciado en la indiferencia del amor”. Ambientada en los años ochenta, Mírame cuando te ame es una versión de color muy local de aquello que los anglosajones han llamado “novela de campus”. Aquí están retratadas las confrontaciones de prestigio entre la Universidad Católica, la San Marcos y la Universidad de Lima, y sus mundos paralelos que caminan a veces de espaldas a la realidad. Pilar es una ex militante de izquierda que con su facha de hippie se presenta ante Enrique como una voz autocrítica, por momentos amargada, de cierta intelectualidad limeña que no puede abandonar sus tics de clase cuando actúa fuera de los salones: “No hay nada peor que un look proletario postizo en una pituca del Villa María”, espeta. Con su feminismo derrotado a cuestas (“no tienes ni idea de lo que es ser divorciada en un país como el Perú”), encuentra en Enrique un cómplice perfecto para su vendetta: el escándalo del sexo en medio del conservadurismo académico. El erotismo sin celos ni posesividades es un arma contestataria más honesta aún que cualquier rollo político o vanidad intelectual.
Iwasaki hace extrañar su gran manejo del lenguaje. Pero sobre todo hace extrañar su gran sentido del humor. Tibia, melancólica y excesivamente expeditiva, Mírame cuando te ame no llega a cumplir todo lo que promete. Pilar es un personaje fascinante, hecha de fuego, rapidez mental y ánimo pedagógico. Y de ella al final no queda más que un suspiro. Demasiado rápido para tan poco: los lectores se quedan con la miel en los labios.

Título: Mírame cuando te ame
Autor: Fernando Iwasaki
Editorial: Peisa (84 p.)

Wednesday, January 18, 2006

Cristino Bogado

Cristino Bogado: Asunción, Paraguay, 1967. Poeta, narrador, ensayista y editor independiente. 1989-1992: Miembro fundador, editor y articulista de Susobicho, revista de los estudiantes de la Universidad Nacional de Asunción sobre temas de filosofía, antropología y literatura. 1995: Colaborador del fanzine sobre temas de rock, cultura y literatura Punto Rojo. 2000-2003: Colaborador del Suplemento Cultural del diario ABC Color (Asunción, Paraguay). 2002-2003: Colaborador del Suplemento Cultural, dirigido por el poeta Douglas Diegues, del diario Gazeta do Povo de la ciudad de Campo Grande, Estado de Matto Grosso (Brasil). Desde 2004: Colaborador de la revista sobre arte y cultura Fahrenheit de la ciudad de México D. F., México. Desde 2004: Miembro del consejo editorial de la revista de poesía Ontem choveu no futuro, editada en Campo Grande, Brasil. Desde 2005: Colaborador de la revista de música, poesía y humanidades Pauta, México DF, México. Ha participado en diversos congresos y recitales nacionales e internacionales; por ejemplo: 2000: Poeta invitado al Primer Encuentro Internacional "Poetas en la Bahía", Asunción, Paraguay, 8, 9, 10 y 11 de junio de 2000; 2001: Conferencista invitado, con el ensayo intitulado "Filosofía y poesía", al Primer Seminario Poético Internacional "Las avenidas multidisciplinarias hacia la poesía", Asunción, Paraguay, 22, 23, 24 y 25 de noviembre de 2001; 2001: Poeta invitado al espectáculo de música y poesía "Homenaje a Charles Bukovsky" (guitarra, clarinete y voz), Espacio Sajonia XXI, Asunción, Paraguay; 2001: Poeta invitado a la Fête de la Poèsie, actividad organizada por la Alianza Francesa, Asunción, Paraguay; 2003: Conferencista invitado a las V Jornadas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) sobre Educación, Literatura y Comunicación, con la conferencia "La filosofía como género literario", 26, 27 y 28 de junio de 2003, Corrientes, Argentina; 2003: Poeta invitado a los recitales internacionales de poesía celebrados en la UNNE con ocasión de las V Jornadas de la Universidad Nacional del Nordeste sobre Educación, Literatura y Comunicación, 26, 27 y 28 de junio de 2003, Corrientes, Argentina: 2004: Poeta invitado a los recitales de música y poesía organizados en el pub La Esquina en mayo de 2004, Asunción, Paraguay; 2005: Conferencista invitado a la Semana Sartriana, realizada en la Alianza Francesa de Asunción y el Café Italiano de la misma ciudad, con la conferencia "El uso del vocablo 'nada' en el Baudelaire de Sartre". Ha publicado textos en antologías como: 2000: Asunción despierta –antología de la poesía actual, VV. AA., Asunción, Paraguay, y 2002: Asunción habita –antología de poesía y prosa contemporáneas, VV. AA., Asunción, Paraguay. Textos suyos se encuentran en diversos sitios de internet; por ejemplo: Desde 2004: Poeta invitado en la antología virtual de poesía paraguaya, dirigida por Joaquín Morales, en la página www.postumodern.com (sección Byzantinisches Tageblatt, número 5); Desde 2005: Narrador invitado en la página argentina de narrativa internacional www.flatusvocis.com. Escritor invitado en la página argentina de literatura latinoamericana contemporánea de la editorial Eloísa, de Buenos Aires, www.eloisacartonera.com.ar. Entre los estudios sobre su obra se puede citar: 2004: Ouroboros –poesía paraguaya 1977-2004, ensayo del escritor, poeta y crítico argentino Jorge Montesino, con antología de textos, publicado en la revista norteamericana de literatura Galerna. Ha publicado los poemarios: La Copa de Satana, Ediciones Cuadernos de la Ura, Asunción, Paraguay, diciembre de 2002, y Dandy ante el vértigo, Jakembó editores, Asunción, Paraguay, noviembre de 2004. Como director de Jakembó editores ha publicado, dentro de su colección de poesía Theis Moira, el libro de su autoría Dandy ante el vértigo, (2004), Heautontimoroumenos (2005), del poeta peruano Miguel Ildefonso, y Musica ficta semitonia subintellecta y hurras a bizancio (2005), ambos de Joaquín Morales. Dentro de su colección de narrativa Ñe'e reí ha editado el volumen de cuentos La luz marchita (2005), de Javier Viveros, Otros títulos de aparición prevista para 2006, son, dentro de la colección de ensayo Bestias-oráculos, El comienzo de lo terrible, de Montserrat Álvarez, y un ensayo filosófico del poeta, aforismólogo y editor mexicano Luigi Amara; dentro de su colección de narrativa, 4 bestias, de Nicolás Granada; y, dentro de su colección de poesía, La conspiración de los ginecólogos, de Jorge Canese. Los escritores interesados pueden escribir a jakemboeditores@gmail.com

“El machismo perjudica a los hombres”

Rocío Silva Santisteban: “El machismo perjudica a los hombres”

DESAMORES • La poeta acaba de publicar “Turbulencias”, un libro de poesía irónica y despiadada.

Por Pedro Escribano

“La vida es un frenesí”, dice con ironía la poeta Rocío Silva Santisteban cuando iniciamos esta conversación a propósito de su último poemario, Turbulencias (ed. estruendomudo), que es un libro de una poesía áspera, despiadada, en donde la mujer –la amada– enfrenta, entre otras embestidas, los rigores del desamor, las sutilezas del machismo y el infortunio, hasta en lo más íntimo, de ser mujer en una sociedad como la nuestra.
Rocío surgió a la literatura peruana en los años 80, junto a esa legión de poetas mujeres que tomaron la mejor arma: la palabra poética.
“En realidad –me corrige Rocío– la mujer se metió en todos los campos. Fue un hito, porque la mujer empezó a participar en la poesía, en la vida cultural hasta en Sendero”. No le falta razón.
La poeta, además de Literatura estudió Derecho. Asimismo, es una de las preocupadas de los estudios de género, mujer y cultura en nuestro medio. Ese interés, que es un propósito de búsqueda de justicia, es otra marca en su poesía que está presente desde su primer poemario, Asuntos circunstanciales (1984).
La mujer y sus respectivos asuntos es un tema caro en la poesía de Rocío Silva Santisteban. Un tema que se le ha filtrado no a través de lecturas, sino a través de la vida, de su historia familiar.
“Mi madre, que era una profesional, políglota, cuando se casó, se convirtió en una ama de casa. Después, cuando se separó de mi padre, ella tuvo que salir al campo, a ganarse la vida, pero con la carga de dos hijos. Y salió adelante. Y esa historia también era de mi abuela, de mis tías, pero en todas ellas había punche, fuerza”, narra la poeta.
–¿ En ti se repite esa historia?
–Se repite en el sentido de que yo, como mi madre y mi abuela y mis tías, no me dejo. Desde que era una niña mi madre me repetía: “nunca dependas de un hombre”. Me enseñó a salir adelante ante todas las dificultades.
–Pero en Turbulencias un poco tú misma te pones en el paredón.
–En este libro juego bastante con mi primer libro, Asuntos circunstanciales, y conmigo mismo. El año pasado fue un año bastante difícil para mí, a pesar de que en ese año también me doctoré. Duro, porque mi padre estuvo en cuidados intensivos en un hospital, a mi madre le dio un derrame cerebral y yo también rompí una relación que me dejó bastante mal parada. La desgracia vino junta. Iba de un hospital a otro, del hospital privado de mi padre al hospital público de mi madre. No podía dormir y me dediqué a escribir y escribir.
–Hay un poema: “Larga marcha a través de la noche”. ¿La noche no era para dormir?
–Sí, era para dormir, pero no podía, me costaba trabajo atravesar la noche. Ese es el sentido de ese poema, así, como larga marcha de Mao, así me era de doloroso y difícil.
–En muchos poemas en este libro hay alusiones despiadadas contra ti misma. ¿La poeta, la mujer, se rinde?
–No, no, yo al final no me rindo.
–El último poema del libro dice: “¿Cuántos más pasarán por este cuerpo/ dejando sus fluidos para que yo sea feliz,/ papá?
–Sí, esa pregunta es terrible. Sabes, uno es feliz como un “vago fulgor”, como dice la cita que cito de Luis Hernández quien además cita a Amado Nervo: “Hay amores que nacieron para la luz del día/ y otros que nacieron para un vago fulgor”. Uno tiene que aprovechar al máximo el momento de felicidad. A veces me pregunto, por qué los momentos de dolor son más intensos que los momentos de felicidad. Es que siempre pensamos que los momentos de dolor son eternos y que los de felicidad son efímeros. Nos cuesta mucho aceptar que somos felices. Por lo demás, es cierto, en este libro yo he sido un poco dura conmigo misma.
–Ahora, el libro no encierra una visión patética de la amada, sino al contrario.
–Uno de los poemas habla de la identidad de la mujer como víctima. Las mujeres de América Latina tenemos una tendencia alucinante de estimarnos como víctimas, pues siempre se escucha: “ay, pobrecita de mi hijita”, “yo soy la que me sacrifico por mis hijos”, todo ese victimismo que nos viene de la tradición cristiana. Eso como que nos ha marcado bastante y lo que yo intento es sacurdirme de ese rol de víctima que no nos da nada.

Machismo turbulento

Para Rocío Silva Santisteban todo tiene que ver con el sentido de masculinidad y feminidad con que nos educan. “Lo que ocurre –dice– es que el machismo perjudica tanto a los hombres como a las mujeres. A los hombres, por ejemplo, les plantea un estereotipo de masculinidad que es tan difícil conseguir en los jóvenes”, afirma la poeta.
Es decir, las turbulencias también son de los hombres.

“No creo en los caudillos”

-En un poema, en una muestra de conciencia, la amada dice: “Si yo sola no me cicatrizo/ ¿quién me sanará?”. Si extendemos esta figura al campo político, ¿quién sanará nuestro país, Rocío?
-Si él mismo no se cicatriza, nadie lo va a sanar.
-¿Un líder, un caudillo?
-Yo no creo en los caudillos. Yo creo en la ciudadanía. Seamos responsables cada uno. No esperar a que otros metan la pata y después todos digamos “él tiene la culpa”.
-¿Alguna gente cree que ahora es el turno de una presidenta?
-No creo. No debemos pensar que siempre hemos tenido un papá presidente y que ahora necesitamos de una mamá. Lo que tenemos que hacer es ser adultos. La única manera de salir es ser ciudadanos.
-Y a propósito, ¿te interesaría deslizar los pies” hacia la política?
-Sí me interesaría, pero por ahora no. Hay ciertos derechos que se tienen que conquistar y eso está en el terreno de la política en el sentido más amplio, que es el juego del poder. Pero aquí la política está hasta las patas. Pero por otro lado, hay gente que dice “no, porque me voy a ensuciar con la política”. Creo que uno, finalmente, si uno quiere salir, tiene que meter las manos un poco en la ciénaga.
-¿Y vas a meterlas?
-Yo las he metido bien. Mi tesis de doctorado es un análisis de los discursos de la Comisión de la Verdad. Espero publicarlo este año. La ciudadanía está despertando. En los años 90, lavar la bandera en la Plaza de Armas fue genial, fue arrebatarle los símbolos del Perú a los militares. eso fue revolucionario. ¿Por qué los símbolos patrios deben ser solo de los militares? Por eso me gusta aquella pintura de Claudia Coca en la que una mujer sale de una piscina con un bikini de la bandera peruana. Eso me parece genial.

.........

Todo para qué

a T. Z.

Sospecho que vino con la intención de irse
dejó el carro aparcado afuera
tenía un aire de querer hablar en medio de mucha gente
por temor a lo que yo iba a escuchar...

Pero le entregué el poema,
terminó dos copas de vino
se hartó de darle vueltas al asunto
y me dijo: quiero descansar...

En la cama me montó hasta tres veces
sonriendo, riéndonos, y durmió tranquilo.
Ahora yo: ¿qué debo esperar?
¿Otra infección urinaria?
¿otra crema vaginal?

Monday, January 16, 2006

Entrevista a Rafo León

"El comportamiento del racismo en el Perú es plástico, adaptativo"

El creador de la China Tudela Loveday tiene el convencimiento de que el rechazo entre peruanos se exacerba en elecciones

Entrevista a Rafo León
Por Patricia del Río

Una vez más, la contienda electoral saca la bandera del racismo como blanco de ataque entre los candidatos. Pocas personas tan autorizadas como Rafo León, creador de uno de los personajes que mejor refleja la discriminación en el Perú, para intentar explicar este fenómeno complejo que da cuenta de diferencias irreconciliables entre los peruanos.
El racismo es un tema que se pone en el tapete con cada proceso electoral. ¿Por qué?
Las elecciones son una oportunidad para enfrentarte al tema de la representación, es decir con qué candidato te sientes expresado, reflejado, o lo que estamos viendo ahora, qué candidato te permite odiar de manera legítima.
¿Y a quién o quiénes representa Humala?
Humala, en este momento, es un apellido que agrupa distintas variantes y concentra varios sectores: Antauro, decididamente, es el brazo lumpenesco; está el desquiciado de Ulises, que habla de decapitaciones y ejecuciones; y por supuesto, está Ollanta Humala que representa al cholo achorado militarote, alimeñado, que causa mucho miedo. El apellido Humala, entonces, concentra una serie de peligros que el 'establishment' limeño ve con verdadero espanto.
¿Cómo se refleja ese miedo?
Por ejemplo, estoy francamente impresionado de cómo cierta prensa escrita, televisada y radial, enfrenta el tema Humala. Creo que hay que aclarar la opción Humala, como hay que aclarar todas las demás, pero apertrecharse en un feudo social y reaccionar con paranoia es lo peor que puede pasar en este momento. No solamente porque se termina alimentando al candidato al que se recusa, sino porque ahondas las brechas que en este país son peligrosísimas, y que puede tener una salida muy seria y muy violenta. Esa reacción de la prensa, básicamente joven, me parece sumamente irresponsable.
¿Somos un país muy racista, polarizado?
El racismo en el Perú definitivamente existe. Tenemos datos concretos, dados por el Indecopi, sobre multas a discotecas por discriminación racial, o las terribles cifras del informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, así que es un hecho innegable.
¿Más allá de los insultos durante las elecciones, cómo se expresa diariamente?
El comportamiento del racismo en el Perú es muy plástico, es adaptativo. No vivimos en un 'apartheid' con reglas de exclusión establecidas; la discriminación es más bien sutil, pero sumada a ciertas condiciones económicas y a determinadas ideas, configura un fenómeno de exclusión mucho más complejo, que va más allá de lo racial.
Un buen ejemplo de esa conducta discriminadora...
El caso de Toledo, por ejemplo. A él no se le ha perdonado una, por el hecho de ser como es. No solo genera ese rechazo por sus rasgos físicos, sino también por su pertenencia a un patrón de conducta que es considerado bien cholo: no puede ocultar su arribismo, se engolosina en el poder, apenas se le da una oportunidad de codearse con una personalidad enloquece. Creo que eso es lo que la pituquería no admite y no le perdona a Toledo ni al empresario exitoso con el que tienen que convivir en su playa.
Como diría la China Tudela, no le perdonan la osadía de querer ser parte de la GCU (Gente Como Uno).
Claro. ¿Quién es este agentado?, dicen algunas personas, y si bien se trata de una expresión horrorosa, se utiliza, y ese tipo de expresiones, de las que hay muchas, son un reflejo de esa discriminación. A Toledo justamente se le ha atacado tanto porque tiene el síntoma físico del prototipo del cholo, pero también el social.
Lo que demuestra que los problemas de discriminación y exclusión abarcan muchos aspectos complejos... Efectivamente, si nos quedamos simplemente en la evidencia física de la raza no podremos entender nada de lo que está ocurriendo actualmente en el Perú. Por ejemplo, podrá parecer frívolo, pero una tiranía evidente es la cultura del buen gusto. Ese es uno de los elementos de mayor exclusión, por lo menos en Lima. Existen reglas no escritas, tácitas, sobre lo que son el buen y el mal gusto, que se ejercen día a día en ciertos sectores sociales altos, y que constituyen barreras de discriminación absolutamente contundentes.
¿Cuáles son esas reglas?
Creo que nadie sabría formularlas con mucha claridad. Lo más revelador que he leído sobre eso fue un e-mail que circuló hace cinco años por toda Lima: el famoso Cholómetro. Se trataba de una tabla de supuestos comportamientos del patrón cholo. Si te sacabas un puntaje alto, debías pensar seriamente en que algo andaba mal contigo
Pero hasta cierto punto es natural que ciertas cosas te parezcan de mal gusto...
Ciertamente, a mí me produce escalofrío cuando las personas aplauden porque aterriza el avión, o me espanta pensar que mi vecino va a sacar los parlantes y el cajón de cerveza y va a armar una fiesta en el pasillo... Eso es de bastante mal gusto, pero yo también me pregunto cuánto de mal gusto hay en las cirugías plásticas de la pituquería que hace que todas las mujeres se vean exactas y crean que son diferentes... Esa burda manera de apegarse a lo físico es de pésimo gusto, como lo es decorar tu casa bajo los principios del feng shui para que el marido se coquee en el sillón.
Se trata de una discriminación más encubierta...
Sobre todo más sutil. Con todo, la derecha y la pituquería tienen cierta sutileza para expresar esta exclusión. Isaac Humala, por ejemplo, no tiene ninguna. Él declara, abiertamente, que solo les dará ciudadanía a los cobrizos y punto. La derecha no va a ser nunca así de clara
¿Porque es políticamente incorrecto, porque la discriminación es inconsciente? ¿A qué responde la sutileza?
Hay cierta conciencia de que estas cosas no se pueden decir en público, salvo la China Tudela, por supuesto, así que estas expresiones se quedan en el ámbito de la conversación privada, se escuchan en circuitos muy cerrados donde se permite muchísimo.
Ahora, el discriminado no necesita que se lo digan para saberse excluido...
Por supuesto, el discriminado se estrella con su condición cuando llega a una discoteca y no lo dejan entrar; y después de eso va a ser muy difícil que vote o le crea a Lourdes Flores, a Paniagua, o a Salinas. La discriminación se siente, es evidente.
¿Y es cada vez peor?
Difícil decirlo. Por ejemplo, estoy viendo las repeticiones de Ferrando, que resultan muy interesantes verlas con otros ojos, y si comparas eso con Laura Bozzo, te das cuenta de que se ha retrocedido. En el caso de Bozzo, no solo asistes a la imagen de un sector social muy denigrado, sino animalizado. Creo que Ferrando llegó a construir un universo en el que la gente se podía sentir medianamente retratada con un cierto humor, y al ponerle esa distancia les reservaba una cierta dignidad. En el caso de Bozzo, la discriminación es frontal, es brutal, sin ningún matiz.
¿Qué es lo que defiende o perpetúa esta conducta de la exclusión?
Básicamente, la experiencia del privilegio. Sentirte el elemento actuante y terminal de una tradición muy larga de 400 años, donde tú no has participado de un mundo de sujetos de derecho, sino de sujetos de privilegio. Esa situación de privilegio se traduce en el día a día. Por ejemplo, hace unas semanas se juntaron ocho vuelos en el aeropuerto a las 12 de la noche. Era una locura, había miles de personas esperando pasar por migración. En eso llegó una señora limeña típica, de esas regias, se paró y habló en voz muy alta: qué ridículo, no me he pasado ocho horas en un avión para pasarme seis en un aeropuerto. Y se metió y pasó.
Como si fuera dueña del mundo...
Es exactamente eso: el dominio de la realidad a partir de la noción de privilegio. Eso es lo que se defiende.
Y obviamente el que llegue alguien que no representa este privilegio al poder es terrible...
Es la peor amenaza. Ahora la pregunta es por qué, por ejemplo, una vez que Fujimori llegó al poder, ganándole a Vargas Llosa, cierta derecha se le plegó tan rápido. Yo tengo una hipótesis: a los peruanos les fascina el autoritarismo y Fujimori les vendió la idea de que él podía poner el orden que ellos reclamaban. Se convirtió en una especie de buen capataz de la hacienda, que anda con el látigo en la mano y hace el trabajo sucio que tú ni quieres ver...
Algo en lo que perfectamente podría convertirse Ollanta Humala.
Perfectamente, tiene todos los elementos. En primer lugar, porque lo primero que vehiculiza Humala es esa fascinación por el autoritarismo. Además, ya está coqueteando con la derecha, hay quienes lo están buscando
Y en ese escenario los que hoy le temen olvidarían los elementos radicales de su discurso...
Por supuesto. Como decíamos, el racismo en el Perú es muy plástico, se va adaptando. Fujimori tenía todos los elementos para no ser querido por la derecha y se convirtió en líder indiscutible de buena parte de ella.
Pero sin renegar de esa base popular que le dio su voto...
Es que su talento radica en saber darle gusto a la derecha a través de la pasividad del pueblo. Aparentemente ese perverso modelo es el más deseable, porque implica tranquilidad y orden, las cosas están en su lugar y nada se mueve.
Ahora, tú en tus viajes tienes el privilegio de ir a lugares donde no llega nadie. ¿La gente que conoces en estos sitios tan aislados ha enganchado con Humala? ¿Es cierto que el voto viene de ahí, de los absolutamente excluidos?
Creo que el voto de Humala viene de cierto tipo de excluidos del sur. No quiero hacer un juicio apresurado, pero tengo la impresión de que en sectores bajos del interior del país ahora es Humala, pero más tarde podrá ser quien les ofrezca algo elemental. Puede ser una bolsa de arroz o una carretera. Si no, no te explicas por qué ese caudal fujimorista ha pasado a Humala. Creo que no es guiado por un factor cultural ni político, sino por el factor del acomodo y la conveniencia derivados de la miseria.
Porque tienen la esperanza de recibir algo...
Pero ese algo es elementalísimo. El mayor destructor del partido político es la pobreza, es la marginación, es la exclusión, es la miseria. No hay que hacer un trabajo demasiado delicado para tirarte en contra de los partidos políticos tradicionales y ganarte a una masa en este país.
¿Por qué el tema de la exclusión y la discriminación no se discute, por qué solo se usa para el insulto?
Te contestaré como 'yuppie' tecnócrata: una de las cosas que no hay en el Perú -y creo que va a ser muy difícil que haya- es una visión compartida de desarrollo. Cada quien apunta a lo suyo. Por ejemplo, el empresario -que sin duda ha evolucionado- considera que está cumpliendo su responsabilidad con el país a partir de la generación de empleo. Ahí está su cuota. Más allá de eso no está dispuesto a conceder; por tanto, no hay ninguna voluntad de construir un poder democrático que tenga en cuenta, en similares condiciones, a aquella otra gente que es parte de su planilla y punto. Para muchos empresarios sus trabajadores son simplemente recursos. No hay una voluntad dialogante ni concertadora. Esa creo que es la consecuencia más grave de todo este asunto.
¿No hay puntos de encuentro?
Se pueden buscar, pero es bien complicado. Yo analizo, leo y pienso, y siempre llego a una conclusión elemental, cliché como ella sola: el problema está en la escuela, la educación. En el Perú uno mama la exclusión desde el momento en que entra o a una escuela pública o privada. Ahí, oficialmente, se legitima la diferencia. Ese es un elemento clarísimo de diferenciación muy primario que ya no tiene sutura. Puede que a lo largo de la vida haya puntos de coincidencia por intereses económicos, razones laborales o sociales, pero el sentido de la exclusión ya está sembrado.
¿Por qué hay tanto temor al otro?
Tengo la impresión de que estos fenómenos se dan en el Perú de una manera especialmente aguda, pero no tenemos el privilegio. En Chile, donde estuve hace poco, ante la ausencia de elementos de diferenciación gracias a la estabilidad económica han empezado a desempolvar títulos nobiliarios, es la última moda. Y bueno, no hablemos de los horrores europeos con los migrantes. En el fondo el sentido de la diferencia es muy fuerte. Creo que el temor al otro está dado por el horror a la pobreza, a la limitación de tu estándar de consumo.
¿Crees que en algún futuro lejano o cercano habrá posibilidad de integración?
Pienso que sí hay indicadores de que la integración es posible. Si vas a Arequipa, por ejemplo, y hablas con un arequipeño tradicional, te va a salir con el 'rollo' de que hace 25 años están invadidos por los puneños, que la informalidad y el Estado destruyeron el parque industrial que era ejemplar, que están en la miseria, etc. Sin embargo, vas al Saga de Arequipa, que tiene doce multicines, y resulta que no cabe un alfiler, porque es una ciudad repleta de consumidores.
¿De nuevos consumidores?
Claro, físicamente no se parecen en nada a ese señor que me dijo que Arequipa ya no existía. Ahí hay una democratización, por lo menos a partir del consumo. Lo mismo ocurre en los conos en Lima, o con la señora de Huanta que borda flores en las zapatillas y tiene que tratar con un comprador de Ripley. Ahí tenemos verdadera democracia, por lo menos desde un punto de partida elemental, cotidiano, diario.

......................
"Me molesta mucho encontrarme con la pituquería que me celebra a la China"

Una mirada al personaje más representantivo de la discriminación en el Perú

¿Tus columnas de La China te Cuenta que... han contribuido a que la gente se cuestione estas conductas de exclusión?
Yo tengo serias ambivalencias respecto de mi propio personaje, tengo sentimientos de amor y de odio. Sin embargo, sí creo que el humor, aun cuando irrite mucho, es una manera de oxigenar las cosas. Como el humor es juego y no es realidad, puedes atreverte a muchísimo. Ahora, debo confesarte que me molesta muchísimo encontrarme con la pituquería cuando me celebra el personaje. Me pongo de un humor horroroso y siempre que me ocurre, decido que es la última vez que escribo, que no va más
Porque te estás convirtiendo en el abanderado, en el ícono...
En ese aspecto creo que hay efectivamente un asunto de representatividad perversa. Gente que debería sentirse maltratada y es la que más lo celebra. ¡Santo Dios, quién entiende esto! Mario Ghibellini me dijo que eso se llamaba el síndrome Ferrando: adoras a quien te tortura. Cuando dejé de sacar la China por seis meses y me encontraba de casualidad con alguna señora muy pituca que me decía te puedo dar datos para tu columna, ahí sí que me ponía muy mal.
Porque te sientes cómplice...
Claro, de algo que no quiero. Pero a la misma vez hay muchísima gente que hace una lectura distinta, que es capaz de entender el espacio simbólico, que es capaz de diferenciar lo que es el estereotipo de lo que es la realidad.
¿Y los que te tildan de racista no entendieron nada?
Creo que no saben reírse, creo que no saben colocarse frente al personaje. Para empezar, yo no soy el personaje. Ahora también entiendo, no es fácil colocarse frente a la China Tudela.
Sobre todo si has sido víctima de eso de lo que ella se ríe.
Por supuesto. Ahora, salvo una vez que una señora de la comunidad judía me mandó una carta porque sintió que había una China Tudela antisemita -y es probable que la haya habido- no he recibido reclamo directo de ninguna persona que se haya sentido racialmente excluida por el personaje. Las protestas vienen de gente que siente que está representando a los sectores excluidos, ya sea que trabajen en una ONG o que sea la primera dama.
¿De dónde sacas tus 'tips' para la china?
Fíjate que lo que menos usa la China son 'tips'. Es más, yo estoy completamente desactualizado y no tengo ningún contacto con ese mundo pituco.
Pero les has pescado varias...
Bueno, copio cosas que salen en los medios, pero te juro que no ando cazando 'tips'. No me interesa.
Como Rafo León, ¿cómo te sientes frente a la oferta electoral, quién te representa?
Me cuesta mucho trabajo ubicarme frente a todo esto que está pasando. Yo no sé a cuántas personas les esté ocurriendo, pero para mí, cuya fuerza generacional mayor estuvo del lado de la izquierda, de la contestación y de la búsqueda de mundos alternativos, lo que estamos viviendo ahora es muy desconcertante y muy interesante. Es una suerte de reivindicación de ideales de hace 30 años...
Sí, pero ideales que corresponden a problemas aún vigentes, ojo. Por eso hay que estar luchando para no dejarte seducir por populismos como los de Humala.

LA FICHA
NOMBRE: Rafo León.
NACIMIENTO: Lima, 1950.
FORMACIÓN: Estudió Literatura y Lingüística en la PUCP.
TRAYECTORIA: Lleva 25 años como periodista, crítico y columnista en medios escritos. Es creador de personajes reconocidos como Caín y Abel, José del Salto Cadbury y la China Tudela Loveday.
PUBLICACIONES: "La China Tudela: Antología de sus crónicas", "Rutas secretas del Perú. The secret By-ways of Perú", "La China Tudela y la panaca real" y "Viajes de perro. Crónica de travesías y extravíos". Desde hace seis años conduce y dirige el programa "Tiempo de viaje".

Sunday, January 15, 2006

Hotel hotel de poesía

Inquisiciones
Hotel hotel de poesía

Abelardo Oquendo

Estruendomudo es una editorial audazmente interesada en lanzar óperas primas y autores desconocidos. Tras explorar con éxito literario (ignoramos si comercial) la nueva narrativa peruana, se atrevió a incursionar en la poesía y creó para ella la colección hotel hotel.
Al revés de su serie de narrativa, Estruendomudo eligió para inaugurar hotel hotel dos nombres con antecedentes: el de Luis Fernando Chueca, autor de tres poemarios previos, y el de una poeta también con tres libros anteriores: Victoria Guerrero. Pero decir ‘al revés’ no ha sido lo más propio porque no se ha saltado de escritores que se inician a otros que forman ya parte del establecimiento literario, desde que no es este el caso de Guerrero ni de Chueca, jóvenes ambos. En hotel hotel han aparecido Contemplación de los cuerpos, de Chueca, libro que ha logrado la atención de la crítica periodística, una atención mayor que Ya nadie incendia el mundo, de Victoria Guerrero, no obstante ser este un poema infrecuente no solo por su extensión –ocupa todo el libro- sino por su intensidad.
Finalizando el año, hotel hotel acogió a dos poetas noveles, estudiantes aún y sin historia. Tanto es así que los presenta de este modo: “Rafael Robles Olivos (Lima, 1982) estudia ciencias de la comunicación (...). Anteriormente estudió derecho (...) pero se aburrió un poco. Ahora duerme bastante, es arquero los domingos y trata de manejar su adicción a la internet”. De José Miguel Herbozo (Lima, 1984) dice que estudia literatura y “perteneció a la revista Hoguera de silencios. Crítico, salserólogo, poeta. No ha publicado ningún libro. Fríe truchas. Aún sufre de nostalgia por el Ciclista Lima.”
El poemario de Robles se llama Buena suerte Peter Parker y es impúdico y alegre. Tiene poemas como este: “El Hombre Araña se tiró a la chica que ya no me quería./ No quiero imaginarlo / pero es imposible cambiar de sitio la mirada. // Desde el día que ella lo contó / nunca más usé relojes que sirvieran. / Solo me preocupo de guardar los cuchillos afilados / y la agenda telefónica vacía.”
El libro de Herbozo se titula Catedral y la poesía que trae no frecuenta los lugares ni las formas habituales. Véase este poema denominado “Despojos”: “El ojo obnubilado. // Amainado el cuerpo / perturbado por la óptica corrupta // espacio inocuo que acaricia el cristalino / y la pupila // pero también la retina / -cinta que nunca principia-; // allí donde el ojo reposa / la sensación de ausencia / la luz no refinada // escalera en que la luz tan uniforme / le dice al ojo gracias // ahora la ceguera dilucida tu ventana: // agujero de negro que todo lo recibes en silencio, // también el abismo se humedece / por fuera.”
Bastante más que truchas fritas puede esperarse de Herbozo.

Memorial de Casa Grande

Memorial de Casa Grande

SAGA FAMILIAR EN VERSO • El escritor Rodolfo Hinostroza evoca en reciente poemario la historia de varias generaciones de sus ancestros.• El siglo XX peruano desde la perspectiva de una familia de clase media.

Por Javier Ágreda

Más de 30 años después de la publicación de su último poemario –Contra natura (1971)–Rodolfo Hinostroza nos entrega en Memorial de Casa Grande (Lustra, 2005) un conjunto de cinco poemas que narran la historia de las más recientes generaciones de su familia. La de sus ancashinos tíos-abuelos paternos en “Los tíos de Huaraz” y “Las bodas de la tía Luchita”; la de sus abuelos maternos y tíos limeños en “Los hijos de Clausen”; y la de su padre en “Los huesos de mi padre”. Por último, el escritor reflexiona acerca de su propia existencia (“viviendo tantas vidas como ancestros”) y muerte en el poema “Con el sol en los órganos”.
Si bien la obra de Hinostroza, como casi toda la poesía de la generación del 60, se ha caracterizado por incluir elementos narrativos, esta vez estos elementos se vuelven dominantes, dejando fuera las alusiones intertextuales y las reflexiones metaliterarias de la poesía hinostroziana. Además, se abandona todo tipo de retórica y métrica por un lenguaje oral y coloquial: “Mi madre Gloria era/ la chica linda del Callejón del Buque/ de bajoelpuente, en el jirón Trujillo, manyas primo”. El resultado remite a esa tradición de poesía en español que va desde los romances hasta los corridos mexicanos, recreados en uno de estos poemas: “Loco de rabia asesina/ el tal chileno culeo/ se enfrentó con su entenao...”.
Fue el crítico español Fernando de Diego quien motivó a Hinostroza –al pedirle algunas páginas sobre el pasado de su familia– a escribir estos poemas. De Diego destaca, en el prólogo, el valor testimonial de este Memorial que recorre el siglo XX peruano a partir de los avatares de dos familias de diferente origen pero de la misma clase media. Las crisis económicas, la migración, el retrato de la Lima “que se fue”, las injusticias raciales y de género, aparecen en estas páginas ligadas a ciertos aspectos de la cultura popular. De ahí las diferentes menciones fílmicas, culinarias y musicales: “Celia Cruz la cubana/ con la Sonora Matancera desde luego/ que venía para el carnaval de Barranco...”.
Por supuesto, los seguidores de la poesía de Hinostroza se preguntarán si ese valor testimonial justifica la renuncia al complejo y rico universo de Consejero del lobo (1965) y Contra natura; a esa poesía desarrollada a partir de la provechosa lectura de Saint-John Perse, Pound, Eliot y Shakespeare. Demasiadas renuncias solo para incursionar en territorios poéticos bastante transitados, pues en el Perú contamos ya con una serie de testimonios similares, y hasta de una mayor diversidad cultural, que se inician con la obra fundadora de Leoncio Bueno (Trujillo,1921) y abarcan hasta libros de autores de promociones recientes como Casa de familia (1995) de Selenco Vega.


Cosas del lenguaje

“Antes mi poesía era acusada de hermética, difícil, bastante barroca...” ha dicho el poeta en entrevista reciente, “...entonces me he propuesto simplificarla. He hecho una cosa más sencilla, con un lenguaje corriente”. A pesar de este propósito, su entusiasmo por el lenguaje “corriente” no parece ser mayor que su vocación barroca, y en “Con el sol en los órganos”, el poema final del libro, el verso endecasílabo, el más prestigioso de la literatura en español, se vuele dominante. Y con él comienzan a sentirse ciertas resonancias gongorinas: “El mar al borde de la carretera/ con su lonja de sol que reverbera...”.


Perfil
NACIMIENTO. Lima, 1941.

POEMARIOS. Consejero del lobo (1965), Contra natura (1971), Poemas reunidos (1986).
NARRATIVA Y TEATRO. Aprendizaje de la limpieza (1978), Fata Morgana (1994), Apocalipsis de una noche de verano (1986), Cuentos de extremo occidente (2002).

Wednesday, January 11, 2006

La élite que se perdió el país

Notas al margen
Por Luis Pásara

La élite que se perdió el país

El desencuentro entre la sociedad peruana real y un grupo generacional con vocación pública mantiene la carencia histórica de dirigencia en el país.

Una de las explicaciones más importantes acerca del estado del país es su carencia crónica de una clase dirigente. Esta ausencia nos diferenció de la Argentina de hace mucho y nos ha distanciado de Chile desde el siglo XIX hasta la fecha. El Perú no ha logrado que en él se implante un grupo con visión de futuro y con capacidad de gestión para llevarlo por una senda definida y viable.
Acaso cuando más cerca se estuvo de eso fue entre los años veinte y treinta del siglo XX pero, ya entonces, se hicieron evidentes las dificultades que dejaron al país en manos de gentes improvisadas, atentas sólo a intereses de parte y de corto alcance. Que, cuando no buscaron su propio enriquecimiento, se limitaron a administrar nuestro subdesarrollo, provistos de la grandeza necesaria para ensanchar los limites de lo posible.
En el ambiente creado por el proyecto fracasado de Velasco Alvarado, se empezó a gestar un grupo generacional que hizo su aprendizaje político en la izquierda y que posteriormente se recicló, en varios sentidos. Muchos de sus miembros han sumado a sus calidades profesionales e intelectuales, capacidades de gestión, de producción y de conducción. Unos lo han hecho en grupos de trabajo profesional; otros han desarrollado las llamadas ONG; y, en los últimos años, algunos se desempeñaron en cargos públicos en los que mostraron talento y competencia.
Incluso, unos pocos han vuelto al país, luego de trabajar fuera por un tiempo. Probablemente, otros más retornarían en algún momento si vieran que en el Perú se les abre un espacio para ejercer su vocación pública. Pero, hasta donde puede avizorarse, tal eventualidad es sumamente improbable.
Hace algunas semanas, un distinguido miembro de esa elite sin implantación me confesaba en Lima la angustia que le genera el panorama electoral. Siendo él mismo alguien que no ha tenido militancia política ni alberga ambición personal alguna, según me consta, su preocupación no provenía del hecho de que una candidata de ese sector, Susana Villarán, no lograse siquiera aparecer en las encuestas. El tono desesperado de su voz tenía que ver con el probable dilema de tener que optar, como ciudadano, entre Lourdes Flores y Ollanta Humala.

El episodio ilustra la condición desgajada de esta élite que se ha perdido el país. Es un grupo que no se halla hoy reunido en torno a algún partido o líder pero que, mucho mas grave que eso, no parece encontrar un lugar donde ubicar su posible contribución pública. De hecho, una parte significativa de ellos ya ha optado por el repliegue al trabajo profesional.
La dificultad no reside, pues, en carecer de emplazamiento partidario. El problema de fondo consiste en que esta élite no tiene anclaje social. Pese a los valores de los que son portadores, sus miembros - hoy entre los 40 y 55 años de dad, aproximadamente, maduros en los varios sentidos de la expresión - no corresponden o no expresan a un sector social importante del país.
No pueden, pues, insertarse como elite. Cumplen los requisitos personales pero no tienen los vínculos con la sociedad que les permitirían desempeñar ese papel. Ciertamente, la ausencia o la debilidad de este nexo es un problema que no es sólo de ellos sino del país mismo.

El grueso del país ignora o desprecia a quienes tienen capacidades para formar una élite. O sospecha de ellos, como es el caso de la mayoría de los empresarios, demasiado conservadores o vastos para entender el rol que cabe desempeñar a quien piensa sobre algo distinto a hacer dinero. Carentes de una decisión de largo plazo y de un compromiso con el desarrollo de la nación, a la mayor parte de quienes hacen negocios en el Perú les basta con la ganancia. Lo demás estorba, aunque se ponga así de lado las posibilidades de contar con un país viable, en el cual el inversionista pueda incrementar beneficios.
Quizá la ceguera empresarial importe más debido al peso que este sector tiene en el juego del poder. Pero no es mejor la visión predominante en otros sectores. Las iglesias oscilan entre el conservadurismo y la mediocridad. Los militares, una vez liquidadas las inquietudes revolucionarias de hace mas de tres décadas, apenas atinan a defender porfiadamente las ventajas de sus fueros y ahora pretenden, con desfachatez, que se amnistíen sus crímenes. Y así sucesivamente.

Como si estuviéramos en plena Guerra Fría o en la España franquista, en el gabinete ministerial hay quien todavía hoy se refiere a algunos ex ministros del gobierno actual como "los rojos". Hasta ese punto se halla torpemente ideologizada la visión de las cosas en el país oficial que, radicalmente incapaz de aprender la lección que debieron asimilar con la guerra de Sendero Luminoso, hoy sólo reacciona con torpezas frente al rebrote subversivo.
Entretanto, el país real se halla dividido entre el atraso que viste de pobreza a la mitad de la población y el avance de un sector que se abre paso, haciendo dinero y escalando socialmente. Ni uno ni otros son conscientes de que el país requiere una élite para salir adelante.

Los sectores más pobres prefirieron –y probablemente prefieren– atribuir el papel de redentor a un líder fuerte que, como Fujimori, les arroje algunas migajas. Prevalece entre ellos la sicología del mendigo, que no se cree capaz de salir adelante y se halla a la espera de que la compasión de los que mandan le depare alguna mejora.
A los sectores venidos a más lo público parece tenerlos sin cuidado. Que los dejen hacer lo suyo –que es el billete– y, en consecuencia, alcanzar mejores condiciones de vida para quienes integran su entorno. Una cabeza dirigente para el país no está en sus planes. El estado, que sería uno de los centros de actuación de esa cabeza, parece ser visto, más bien, como una amenaza y no como un recurso que podría facilitar la expansión de este sector emergente.

Quienes avanzan, hoy en el Perú, embisten sin dirección global. Esto es, cada quien trata de moverse, lo más rápido que pueda, en el carril que tiene o cree tener. No se es consciente de que en la medida en que no avancen todos, el ascenso de algunos durará poco. Quizá algunos lo saben pero no les importa, porque sus planes están en otro lugar.
De una u otra manera, el país no está interesado en darse una élite que contribuya a conferirle dirección y perspectiva. Así, avanzando a trompezones, el Perú se dirige ahora a otra elección ruletera en la que puede salir elegido ésta o aquél, debido a razones de imagen. Pero, sin una élite que encare con capacidad los problemas del país, difícilmente podrá cambiar algo de fondo a partir del 28 de julio. Afrontemos el hecho de que el problema no sólo reside en una pobrísima oferta política. Se ha llegado al punto en el que tampoco hay una demanda social de una auténtica élite dirigente.

Monday, January 09, 2006

Fetichismo (I)

El verdadero fetichismo es exclusivo y excluyente. Pero los fetichistas radicales no abundan.

Por Marco Aurelio Denegri

Dícese que el fetichismo es excluyente, pero no necesariamente exclusivo. Exclusivo significa que excluye o tiene fuerza o virtud para excluir. También significa único, solo. Excluyente significa que excluye o que deja fuera o rechaza. De manera que estos dos adjetivos, exclusivo y excluyente, denotan lo mismo en su primera acepción; pero el adjetivo excluyente no tiene la segunda acepción de exclusivo, vale decir, no significa único o solo, o que excluye a cualquier otra cosa.
El fetichismo verdadero, sensu stricto, con exclusión de las partes genitales, es lo que se llama pars pro toto, la parte por el todo, por el conjunto o totalidad. El interés del fetichista se concentra en la parte, digamos en las manos o en los pies, o en el calzón o las medias, o en el sostén. Lo que pudiera valer el resto del cuerpo está, por decirlo así, concentrado en una sola parte, la cual vale por el conjunto o totalidad; y cuando se trata de prendas de vestir u objetos, éstos valen por sí propios, como elementos excitatorios y de complacencia, sin necesidad de que alguien los use para el disfrute sexual del fetichista. (Flaubert se deleitaba con las zapatillas de Louise Colet y se lo dice repetidas veces a ella en sus cartas.)
El fetichista considera objeto de excitación y deseo alguna parte del cuerpo humano o alguna prenda relacionada con él. Esa parte o esa prenda fascina al fetichista y lo embelesa, excitándolo considerablemente y produciéndole goce intenso. (Téngase presente que el término fetiche se tomó del francés fétiche y éste del portugués feitiço, embrujo, hechizo, encantamiento.)
El verdadero fetichismo es exclusivo y excluyente. Pero los fetichistas radicales no abundan. Los que abundan son los que, priorizando su fetiche, no desdeñan, sin embargo, otras fuentes de atracción. Un fetichista de esta clase no se fija únicamente en el objeto fetichizado, aunque sí lo privilegia. Privilegia las manos o los pies, o las tres mentas, sobre todo la tetamenta y la nalgamenta, pero eso no le impide interesarse en otras partes de la anatomía. El verdadero fetichista no se interesa en otras partes. Por eso la exclusividad caracteriza su fetichismo.
El fetichismo es la fijación exclusiva y excluyente de una preferencia sexual. Las preferencias que no se fijan exclusivamente ni excluyentemente no son fetichísticas, sensu stricto, sino lato sensu.
Cuando un fetichista –como los chinos de antes– halla todo su goce en el objeto fetichizado o en la parte corporal fetichizada, estamos ante un caso de verdadero fetichismo.
Antiguamente, los chinos habían fetichizado tanto los pies femeninos, diminutos y contrahechos por el vendaje (recuérdese que a las chinas, desde su niñez, se les vendaba los pies); los chinos, decía, habían fetichizado tanto los pies femeninos, que un chino podía alcanzar fácilmente el orgasmo acariciando y besando un pie y poniéndolo en contacto con su pene. Las chinas eran hábiles, podalmente hábiles (podal significa relativo o perteneciente al pie, y lo mismo significa podálico); las chinas eran podalmente hábiles y aun muy hábiles, o sea perhábiles, y en consecuencia podían sujetar con los pies el miembro del varón y comenzar a moverlo y frotarlo y después restregarlo, esto es, frotarlo mucho y con ahínco (así dice el Diccionario). Va de suyo que los orgasmos que se producían por esta acción podal o podálica eran cataclísmicos. Llamábase en la China antigua "Lotos Dorados" a los pies femeninos y eran por cierto estimadísimos.

EN ESTA FOTOGRAFÍA de 1994 se ve a Claudia Schiffer en su mejor momento, luciendo prendas muy fetichizables y así mismo una cabellera blonda que despierta ánimo fetichizante. Hoy la Schiffer es una multípara otoñal y senescente.

Saturday, January 07, 2006

Corrupción de la memoria

Columna: Asuntos personales
Por Jorge Bruce

CORRUPCIÓN DE LA MEMORIA
La amnistía de Iberico es una regresión a la oscuridad

En ocasiones, sentado tras el diván en mi consultorio, me ha ocurrido lo siguiente: una persona comienza su sesión diciendo “he tenido un sueño… pero no lo recuerdo”. Enfrentado a la frustración inherente a esa típica situación psicoanalítica, he pensado: ¿qué habría ocurrido si Martin Luther King, en vez de pronunciar su célebre discurso que comenzaba diciendo que había tenido un sueño, y que este era el de un mundo más tolerante y justo, hubiese dicho lo mismo que mi paciente? Esto es lo que he evocado ante la propuesta de amnistía para los militares violadores de derechos humanos, presentada por el congresista Luis Iberico. Lo que el fimista nos propone es la negación del sueño del gran líder norteamericano, asesinado por atreverse a imaginar y proponer un mundo más decente y respetuoso de los derechos del otro. Lo que nos está sugiriendo es que olvidemos el sueño, que nos pongamos prácticos y no nos detengamos en procesos innecesarios que desmoralizan a nuestras Fuerzas Armadas.

Deshonrar a la familia militar
La idea de Iberico, prestamente recogida por una serie de candidatos, no apunta solamente a captar esos votos de la “familia militar”, para lo cual fue convocado Luis Giampietri, como parte de una estrategia vergonzosa que es un insulto a la mejor tradición aprista. La amnistía no es solo una medida destinada a acelerar los juicios y abreviar el malestar de militares injustamente perseguidos, con lo cual obviamente todos estamos de acuerdo y es materia judicial, no legislativa ni mucho menos moneda electoral. El verdadero objetivo es el del borrón y cuenta nueva, aduciendo que los crímenes de los que se les acusa fueron cometidos en combate, defendiendo a la patria de los ataques del terrorismo que hoy vuelve a causar muertes y dolor. La verdad es que, tal como lo demuestra fehacientemente el Informe de la CVR y lo narra con seriedad y verosimilitud el libro de Ricardo Uceda, Muerte en el Pentagonito, la mayoría de las víctimas fueron producto de crímenes ajenos a la situación de combate. Fueron actos de crueldad y barbarie de los que esos militares implicados no son, por supuesto, los únicos responsables. Tanto quienes dieron esas órdenes como el poder civil que miró para otro lado, están implicados en esos años de abusos y atrocidades, en donde no solo Sendero, sino desgraciadamente muchos integrantes de las FF.AA. se ensañaron con los más desprotegidos del país.

“He tenido una pesadilla...”
Es indispensable honrar a quienes nos defendieron y por ello sufrieron daños materiales y psíquicos irreparables. Igualmente, es esencial reconocer el terrible perjuicio sufrido por víctimas inocentes, atrapadas en la espiral tanática de un enfrentamiento que era, en el fondo, una violenta puesta en escena de la parte más oscura y negada de la Historia del Perú. Asimismo, es nuestro deber como sociedad reparar tanto a unos como a otros. Pero lo que nunca deberíamos hacer es ceder a la indigna propuesta de Iberico, quien prefiere apagar la luz que con tanta dificultad estamos encendiendo. La moral de las FF.AA. no se va a fortalecer porque los tratemos como si no fueran capaces de enfrentarse al mayor desafío con el que todos nos topamos tarde o temprano: este es la verdad que aguarda en el trasfondo de nuestra memoria, individual y colectiva. Esto es lo que la amnistía pretende anular. Ese encuentro privilegiado entre un hombre y sus demonios. Entre una institución y el juicio de su tiempo. Entre una sociedad y su Historia. Hacer eso, lejos de levantarles la moral, constituye una invitación a la cobardía, esa salida facilista que hace un soberbio maridaje con la impunidad. Iberico nos propone -y buena parte de la clase política aplaude- un pacto con la mentira, es decir con la corrupción de nuestra memoria común. Le debemos tanto a las víctimas inocentes como a los militares dignos, la obligación de rechazar con claridad y energía este nuevo intento de violación de los derechos civiles. O bien la pesadilla, inexorablemente, volverá a comenzar.

Los derechos humanos y el terrorismo

Los derechos humanos y el terrorismo – I

Cesar del Águila Ochoa
Lima

La iniciativa de dar una amnistía a los militares ha dado pie a los `defensores de los derechos humanos´ para que disparen contra los miembros de las Fuerzas Armadas y policiales que participaron en la lucha contra el terrorismo, lo cual, en un contexto en el que Sendero Luminoso ha reiniciado sus operaciones armadas, pone en peligro la seguridad interna del país. Lo que no logro entender es cómo, si la guerra aún no [ha] terminado, nos ponemos cabe entre nosotros mismos buscando juzgar al soldado que puso el pecho para que vivamos con cierta tranquilidad.



Los derechos humanos y el terrorismo – II

Jorge Zárate
Lima

Trabajé varios años en provincias muy olvidadas de la sierra y de la selva, donde pude recoger testimonios increíbles de la violencia terrorista. Por eso, al escuchar y leer en los medios –incluido Perú21– a quienes defienden y liberan a los subversivos (usualmente `pitucazos´ con afán de figuración mediática y política, como los que formaron parte de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) a los que dirigen las ONG `progresistas´), no dejo de sentir indignación y desilusión. Gracias a ellos, nuestra patria está a punto de caer nuevamente en el infierno del terrorismo y tienen el cinismo de envalentonarse cuando se les dice sus verdades en la cara.



Los derechos humanos y el terrorismo – III

Vladimir A. Cerna Barreto
Lima


Lamento mucho las declaraciones de los principales referentes de nuestra variopinta ‘clase’ política con respecto a la judicialización de las violaciones a los derechos humanos derivadas de las investigaciones realizadas por la CVR, especialmente las del señor Arturo Woodman. Con su incorporación a la plancha presidencial de Unidad Nacional, mi voto por esa opción estaba un 70% seguro, pero ahora sé que debo evaluar dicho apoyo, pues Woodman utiliza los mismos argumentos de los llamados políticos `tradicionales´ y acentúa la percepción conservadora de su opción política ¿Acaso él nos quiere decir que los militares no deberían ser ni siquiera investigados, pues la lucha antisubversiva los facultaría a quedar excluidos del estado de derecho? Ojalá que el señor Woodman recuerde que quienes fueron sometidos a violaciones sistemáticas de sus derechos humanos, tanto por Sendero Luminoso como por malos militares, forman parte del pueblo peruano.



Los derechos humanos y el terrorismo - IV


Walter Caballero Rodríguez
Lima

Nuestro país no va a la par con los cambios que se han dado en el mundo con respecto a la violación de los derechos humanos. Proponer amnistiar a todos los militares que cometieron excesos en la guerra antisubversiva me parece una soberana estupidez, la cual ha sido propuesta por un congresista que está totalmente perdido en temas militares. Santiago Martin Rivas y compañía estarán saltando en un pie.


Respuesta de Perú21: Son los jueces y no los políticos quienes deben decidir, con agilidad e independencia, estos asuntos.

Friday, January 06, 2006

Tiempo de guerra, tiempo de paz

Las décadas de los años 70 y 80 se caracterizaron por la aparición de diversos tipos de insurgencia en Latinoamérica. Desde la revolución cubana hasta los montoneros (Argentina); desde los zapatistas (México), hasta el mesiánico Sendero Luminoso (Perú). El mundo ha sido testigo de estos conflictos, que siguen cobrando víctimas, muchas veces incomprendidas, para las que la paz alcanzada por sus propias naciones pareciera como que no las puede alcanzar a ellas mismas.
Muchos de ellos son héroes sin gloria, son los que con su sacrificio ayudaron a la finalización de sangrientos conflictos en sus propias naciones. Nos referimos a los soldados, marinos y policías envueltos en los conflictos de baja intensidad que les tocó vivir, a la mayor parte de ellos siendo muy jóvenes y que ha marcado por siempre sus vidas.
Pasa con ellos de alguna manera lo mismo que pasó con los soldados norteamericanos que regresaron de Vietnam, donde el público les imputaba crímenes de los que muchas veces no fueron responsables, pero en los que se veían envueltos tan solo debido a la mala reputación que rodeó a la intervención norteamericana en esa guerra.
En la mayor parte de los países latinoamericanos, los soldados que tuvieron que combatir a las distintas guerrillas son aceptados socialmente, situación que muchas veces es contraria en el extranjero, donde encuentran problemas de aceptación.
En Latinoamérica se es conciente de lo que es una guerra y se comprende que la gran mayoría de los que tienen que participar son arrastradas a ella. En estas sociedades se comprende que el ser miembro de las fuerzas armadas es un medio de supervivencia, de educación y de ganar estatus dentro de la sociedad. En países donde la misma guerra ha destruido la economía, el ejército significa un medio de subsistencia. Es en cambio en países donde existe bonanza económica donde no se puede entender esta necesidad de supervivencia y de desarrollo personal. Es en los países ricos y que han tenido la suerte de no tener que sufrir en su propio territorio una guerra civil donde se juzga sin mucho entendimiento y de una manera muy estricta la participación de los soldados en la guerra. Es justamente en estas sociedades libres del flagelo de la guerra donde burócratas, alejados de la realidad, los que se sienten con más derecho a juzgar a otros. Como ejemplo podríamos tomar lo sucedido en Perú. Allí se ganó el conflicto contra la genocida guerrilla de Sendero Luminoso debido a varios factores, uno de ellos fue la llamada "ley de arrepentimiento", que brindó la oportunidad a casi todos los miembros de ese fanático grupo a deponer las armas y rendirse a cambio de preservar su libertad. Una ley promulgada en un momento psicológico importante después de la captura del líder máximo de Sendero Luminoso y cuando la desorganización y la desmoralización se apoderó de sus militantes.
Así como se ha resaltado las violaciones de derechos humanos debería resaltarse ciertos hechos extraordinarios que van en el sentido opuesto y que deberían contribuir a terminar con otros conflictos presentes y futuros.
Cuando se aplicó la ley del arrepentimiento miles de senderistas se rindieron y tal como fue ofrecido su libertad fue respetada, aquellos mismos militares que han sido acusados de hechos de crueldad extraordinaria (muchas veces exagerados puesto que esas acusaciones fueron efectuadas por sus propios enemigos) respetaron el ofrecimiento que el gobierno dio a los terroristas, a pesar de que entre los amnistiados se encontraban terroristas que habían sido responsables del asesinato de compañeros y amigos de ellos. No se ha reportado nunca el asesinato extrajudicial de un solo senderista que se haya acogido a la ley de arrepentimiento.
Es para ponerse a pensar cómo la sociedad en general y los militares peruanos en particular pudieron ser capaces de perdonar en nombre de la paz y el hecho paradójico de que otras sociedades, organizaciones o gobiernos, que no se vieron envueltos en el conflicto no son capaces de dejar de lado el pasado y ofrecer a los soldados lo mismo que ellos han dado: "la oportunidad de volver a empezar a rehacer sus vidas".
Si analizamos actualmente el caso peruano podremos encontrar que los militares de esa nación sudamericana han sido aceptados inicialmente por sus colegas canadienses, posiblemente esto sucede por el sentimiento común que une a los militares de todo el mundo, que de alguna manera están unidos por valores, tradiciones y espíritu de sacrificio.
Es interesante destacar en este punto cómo las relaciones entre Canadá y Perú, se han ido desarrollando yendo de lo militar a lo civil y cómo todo empezó en medio de una crisis política y militar provocada por un grupo terrorista, en la ciudad de Lima.


La crisis de los rehenes
El 4 de noviembre de 1998 apareció el siguiente titular en el Ottawa Citizen: "Tropas de elite canadienses planearon atacar a terroristas peruanos".
De acuerdo con este artículo, una emboscada por una unidad de la fuerza secreta de tarea antiterrorista canadiense 2, iba a tener lugar si las guerrillas que retenían a 500 rehenes en la casa del Embajador del Japón en el Perú, aceptaban la oferta del gobierno canadiense. Cuando los guerrilleros del MRTA (Movimiento Revolucionario Tupac Amaru) abordaran el avión como parte del acuerdo para obtener pasaje seguro, sería el momento en que ellos estarían más vulnerables a un ataque sorpresivo. La emboscada fue abortada después de que las negociaciones llevadas a cabo por el Canadá fallaran. El drama de los rehenes terminó, cuando comandos peruanos entraron en la casa del Embajador del Japón, rescatando a los rehenes. Como resultado de esta acción dos oficiales, un rehén y todos los terroristas murieron.
De esa manera, comenzó la colaboración entre los militares y los servicios de inteligencia de Canadá y Perú. Esta relación se ha reforzado a través de acuerdos entre los dos países, como la Inter-América Conferencia Especializada en Terrorismo, sostenida en Lima en 1996 y en 2002. Canadá y Perú estaban entre los seis primeros países que la ratificaron.
Desde Canadá hasta Chile, las grandes marinas mirando al Océano Pacífico, sin contar a la Norteamericana, son Canadá, Perú y Chile. Debido a este factor, estas marinas están involucradas entre sí en ejercicios navales, tales como: UNITAS, RIMPAC, PANAMAX, CJTFEX.
Otra razón, para contemplar las relaciones entre Canadá y el Perú puede ser encontrada en acuerdos internacionales como la "Inter-América Convención en contra de la ilícita producción y comercialización de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados", "La total abolición de minas antipersonales" (El Perú destruyó toda su reserva de 321,730 minas) y el "Memorandum de entendimiento en entrenamiento militar" (firmado en Lima, en agosto de este año). De acuerdo con esto, Canadá proveerá enseñanza en idiomas y en comunicaciones al Perú. Cabe destacar aquí que Canadá se ha convertido en uno de los principales abastecedores de repuestos y equipos militares del Perú.
Ambos países ayudan a sostener el trabajo de las Naciones Unidas. El rol de Canadá es conocido. El Perú ha participado en Congo, Etiopía, Eritrea, Haití, Mozambique, el Medio Este y Chipre.
La paz que el Perú está disfrutando va rindiendo sus frutos. El número de turistas canadienses a Perú se ha doblado en 8 años y debe alcanzar los 33,000 este año. Las inversiones mineras están creciendo rápidamente. Hay al menos 22 compañías mineras canadienses en Perú. Las inversiones en este campo, son de aproximadamente $ 3.5 billones de dólares. El total de las inversiones es de alrededor de $ 4 billones de dólares. Un dato interesante es que el comercio entre Canadá y Perú ha crecido en más de 300% en solo un año. Canadá es el cuarto socio comercial del Perú. Este crecimiento es posible porque las fuerzas armadas del Perú proporcionan seguridad a las compañías canadienses.
El presente artículo nos permite vislumbrar cómo una relación que se inició como militar ha ido evolucionando hasta otras esferas. Esta interacción permitirá conocer a los canadienses el sacrificio de los que tuvieron que participar activamente peleando contra los terroristas y que es lo que ha permitido el resurgimiento económico y turístico del Perú.
El Perú es un país incomprendido. En la confusión de la guerra, ante la frustración de ver a su país volar por los aires y el asesinato despiadado de civiles y militares, para vencer algunos militares vulneraron derechos humanos. Para sus propios compatriotas, a pesar de tales actos individuales, los soldados son reconocidos por la paz que ganaron para su país a costa, incluso en muchos casos, de su propia vida. Por parte de la burocracia de los países ricos, ignorante de lo que es la guerra, pero que se sienten muy informados por haberla seguido por televisión o por haber leído al respecto, ellos deben ser considerados, sin ninguna distinción como criminales. Estos burócratas están fuera de la realidad y perjudican las relaciones entre los países. Sería interesante que estas personas que se sienten predestinadas a ser la conciencia de sus países y predispuestos a juzgar de manera tan estricta a otros, fueran entrenados para cumplir sus funciones y enviados a acompañar a algún ejército y combatir a guerrillas asesinas y fanáticas. Que sientan en carne propia lo que es la guerra, solo eso los califica para juzgar a otros.

Oswaldo Faverón
Eco Latino (Ottawa, año XIV, numero 164, diciembre 2005, Pág. A2)

Tuesday, January 03, 2006

Recuento literario del año

Nuestra presencia en guadalajara y el reconocimiento internacional a la poesía de José Watanabe han sido las mejores noticias para las letras peruanas

RELIEVE INTERNACIONAL
Las letras peruanas tuvieron inusitada presencia internacional: el Perú fue el país invitado a la segunda feria del libro más grande del mundo, la de Guadalajara. Aunque los medios de comunicación han prestado excesiva, cuando no exclusiva, atención a los autores ligados a poderosos sellos editoriales, lo cierto es que la delegación fue bastante numerosa y representativa de nuestra diversidad cultural; lo prueban los homenajes (en exposiciones, gigantografías y mesas redondas) al Inca Garcilaso, Vallejo, Arguedas, Ribeyro, Vargas Llosa y Bryce Echenique, lo mismo que el énfasis concedido a nuestra biodiversidad y gastronomía.
Como nunca, un poemario peruano ("La piedra alada" de José Watanabe) estuvo medio año en la lista de libros de poesía más vendidos en España, liderándola ocho semanas consecutivas. En "Babelia" ("El País") opinaron que Watanabe era el poeta "más singular" del idioma hoy en día.
Además de los premios que no cesa de cosechar Mario Vargas Llosa en el mundo entero, Alonso Cueto ganó el Herralde (también lo obtuvo Jaime Bayly en 1997), Mirko Lauer el Rulfo de París (distinción ya recibida por varios poetas y cuentistas peruanos) y Bayly quedó finalista en el Planeta (lo mismo que Scorza hace tres décadas).

AÑO DE HURACANES
Pero, a la vez, fue un año de escándalos: Las declaraciones de familiares de Juan Rulfo contra el Premio Rulfo (de México) y de Juan Marsé contra el Planeta sembraron dudas sobre los factores que intervienen en la concesión de los premios más cotizados.
El Encuentro de Narradores Peruanos en Madrid trajo como cola una febril polémica periodística entre creadores (algunos sin arte ni parte en el asunto), críticos y un editor: todo un "desencuentro" que destapó heridas, vínculos y marginaciones.

OBRAS COMPLETAS
Nuestro mayor clásico colonial, el Inca Garcilaso, carecía de una edición de sus "Obras completas", vacío cubierto formidablemente por los tres tomos anotados por Carlos Araníbar (El Comercio). Tampoco existía una edición completa de nuestro mayor clásico del siglo XIX, Ricardo Palma; bajo el cuidado de Miguel Angel Rodríguez Rea, han aparecido ya dos tomos de sus "Obras completas" (U. R. Palma). Y nuestro mayor clásico vivo, Mario Vargas Llosa, vio el lanzamiento de la edición peruana de la Biblioteca MVLL (Alfaguara). Agreguemos que se coronó la compilación de toda la obra de Javier Sologuren, con diez tomos a cargo de Ricardo Silva-Santisteban.

POESÍA
Mejor nuevo poemario: "La pieda alada" (Peisa) de Watanabe, autor imprescindible de la poesía actual en español, cuyo renombre internacional se consolidó con la antología "Lo que queda" (Caracas, Monte Ávila). Cercano en excelencia, el libro más hondo (sin facilismos epigramáticos) de Mario Montalbetti: "Cinco segundo de horizonte" (Album del Universo Bakterial). Añádase las exploraciones expresivas, diversas a su obra previa, de dos voces centrales: "Memorial de Casa Grande" (Lustra) de Rodolfo Hinostroza y "Un crucero a las Islas Galápagos" (Peisa) de Antonio Cisneros.
De otro lado, cuatro logros descollantes, de sostenido vuelo creador: "Vigilia de los sentidos" (Laberintos) de Jorge Wiesse Rebagliati, "Flama y respiración" (U. Católica) de Carlos López Degregori, "Ya nadie incendia el mundo" (estruendomudo) de Victoria Guerrero y "Verbos regulares" de Rafael Espinosa. También resaltemos "El libro del atolondrado" (Hipocampo) de Oscar Málaga. "Manantiales del desierto" (Premio Copé) de Ladislao Plasencki, "Espíritus" (en "Lienzo") de Jorge Nájar y "Contemplación de los cuerpos" (estruendomudo) de Luis Fernando Chueca.
Obra reunida: Los dos tomos de "Obra poética completa" (PUC) de Ricardo Peña Barrenechea, figura relevante de nuestro postvanguardismo, a cargo de Ricardo Silva-Santisteban. José Carlos Yrigoyen, voz deslumbrante de los años 90, agrupó su producción en el notable "Los días y las noches" (Album del Universo Bakterial).

CUENTO
Lo más memorable: los textos de "Cuarenta sílabas, catorce palabras" (Lluvia) de Enrique Prochazka, de diseño ambicioso y prosa burilada; y las narraciones de "Guerra en la penumbra" (New York, Harper Collins) del jovencísimo Daniel Alarcón, heredero de nuestra mejor tradición realista (Ribeyro, Arguedas y Vargas Llosa). Por su parte, Carlos Herrera ratificó su pericia narrativa en "Historia de Manuel de Masías" (U. San Martín de Porres); Zein Zorrilla nos entregó un volumen de apreciable madurez artística: "El Bosque Almonacid" (San Marcos y Lluvia); y Fernando Ampuero exploró caracteres y anécdotas en su divertido "Mujeres difíciles, hombres benditos" (Alfaguara). También mostraron vigor narrativo "La noche de Morgana (Alfaguara) de Jorge Eduardo Benavides, "La soledad de los aviones" (estruendomudo) de Sergio Galarza y "Flor de cactus" (Arteidea) de Zelideth Chávez. Añádase "El país de otra gente" (U. R. Palma) de Samuel Cárdich y "Protocolo Rorschach" (PUC) de Pedro Jorge Llosa.
Además del libro de Alarcón, fue un año pródigo en nuevos cuentistas de talento: Leonardo Aguirre, Edwin Chávez, Alexis Iparraguirre , Miguel Ildefonso, Bruno Podestá, Alejandro Neyra y José Dellepiani.
Obra reunida: Del gran escritor José Diez Canseco: "Obra narrativa completa", edición de Tomás G. Escajadillo (AMARU); y "Narrativa completa" edición de Valentino Gianuzzi (PUC). Además: "Cuentos completos" de Carlos Thorne, narrador de la Generación del 50 (U. R. Palma).

NOVELA
Por su maestría verbal y trama sutil (subyace la génesis del "Quijote", ingenioso homenaje a Cervantes en este año jubilar), la mejor novela del año fue "Neguijón " (Alfaguara) de Fernando Iwasaki. Trascendiendo los límites de la literatura juvenil, una deliciosa recreación de una leyenda oriental: "Shatranj, el juego de los reyes" (Norma) de José de Piérola. Y Luis Hernán Castañeda confirmó su talento excepcional, con una novela de compleja urdimbre imaginativa, nutrida de perversiones: "Hotel Europa" (Peisa).
Festejemos, de otro lado, el buen pulso narrativo de "La hora azul" de Alonso Cueto (Anagrama/Peisa) y "Aroma de Gloria" de Juan Morillo Ganoza (Ed. San Marcos). Otros aportes: "Y de repente, un ángel" de Jaime Bayly, "Sombras" de Patrick Rosas, "Atracciones apasionadas" de Fernando de Trazegnies, ""La última batalla del Califa" de Hugo Garavito Amézaga, "Tierra prometida" de Alcides Vargas Echegaray, "La evasión" de Christopher van Ginhoven Rey, "Él cazaba halcones" de Javier Arévalo y "La cacería" de Gabriel Ruiz-Ortega.
Novela corta: Una joya artística: "El goce de la piel" del importante escritor Oswaldo Reynoso (Ed. San Marcos). Dos triunfos del ingenio y la sensualidad: "El sol salía en un Chevrolet amarillo" de Luis Freire Sarria (Premio Banco Central de Reserva) y "Mírame cuando te ame" de Fernando Iwasaki (Peisa). Y un buen debut: "Habrá que hacer algo mientras tanto" de Ezio Neyra.

OTROS GÉNEROS
Antologías totales: La poesía, la narrativa y el teatro (o el ensayo) comparten páginas "La extensión de la palabra" (México, Alqui) de Rodolfo Hinostroza; "Las vidas son los ríos (Congreso) de Isaac Goldemberg.
Memorias: Uno de los libros del año: "Permiso para sentir" (Peisa) de Alfredo Bryce Echenique. Además: "Jugar a vivir" (Planeta) de Guillermo Giacosa, "El viaje del salmón" (Peisa) de Abelardo Sánchez León y "Viajes de perro" (Aguilar) de Rafo León.

Destacados
ACONTECIMIENTO DEL AÑO
La importante participación peruana en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.

MEJOR NOTICIA
Récord de asistencia y ventas en nuestra Feria Internacional del Libro (Jockey Plaza).

ÉXITO SIN PRECEDENTES
"La piedra alada" de José Watanabe encabezó ocho semanas la lista de libros de poesía más vendidos en España.

CENTENARIO
Oquendo de Amat; sobresalió el homenaje organizado por "Dedo Crítico".

RESCATE
Reparando el olvido que sufrió José Diez Canseco el año pasado, en el centenario de su nacimiento, aparecieron dos valiosas compilaciones de su obra narrativa.

OBRAS COMPLETAS
Inca Garcilaso, con anotaciones de Carlos Araníbar (El Comercio).

MAGISTRAL EDICIÓN CRíTICA
El "Apologético" del Lunarejo, aporte de Luis Jaime Cisneros (U. San Martín de Porres).

TRADUCCIÓN
El "Quijote" en quechua, homenaje de "El Comercio" al Cuarto Centenario cervantino

REVELACIÓN POÉTICA
Jorge Wiesse Rebagliati.

REVELACIÓN NARRATIVA
Daniel Alarcón. También: Leonardo Aguirre, Edwin Chávez y Alexis Iparraguirre.

Ricardo González Vigil

El año en las artes visuales

Tal como lo anunciaba la actividad desarrollada durante el 2004, los últimos 365 días han sido más que propicios para la actividad artística
Hemos podido ver buenas muestras, peruanas y extranjeras, y surgir nuevos espacios


Siempre incompletos, sometidos a previsible arbitrariedad por no tomarse en cuenta todas las ofertas habidas, gobernados por la subjetividad --aunque esté cargada de la mejor intención-- los balances anuales tienen un lado positivo: son ayuda-memoria y obligan a detenerse, poner en perspectiva, analizar con distancia y dentro de un contexto amplio, y también volver a plantear puntos que nunca debieran perderse de vista. Ejercicio ambicioso y audaz que permite, también, analizar y comprender las distintas ópticas de quienes los producen.
Cumplo entonces, con pensar en voz alta, recordar y subrayar, y lamentar no haber alcanzado a cubrir totalmente el panorama de exposiciones y eventos que se dieron a través de todo el 2005.
Las categorizaciones tradicionales, dentro de las artes visuales, no tienen mucha cabida en el arte de hoy. La interrelación y fusión de los distintos medios, la progresión acelerada de la posibilidad tecnológica, la convicción en un producto resultado de la conjunción de factores y elementos que cooperan para desarrollos visuales innovadores, contemporáneos, propician la elección por juzgar resultados, descargando de protagonismo el instrumento utilizado. Técnicas y estilos que se complementan, dialogan, cohabitan y también combaten en la circunstancia misma de la obra, caracterizan el arte que hoy vivimos y lo vuelven, de ese modo, un abanico de posibilidades y un desencadenante de interrogaciones.
Ha sido un año de muy buenos resultados, siguiendo la línea ascendente que el 2004 ya proponía. Y como también viene dándose en los últimos tiempos, la fotografía reinó por cantidad y ratificó, con calidad extendida, su condición de medio favorecido por un talento que parece responder a una característica ancestral: el redescubrimiento de la obra de Max T. Vargas y Emilio Díaz puede dar testimonio claro de esta afirmación.
Por tiranía de espacio, algunas cosas que creo destacables:
Mirafoto, el Centro de la Fotografía durante todo el año, Ana de Orbegoso, Santiago Roose, Ana María McCarthy, Lorry Salcedo, y la estupenda Flor Garduño (México).
Miguel Aguirre, Ezequiel Furgiuele (estupenda presentación), Shiroma, Ramiro Pareja, Toto Fernández, Grieve, García Zapatero, Lucy Jochamowitz, Hernán Pazos (tres muestras), Miguel Lau, y Tello Antilla (Finlandia), Martin Riwnyj (Argentina), Carmen Parra y Francisco Toledo (México) en pintura. Las antologías de Eielson, Di Malio, Prager, Ricardo Wiesse y Ruiz Durand. Las instalaciones de Carlos Cornejo y Corinne Gourré (Francia) y la propuesta de Antoni Miralda (España). Las esculturas de María Gracia de Losada, Teresa Carvallo y Manuel Larrea. Y en colectivas, "Radio/Barrio/Combi", la impecable "Artware 3", la edición anual de "Video/Arte/Electrónica", "Puente, a todos los prófugos", "Ego-semejante", y, quizás la más rotunda, "Amazonía al descubierto".
Llegaron dos muestras internacionales impactantes: "Still Life"(Reino Unido) y "Fluxus" (Alemania). Al considerarlas a la par de la producción local, la comparación resulta injusta. Posibilidades, producción y despliegue, no pueden equipararse a nuestra circunstancia, y debemos tener en cuenta que estas exposiciones, se han originado en países donde la cultura es respetada, apoyada, promovida y cuidada, proveyéndola de recursos y espacios adecuados y entendiéndola como factor emblemático para su apertura y presencia en el mundo.

En el caso peruano, la realidad es otra, y podríamos resumirla recordando que este año se 'habló' de la Universidad de las Artes, se propuso un Ministerio de Cultura y una nueva funcionaria oficial, a cargo de Museos (cuya situación es conocida), criticó que se reclamara presupuesto, al mismo tiempo que anunció la creación de varios museos nuevos (sic).
Buena noticia es la inauguración de dos nuevos espacios, el Centro Cultural de la Universidad Ricardo Palma y la No-Galería de CAFAE (modesta pero inquieta), y la re-apertura de la Sala del Banco Continental y la Fundación Telefónica.
También el acierto de ubicación y condición de exposición de la obra del maestro Szyszlo en el espacio público.

Entre las numerosas publicaciones del año, destaca la documentación y ensayo sobre el grupo HUAYCO, debida a Gustavo Buntinx, quizás el curador más activo y solicitado del año.
Merecimientos especiales para los Centros Culturales de San Marcos y la Católica, de la Asociación Peruano-Británica, el Centro Cultural de España, el ICPNA y la aún lenta pero continuada labor promotora del Museo Antropológico.
Si bien las galerías privadas han visto mermado su número, las que siguen en la brecha lo hacen con esfuerzo y terquedad, a pesar de la voceada crisis económica que sufren.

El reconocimiento a la validez e importancia del arte popular se ha hecho sentir con fuerza. No solo las exposiciones dedicadas al retablo (CCPUCP), o los merecidos homenajes al Dr. Jiménez Borja y la Sra. Gibson, sino el Premio Félix Oliva que mostró la incorporación de artistas académicos al trabajo tradicional, en reinterpretaciones y reciclajes que prometen buenas cosechas, y que parecen haber terminado con toda discriminación pasada.

Algunos deseos para el 2006:
Que se unan esfuerzos, se depongan rencores, se convoque con amplitud y se replantee el proyecto para un Museo de Arte Contemporáneo en Barranco. Es necesario que todos los involucrados e interesados aportemos nuestro apoyo para sacar adelante esta obra que es una necesidad impostergable.
Que la Segunda Semana del Arte duplique eventos y público, ya que en su primera edición demostró que las deficiencias en la promoción responden a la falta de un agresivo márketing cultural.
Que el proyecto del Museo de la Ciudad, anunciado por la Municipalidad de Lima, sea encarado con prescindencia de política circunstancial y se convoque a especialistas exclusivamente por méritos profesionales y experiencia probada.
Que el Museo de la Nación pueda establecer una mejor comunicación con el público, logrando una mayor difusión de su oferta.
Que el descentralismo se vuelva realidad, empezando por el intercambio cultural dentro del territorio nacional.
Que Prom-Perú, la Cancillería y todos los involucrados en el tema, tomen en cuenta la producción actual del arte peruano cuando participen en eventos internacionales. Si bien la presencia en Guadalajara ha sido rotunda, se perdió la oportunidad de revelar la existencia de una actividad artística que merece ser conocida.
Que se logre esclarecer el robo del manto de Paracas sustraído en Ica.

Elida Román